Promesa de un padre

Capitulo 4 - Promesa

Necesitaba estar solo

Quería esconderme en casa de Jonathan o Laila, pero tendría que darles explicaciones sobre qué pasó, del porque estaba tan enojado y frustrado, francamente no quería decirles nada. Ellos no sabían que en mis venas recorría la herencia de una familia de licántropos, que era un hombre lobo  o que se suponía que debía serlo.

Porque eso es lo que soy, solo un fracaso rodeado de personas asombrosas, pensé que con la llegada de Stiles eso cambiaría, que me ayudaría y no sería un completo inútil.

Nadie puede ayudarme a dejar de ser lo que soy.

Un completo fracaso.

Después de la escuela me encontré con papá en nuestro punto de reunión habitual, una zona despejada del bosque que se unía a una pequeña corriente de agua. Flores blancas y rojas rodeaban el lugar, algunas fueron plantadas en forma de trisquel, un pequeño sembradía que papá hizo en homenaje a sus antepasados.

Papá me ha entrenado aquí desde los diez años, tal como la abuela hale hizo con su manada, al principio eran solo ejercicios sencillos como flexiones, sentadillas, correr por el agua o escalar los arboles hasta la parte más alta posible.

Poco a poco eso fue evolucionando, pasamos de fuerza corporal a fuerza mental con ejercicios de meditación que en teoría cambiaría el estado de mi lobo, otras veces volvíamos a lo básico con peleas cuerpo a cuerpo, buscar el equilibrio físico e incluso reforzando mis reflejos (un consejo, no esquiven piedras con los ojos vendados eso les dejará marcas por todo el cuerpo).

Hemos seguido esta rutina tanto tiempo siempre con los mismos resultados, ya debería estar acostumbrado al fracaso, al parecer no...

- Esto es inútil, papá - dije frustrado.

Mi cabello estaba mojado, el sudor de mi frente chorreaba hasta el suelo, mis manos temblaban. Intenté transformarme otra vez, intenté absorber el dolor de Stiles quien se golpeó con unas ramas, intenté solo agudizar mi oído para escuchar el agua.

No podía hacerlo.

Ayer despertó algo en mí, una pequeña llama se encendió en mi interior, similar a cuando sientes que verdad estás en el mundo, ves lo que te rodea y sabes que todo está conectado, al desayunar con papá y Stiles esa flama solo se ha mantenido en un ambiente cálido que hace que me den ganas de aullar.

Nunca experimenté nada parecido, esto era lo más intenso que mis sentidos captaron.

Intenté hacer que mi lobo saliera el día de hoy, con esa llama, entrenamos hasta el anochecer para lograrlo, no funcionó.

- Soy un inútil – estaba tendido en el suelo, en un ultimo intento por sacar a flote mi lado licántropo intenté atacar a papá. En teoría la adrenalina podía ayudarme. Resbalé en el lodo antes de poder alcanzarlo. 

Papá me miraba a unos pasos de distancia, soltó un amargo suspiro, ni siquiera podía verlo a los ojos.

Stiles, quien pensé que tendría alguna idea para ayudarme con mi problema estaba en blanco, esta vez no tenía un plan B, porque tampoco tenía un plan A.

- Lo intentaremos otra vez - pidió papá.

- No – gruñí desde el lodo.

- Por favor sé que... -

- ¡TE DIJE QUE NO! – me puse de pie, salí corriendo.

Stiles intentó detenerme, lo esquivé y me escabullí entre los árboles, corrí sin rumbo fijo por el bosque.

...

Solo había un lugar en el cual esconderme, donde no considerarían buscarme. En las ruinas de la mansión Hale, rara vez papá venía aquí por la historia que estas paredes y sus cenizas ocultaban.