Hufflepuff House Tempos |Harry Potter|

7

A Hermione le parecía curiosa la forma en que los Slytherin, incluso los más grandes, trataban con tanto cuidado a los Hufflepuff.

No hubo insultos demasiado fuertes-a menos que fuesen Hufflepuff hijos de muggles y Slytherin supremacistas-, ni existió un trató demasiado brusco. Incluso la terrible Bellatrix trataba a Hufflepuff como si fueran nada menos que sus mascotas que necesitaban ser atendidas y eso era, maldita sea, muy chocante.

La interacción en sí era extraña.

Pero a nadie parecía molestarle salvo a ella. La niña pensó que, tal vez, probablemente era de la misma manera cuando ella todavía era Hermione Granger, pero no se dio cuenta gracias a que estaba ocupada con otras cosas (como salvar a Harry, ayudar a Harry o huir porque estaban tratando de matarlos). Porque, ahora que lo recordaba, ella nunca vio a Draco o a algún otro Slytherin tratando mal a un Hufflepuff a menos que fueran cercanos, demasiado cercanos, a Harry. Incluso apoyaron a Cedric en el Torneo de los Tres Magos.

Era tan malditamente raro.

—¿E-en qué estás pensando? —la voz de Barty se escuchó, sacándola de sus pensamientos.

Hermione lo miró, apoyando la espalda en el tronco del árbol bajo el que estaba sentada.

—Me gustaría golpear a James Potter y a Sirius Black. —ella respondió.

—N-no creo que sea una muy b-b-bu... buena idea.

A Hermione ni siquiera le importó el tartamudeo de Barty al hablar, para ella fue algo completamente normal. Un niño con traumas siempre tendrá esa clase de problemas. De hecho, ella misma todavía se trababa al hablar cuando estaba en situaciones estresantes o aterradoras. La tortura de Bellatrix en su vida pasada le dejo grandes secuelas.

—Ya t-tienes una detención este sábado por golpear a Pettigrew.

—Eso no cuenta. —Hermione hizo un puchero. —Solo lo golpeé para que me dieran una detención también.

Barty negó suavemente con la cabeza, divertido.

—T-todavía no entiendo porque querías una.

—Para estar con mis hermanos. Los problemas de uno, son de los tres. —ella declaró. —Excepto cuando se trata de nuestros padres, allí cada quien está por su cuenta.

Los ojos de Hermione vagaron por el lugar. Algunos niños reían y charlaban, otros estudiaban sentados en el pasto cerca de ellos, otros incluso solo estaban pasando el rato bajó la luz del sol. Era un día bonito ese.

Las nubes vagaban por ahí libres, el cielo estaba azul y había sol. Incluso algunas aves o animales -seguramente mascotas- se paseaban afuera. Y el clima era templado.

Fue perfecto.

Hermione vio a una pareja besándose y ladeó la cabeza, con curiosidad. Barty siguió su mirada e hizo una mueca de asco.

—Eww. —expresó, asqueado.

Hermione se rió.

—¿Nunca has dado un beso, Barty? —ella preguntó.

Él niño negó rápidamente. —L-los besos son asquerosos.

Ella se encogió de hombros. —Yo pienso que tienen su atractivo.

—¿T-tú has besado a alguien? —Barty la miró con el ceño fruncido.

—Todavía no. —Hermione negó. En esa vida no lo había hecho. —Pero planeó darlo cuando cumpla los catorce años. Así que todavía me queda un poco de tiempo para decidir con quién darlo.