War Within Myself

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-¿Por qué nos miran así? ¿Por qué nos fuerzan? ¿Por qué no aplican lo mismo a nosotros que a ellos? A veces me da la sensación de que cuando nos pueden controlar lo hacen, y cuando no pueden nos odian.- 

-¿En serio crees eso? Nosotros mismos a veces hacemos cosas sin pensarlas, nos dejamos llevar por lo que nuestros instintos nos ordenan, para luego arrepentirnos si es cierto, pero ¿hasta qué punto a ellos no les ocurrirá lo mismo? Juzgamos siempre desde aquí, desde la distancia, sin saber cuantos de nosotros habrá en ellos, sin saber cuán confusos están.- 

-¿Piensas en serio que hay... que tienen a gente como nosotros? Si los tienen no lo parece. Parece que solo tienen orgullo, sensación de superioridad, control... totalitarismo... que esquivan el dolor, y que cuando nosotros lo hacemos... bueno, nosotros no, yo, porque a ti parece que te guste. Siempre me miras con superioridad, absolutamente igual que ellos, y estoy seguro de que los miras así tu también. A veces me pregunto hasta que punto no serás tu quien lo maneja a formar parte de esas jaurías y no yo.-

Su rostro no perdió un ápice de serenidad mientras recibía aquel comentario, que bien sabía podría calificar como insulto -Dime amigo, si ellos tienen tanto virtud como pecados ¿acaso no somos los dos quienes lo acercamos a esas jaurías? No lo acercamos a nadie, lo acercamos a como quiere ser, si no... no existiríamos, ese es nuestro propósito. Yo sé que sin ti no puedo existir, por mucho que intentes tomar el control absoluto no podrás, y si lo haces, quiere decir que yo ya habré acabado mi camino, mi misión, al final te conviene que esté aquí, o tu solo no sabrías qué hacer con tanto.- Sonrió, sabía que aquello, aunque sin intención de insulto, iba a ser tomado como tal.

-A veces me pregunto quién es más orgulloso de los dos. Si tu con tu maldita virtud, o yo con mis instintos y mi vanidad. A mi me ignora cuando piensa, y a ti cuando actúa.-

-Y sin embargo ahora, tenemos los dos miedo... ¿no es así?- Se miraron, las caras y miradas de ambos perdieron por completo anteriores expresiones, no eran rostros de miedo, si no de preocupación. -Esto es solo de él, podrá hacer uso de nosotros pero creo, que no nos va a permitir actuar de nuevo en este tema.-

-Él también tiene miedo... aquella guerra nos dejó devastados. Yo tomé el control, pero creo que le hice más mal que otra cosa.-

-No digas eso, hiciste lo que debías hacer, lo que en ese momento se tenía que hacer, a lo mejor un poco de manera agresiva si, es verdad, pero en mi no podía confiar en ese momento, y es mejor así.-

Sabían que se acercaba una guerra, ¿una guerra? ¿con quién? Lo mejor es que no era con nadie. Era lo más cercano a la situación que atravesaban, el único conocimiento empírico del que podían echar mano para poder definir cómo se encontraban. Es cierto que habría una guerra, pero no tenía nada que ver con nadie más, una guerra con él mismo, en la que ellos no podían participar porque no sabían como ayudar. Era una guerra contra la experiencia, contra el pasado, con el único objetivo de avanzar en una dirección predefinida. 

El miedo que tenían surgía de algo muy simple, fueron creados para crear dos caminos diferentes que llegaban a un mismo destino, lo sabían y aún así peleaban, pero había obstáculos que no podían saltar, y este era uno de ellos. Ninguno podía dar direcciones, ni decir qué hacer, debía ser él solo, a quien conducían. No era falta de confianza en él, si no en el destino, ese ente contra el cual, los tres, luchaban, uno de los pocos aspectos en los que todos estaban de acuerdo. Pero en estos casos, él debía lucharlo solo, exponiéndose al peor de los dolores.

En estas situaciones, si pudieran ayudar, uno de ellos diría rotundamente SI, el otro rotundamente NO, pero él no diría ninguna de esas cosas, ahí estaba el problema, en la incertidumbre, ya prácticamente su zona de confort, en la que nadie tenía poder excepto él. 

NO, tienes cosas más importantes que hacer, céntrate en ti mismo.

SI, desconecta del mundo, aunque sea por un tiempo.

No es blanco, ni es negro, es un sentimiento chicos, ya está ahí, no puedo destruirlo ni ignorarlo, pero tampoco cumplirlo, solamente puedo esperar a que todo salga bien, aunque duela, y sabéis por qué duele, pero no podéis seguir sobreprotegiéndome, cada uno a su manera, a veces me tenéis que dejar saltar a la piscina, ahogarme jamás me ahogaré, me podré hacer daño, golpearme, perder el conocimiento, pero no me ahogaré, además si no lo hago, jamás sabré que podría haber pasado. 

FeelingsWhere stories live. Discover now