¿Pesadilla?

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Taylor salió apurado de su casa, hubiera llegado tarde sino lo despertaba su linda mascota.

—Debería darle algún premio cuando regrese.

Decía felizmente Taylor corriendo al instituto.

Mientras tanto en casa, Ray estaba meditando.

Ya descubrí que mi cuerpo está "bien", eso quiere decir que estoy vivo, pero mi alma está en este cuerpo y tengo pequeños lapsos de tiempo donde vuelvo a ser humano pero no a mí cuerpo, entonces debe haber una posibilidad de volver a mi cuerpo, pero si yo estoy en este cuerpo ¿Lobo está en el mío? ¿O será su alma está vagando por algún lado?

Murmuraba Ray pensativo en la sala, acompañado de la abuela que estaba tranquila viendo su novela turca.

Sin saber en qué momento, Ray se durmió con el ruido de la TV de fondo.

Pero luego abrió los ojos sintiéndose un poco aturdido, sin saber por qué, su cuerpo se sentía entumecido.

—Hola Ray.

Dijo una voz de ultratumba.

Ray dirigió su mirada al origen de la voz.... Se paralizó sin comprender, con sus ojos tan abiertos que podrían salir de su cabeza... Podía ver cómo su cuerpo estaba parado frente a él.

—¿Te sientes mal?

Pregunto la voz de ultratumba burlona saliendo de la boca de su cuerpo... Era como a una títere de sí mismo.

¿Q-Quién eres?

Interrogó Ray amenazante, mostrando sus colmillos.

La versión humana se agachó a su altura y sonrió con descaro y malicia.

—¿No es obvio?

Dijo cínico mostrando unos ojos dorados brillantes y feroces.

En ese momento Ray se estremeció, erizando su pelaje.

—Gracias Ray por cuidar de mi cuerpo, ahora yo me quedaré con el tuyo, con todo lo que te perteneció y te pertenecerá.

Sentenció el otro de forma tenebrosa y cínica, mostrando en sus ojos dorados un brillo peligroso.

Ray se sintió impotente, y se abalanzó ferozmente sobre él, gruñendo y mostrando los colmillos.

¡¡CÁLLATE, CÁLLATE, devuélveme mi cuerpo!!

Reclamaba agresivamente, viendo esos maliciosos ojos dorados dentro de su cuerpo.

—No, todo se trata de sacrificio y tú no has sacrificado nada. Tú vida, todo lo que una vez te importo, todo lo que te importa, las cosas que quieres, las que querrás, a quiénes una vez amaste y amas, ahora me pertenecen.

Dijo con crueldad y malicia, mirando de forma fulminante.

Ray podía sentir como todo se oscureció a su alrededor, sintiéndose sofocado, aprisionado.

—Hey despierta~

Decía Taylor dándole palmaditas suaves en su lomo.

Ray abrió los ojos mostrándose confundido y aturdido.

—Parece que tuviste una pesadilla.

Dijo Taylor acariciando su cabecita para calmarlo.

¿Pesadilla?

Murmuró Ray con los ojos bien abiertos, mostrándose un poco aturdido.

Pudo a ver sido una pesadilla, pero era tan real para él, que no lo pareció.

Taylor noto que su mascota se veía un poco fuera de si y decidió calmarlo dandole caricias y mimos, calmandolo muy lentamente.

—Este animal se ve extraño, ¿No será que le contagiaste algo?

Comento la abuela mirando extrañada al Lobo nervioso, acurrucado con su nieto.

—Seguro algo lo afectó.

Menciono Taylor sonriendo de forma gentil, acariciando al animal.

Ray ahora se sentía más tranquilo por los cariñitos del chico, mas, ahora su mente estaba un poco revuelta.

¿Sacrificio, qué quiso decir con sacrificio?

Se preguntaba para sí mismo, mientras recordaba con disgusto las palabras de su pesadilla.

Todo en este momento le resultó confuso.

Después de unas horas, Taylor se arregló para salir para ir al hospital, como todos los días.

—Ya me voy~

Se despidió Taylor sonriendo mientras iba hacia la salida, pero Ray lo detuvo.

El chico no entendía e intento alejar a su mascota, pero Ray no lo dejo en paz.

—¿Qué te sucede?

Pregunto Taylor extrañado por su comportamiento.

Taylor no te vayas, por favor, no te vayas.

Pidió Ray mostrando una mirada suplicante, temiendo que algo sucediera sino tenía a Taylor cerca, pero el niño no podía entenderlo.

—Regresare pronto.

Dijo Taylor acariciando su cabeza y después salió corriendo de su casa.

Ray se sintió mareado, y sus patas no se movían. Ya no sabía que hacer.

Cuando Taylor regreso, se veía tan deprimido como siempre, y Ray fue hasta él, dandole consuelo, él cual ya necesitaba.

En la noche Ray temía dormir por miedo de tener otra vez esa pesadilla. No sé quedo dormido hasta que Taylor lo acostó junto a él y le dió caricias para que se relajara.

Convertido en tu mascotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora