Día de baño

79 5 3
                                    

Era fin de semana y Taylor se quedó todo el día en casa. Hoy tocaba bañar a su mascota y normalmente está es muy obediente y se deja bañar pero hoy....

—¡Lobo regresa aquí!

Gritaba el chico mientras corría por la casa persiguiendo al animal, tropezando se en el proceso.

No voy a perder lo que me queda de dignidad ¡No voy a dejar que me bañes!

Exclamó enojado Ray, pero lo único que se escuchaba eran ladridos.

Ray corrió a toda velocidad por la casa en sus cuatro patas, hasta que se enredo con sus propias patas.

—Por fin te tengo, muajajaja.

Expresó Taylor en señal de victoria, sonriendo fingiendo ser malvado, tomando en brazos al animal y llevando al baño.

Lavando con cuidado su pelaje, con champú y acondicionador, mas, el ahora animal se seguía resistiendo.

—Deja de moverte o sino terminarás tragando jabón y eructando burbujas. Jajaja.

Comentó burlón Taylor mientras exprimía el champú.

Eso no me causa ninguna gracias.

Murmuró malhumorado Ray, mientras escuchaba la risita burlona de Taylor.

—Listo, quedaste limpio —Dijo el chico sonriendo mientras lo secaba con una toalla el pelaje. Pero en un momento noto algo y se quedó paralizado—  Tus ojos se ven diferentes... Se parecen a los de....  —Dijo extraño el niño terminando de secar el pelaje de Lobo, y comenzó a limpiar el baño.

Ray no entendía lo que estaba diciendo, se intento parar en sus dos patas traceras y se afincó del lava manos para verse en el espejo. Se llevó la sorpresa de ver los ojos que originalmente eran de color dorado, ahora se veían exactamente como los suyos, cuando era humano.

¿Cómo es esto posible?

Se pregunto Ray confundido y un poco asustado.

Taylor estuvo ocupado ayudando a limpiar la casa por orden de su abuela, en tanto el otro se miraba confundido y preocupado en el gran espejo de la sala.

—¿Qué le pasa a esa bestia?

Pregunto la abuela observando al lobo.

—Talvez piensa que es bonito y guapo, y quiere admirar su belleza.

Explico Taylor mientras limpiaba el suelo.

—Que explicación tan tonta, por eso estás solo.

Regañó la anciana.

Por fin termino de limpiar, se tumbó en el sofá para descansar, y Lobo caminaba en círculos, como si estuviera pensativo

—Deja de caminar así te vas a marear. Ven y descansa conmigo.

Dijo Taylor, pero Ray no le hizo caso hasta que se canso y apoyo su cabeza en el regazo del otro.

En ese momento tocaron la puerta, molestando al chico.

Taylor tenía mucha pereza pero no le quedó de otra que abrir. Observando que eran San y su prima Hilari, dejándoles pasar hacía la sala.

Al ver quiénes eran, Ray no mostró mucha importancia, San era más amigo de Taylor que suyo y sabía que Jordan y San eran pareja pero esto no le importaba, pero a Hilari no la conocía mucho, mas, le resultaba molesta.

—Hola Taylor, Cómo te has sentido con lo de...

Pregunto San un poco inseguro.

—Tan bien como se puede estar.

Respondió tranquilo Taylor, acariciando la cabecita de Lobo.

—¿No crees que ese animal es peligroso? ¿Por qué no te compras un pez o un periquito?

Pregunto Hilari mirando asustada al animal fiero pero actuando dócil con Taylor.

—No. Con el me siento bien.

Respondió aún sereno Taylor con una pequeña sonrisa. Y de alguna manera Ray se sintió bien al escucharlo.

—Me alegro de ver qué ya estás de mejor humor.

Comento de forma más alegré San.

—¿Aún te gusta?

Interrogó frustrada la chica. Esto volvió incómodo el ambiente, y llamo la atención de Ray, tomándolo desprevenido, quien no comprendía a lo que se refería.

—Hilari cállate.

Ordeno San, sabiendo que su prima podía decir cosas en momentos inapropiados cuando menos se lo esperaba.

—¿Aún te gusta Ray? ¡Él siempre fue grosero y un cabron, parecía que nunca le importaste!... Te preocupas por él, pero no corresponde, si te hubieras declarado, Ray seguramente te hubiera recha-

Replicó Hilari enojada.

—Suficiente, ya no hables.

Ordeno nuevamente San de mal humor, interrumpiendola.

Taylor estaba callado con la mirada baja, y Ray seguía procesando la nueva información, sin créer lo que escucho.

—¡Ray no es ningún cabron. Y si, talvez me hubiera rechazado, pero igualmente lo iba hacer el día en el que él... Pero aun si me hubiera rechazado de cualquier forma, se iba enterar en algún momento.... Y aún si no me gustara él, fue primero mi amigo y no quiero volver a escucharte que hables de esa forma de él!

Expresó Taylor de forma enojada y un poco alterado, con los ojos rojos.

—Lo lamento Taylor, todo es mi culpa por traerla.... Te veré el lunes, lo lamento...

Se disculpo San. Habia venido para animar a su amigo, pero su prima apareció de entrometida y lo arruinó todo.

San se despidió y arrastró a Hilari de un brazo hacia la salida.

Apenas se fueron, Taylor se desplomó en el sofá nuevamente, cubriendo su rostro con las manos, en tanto Ray lo miraba con los ojos tan abiertos como platos.

Taylor no duró mucho tiempo en el sofá, se levantó y se encerró en su habitación.

Ray seguía en la sala, sin saber que expresión poner. Ya había procesado todo lo que escucho y vio, y no se sentía disgustado al saber que Taylor lo quería, pero también se sentía un poco... Triste.

Recordó que Taylor fue la primera persona en preocuparse tanto por él, buscándolo por si llegaba tarde, llevándole los libros para ayudarlo a estudiar, animando cuando tenía mal humor, y eso era casi todo el tiempo. Aunque dijera a veces que era molesto, en realidad le gustaba su compañía, aun si no lo decía.

Taylor duro todo el día en su cuarto y solo salió para cenar y limpiar los platos. Volviéndose a cerrar en su habitación acompañado por su mascota.

El niño acostado en su cama, parecía estar otra vez deprimido, en algún momento, lágrimas bajaron de sus ojos.

Ray al ver esto sintió una opresión en el pecho, no le gustaba ver al niño de esa forma. Se colocó junto a él en la cama, y acarició tiernamente su espalda con su pata, para calmarlo.

—Te extraño mucho Ray.

Dijo Taylor sollozando, mientras el ahora animal podía sentir como se le estrujaba el corazón.

Lo siento Taylor, soy lo peor.

Dijo con tristeza Ray mientras intentaba calmar al niño.

Por fin Taylor se calmo y se durmió. Ray lo miraba tranquilo, en un momento se miro en el espejo del cuarto de Taylor y se quedó sorprendido cuando se vio en forma humana acostado en la cama. Pero cuando parpadea volvió a verse como un lobo.

Ray decidió acurrucarse y dormir al lado de él.

Convertido en tu mascotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora