Al fin puedo salir.

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Era lunes y Taylor iba corriendo al instituto, sino fuera por su mascota seguramente hubiera llegado tarde. Mientras que la abuela de Taylor tenía que salir hoy, y no estaría en todo el día.

Esto le daba una oportunidad a Ray de salir de la casa, ya tenía suficiente con enterarse que Taylor esta enamorado de él, y no se dió cuenta o prefirió ignorar las señales. En este momento quería saber si su padre estaba preocupado por él.

Al fin puedo salir.

Comento Ray con un suspiro de alivio.

Él salió de la casa y comenzó a caminar, sus oídos se llenaron de todo tipo de sonidos y su nariz de nuevos olores, con los sentidos sensibles de un lobo, es normal que estuviera un poco mareado.

Siguió caminando por la calle, sintiéndose un poco incómodo, y casi fue atropellado por un corredor, pero por fin llegó a su hogar.

Todo se veía como siempre, pasando entre la seguridad sin ser visto.

Cuando vuelva a ser humano, voy a mejorar la seguridad.

Murmuró de forma seria.

Entro con facilidad y corrió escalera arriba, hacia su habitación, pero no podía abrir la puerta, tuvo que pararse en sus patas traceras y morder la perilla para abrirla.

Reviso buscando indicios de cualquier cosa, pero no encontro nada, iba a salir de la habitación cuando alguien abrió la puerta, escondiéndose debajo de la cama.

Observando que eran su padre y su asistente.

—¿Y bien?

Pregunto con disgusto su padre sentado sobre la cama.

—Aún nada, todo sigue igual que ayer.

Respondió apenado el asistente.

—¡MALDICIÓN!... Ah, Ray.

Dijo con frustración y un poco deprimido su padre, parándose unos segundos en el umbral de la puerta, saliendo a pasos pesados de la habitación.

Ray asomo lentamente su cabeza por debajo de la cama, con expresión confundida, su padre dejo la puerta abierta y salió en silencio de la habitación, bajando con cuidado las escaleras.

—¡HAA! ¡Un perro callejero se a metido!

Grito uno de los sirvientes, tomando una escoba en mano para golpearle.

Por los gritos de la sirvienta, todos vinieron con palos en mano a espantar al animal y otros a golpearle.

Ray escapó a toda velocidad de la casa. Él estaba un poco adolorido pero aún podía caminar, en un momento se encontro con un olor conocido, que le pareció agradable y lo siguió, llegando hasta el instituto.

En ese momento vió como Taylor salía charlando de forma amena con San.

—Como te decía, he estado pensando en escribir Fanfics, el primero que escribiré será, Extintor-chan con Escoba de lavandería-kun, es una bella historia de amor.

Comento San de forma entusiasmada.

—Me alegro por ti, pero viejo, eso suena como una historia muy loca, jajaja.

Decía Taylor riendo, mientras caminaban en dirección a la salida, divisando a su linda mascota.

El chico aceleró el paso hasta llegar a Lobo y lo acarició con mucho cariño.

—Hola Lobito, hace tiempo que no vienes a recogerme. ¿Me esperaste mucho tiempo, me extrañaste?

Decía Taylor de forma dulce con una sonrisa brillante.

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