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Contrario a la creencia popular, Mionetta "Hermione" Tempos-Vitale, no era una persona mañanera. De hecho, lo que ella más odiaba era levantarse temprano. Tal vez hubo un tiempo, cuando fue Hermione Granger, en que le gustaba, pero ahora que era Mionetta ella lo odiaba. La niña prefería aprovechar la comodidad de una suave cama a levantarse por la mañana para socializar con la bola de inutiles, bobos y extrovertidos niños, preadolescentes y adolescentes que seguramente le darían migraña o la harían pasar un mal rato.

Ahora, se preguntaran, ¿Por qué ella estaba levantándose temprano un día lunes por la mañana?

Existían, afortunadamente, tres respuestas para ello. La primera y la más importante, Ron se enfadaría si ella no desayunaba con él. Le gustaba tener a su familia cerca para poder comer, incluso si esa familia solo podían ser sus hermanos por el momento. En casa, generalmente, Ron pasaría por alto la falta de sus hermanos en el desayuno. Sus padres estaban allí, pero eso era suficiente para él. En Hogwarts, por otra parte, él solo tenía a sus hermanos para confiar. Ron se sentía tranquilo si tenía a la familia cerca mientras comía. Además, Harry no se lo perdonaría si era él único en tener que seguir a Ron por la mañana.

La segunda razón era, lógicamente, que ella tenía clases a las ocho de la mañana. No podía perdérsela.

Y la tercera razon, igual de importantes que las otras dos, era que ella tenía que buscar a Barty para desayunar con él. Era su nuevo mejor amigo en esa vida, ¡Ella tenía que pasar tiempo con él!

Ella se movió por los pasillos de las habitaciones de las niñas y se movió hasta llegar a su sala común. Ron estaba allí, con el uniforme perfectamente colocado y una mirada vacía en su rostro.

-¡Buenos días, Ron! -a pesar de que Hermione odiaba levantarse temprano, ella era un sol radiante por la mañana.

Ron gruñó, asintiendo. Él, por otro lado, era un huraño poco hablador hasta que desayunaba y regresaba a ser él mismo de siempre.

-¡Buenos días, Harry!

Él niño bostezo, frotándose los ojos con una mirada adormilada y un adorable puchero en los labios. -Buenos días, Mione. -él era como un bebé hasta que se despertaba correctamente después de comer.

Harry, al igual que Ron, tenía el uniforme perfectamente colocado. Sin siquiera una arruga en él. Su cabello, por otra parte, era un desastre. Pero a los niños no les importaba.

Ron y Harry evaluaron a Hermione, antes de asentir apreciativamente. Ella lucía bien.

-Me gusta lo que usas para sujetar tu pelo. -Harry murmuró, mientras se movían para ir al Gran Comedor.

-¡Gracias, Harry! -ella sonrió alegremente. -¡Me la dio papá antes de irnos! -Hermione tomó la mano de sus hermanos mientras avanzaban, dirigiendolos. -Le prometí que la usaría esta mañana.

La cinta de la que Harry hablaba, era una de un bonito color blanco con pequeñas flores en una esquina, que Hermione estaba usando a modo de diadema para sujetar su cabello.

-Ron y yo estamos usando los anillos familiares. -Harry comentó, enseñando sus dedo índice y medio. -La casa Tempos y la Casa Vitale. Le pregunté a mamá si quería que usaramos el suyo, pero me pregunto si yo la odiaba tanto.

-Ah, porque mamá fue repudiada. -Hermione comentó, asintiendo. -Si, eso sería un insulto para ella. Ya veo porque pregunto esa tontería.

Ron gruño, pareciendo de acuerdo.

-Yo estoy usando un anillo que tiene los escudos de las dos casas grabados. Mamá lo mando a hacer para mí. -la niña enseñó su dedo anular, donde un delicado anillo con un pequeño diamante rosa relucía. En el centro del diamante, los escudos de la casa Tempos y la casa Vitale relucían orgullosamente entrelazados.

Hufflepuff House Tempos |Harry Potter|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora