prólogo

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[15, Junio, 1961]

El llanto de un bebé se escuchó en la silenciosa habitación. Fue agotador, especialmente para los otros dos que estaban con él. Pero era un llanto triste, así que deberían haber sentido pena... O lo hubieran sentido si no tuviesen tanto maldito sueño.

Viejo, ¿Podrías callarte?”, la voz de Ron resonó en la mente de los otros bebés.

“¿Ron?”, Harry, él que lloraba, preguntó.

“¿Podrían solo dejarme dormir?”, Hermione les dijo irritada. “Tenemos solo un día de haber nacido, quiero descansar.

“¿Hermione?”, Harry y Ron dijeron, sorprendidos.

“¿Dónde estamos?”, Harry preguntó.

En algún lugar... Cómo bebés.”, Hermione respondió. Ella estaba balbuceando. “Renacimos ayer, ¿te acuerdas?

Uh, cierto.”, Harry hizo un balbuceo. Todavía no se acostumbraba a lo que pasó.

Oh, mierda. Los pañales de nuevo.” Ron, gimió. “Creo que me oriné.”

Mierda.”, dijeron los otros dos.

Habían mojado los pañales también.

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Bueno, mierda. Ser un bebé era aburrido.

Solo comías, dormías, te cambiaban el pañal y podías llorar si estabas demasiado aburrido, o molesto, o si algo te molestaba, o si tenías hambre... O si estabas aburrido. Ron lloraba mucho cuando estaba aburrido y si Ron lloraba, Harry lo hacía y, en consiguiente, también Hermione. Y si los niños lloraban, los elfos aparecían y si no se callaban, entonces lo hacían sus padres. Y la cosa seguía hasta que alguno se aburría de llorar.

Originalmente ellos no deberían haber renacido de esa manera. El plan era viajar en el tiempo para reunir los horrocrux desde los once años y para, de esa manera, matar a Voldemort antes. Era un buen plan, infalible.

Hermione había analizado, estudiado y luego preparado la poción que salía en el libro asegurándose de tener todo correcto mientras Harry y Ron buscaban los materiales para el círculo mágico que harían.

Ellos habían realizado un ritual de sangre primero porque, bueno, era beneficioso (para poder saber si los otros dos seguían vivos) y los hacía sentir acompañados, como si nunca hubieran perdido a sus familias. El ritual los había vuelto hermanos para siempre, había unido sus almas, en consecuencia de eso, Harry y Hermione descubrieron que eran almas gemelas. A Ron no le importó porque, maldita sea, él siempre lo supo. En fin, los tres eran hermanos ahora en todo, incluso en sangre.

Cuando la poción estuvo lista, ellos hicieron el ritual. Harry y Ron consiguieron las cosas, mientras Hermione grababa las runas en el círculo mágico ya hecho (por Ron) y murmurando conjuros. Ellos se encargaron de tener todo preparado, para posteriormente, beber la poción al mismo tiempo (tenía un sabor asqueroso), se tomaron de las manos y comenzaron a murmurar el hechizo del  ritual, mientras se enfocaban en la fecha del viaje.

Ninguno de los tres notó que Ron estaba pisando una línea que no debería pisar, afectando la runa del renacimiento y el tiempo, ni que Harry tuvo un pequeño error en sus pronunciación al decir un par de letras cambiando ligeramente el conjuro, ni que Hermione pensó inconscientemente en que podrían retroceder un poco más atrás para salvar a todos, rompiendo el deseó original. Fueron errores que ni siquiera importarían normalmente, pero ocurrieron.

Y como siempre cuando se trataba del Trio de Oro, el plan falló.

Y el ritual era algo irreversible. Una vez que viajaran en el tiempo, no podrían volver. Su futuro desaparecería y con ello, todo lo que vivieron. Ello sabían.

Hufflepuff House Tempos |Harry Potter|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora