Capitulo 12. Nemeton (Parte 2)

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En nuestra videollamada con Ox, además de entregarnos instrucciones precisas sobre cómo llevar a cabo el ritual nos explicó muchas reglas del Nemeton que desconocíamos, como funcionaba el tiempo dentro del árbol (igual que en el exterior) o como solo yo podía cumplir con esta misión, pues Stiles al ser un simple mortal no estaba preparado para resistir la energía sobrenatural que el aire cargaba.

Ox, jamás mencionó que a cada paso que diera, fracciones del bosque se transformarían en nítidas imágenes de una vida que no era mía, era de papá. Muchas personas, situaciones desconocidas y conocidas se me presentaron sin invitación.

Intenté convencerme que alguien me mostraba falsos recuerdos para alegarme de papá, empatizando con un dolor inexistente que él sintió en el pasado, como si se tratara de una cruel broma.

Intenté e intenté convencerme de eso, pero no pude. En el fondo, gracias a mi lobo, sabía que era verdad. En especial porque muchas de las cosas que vi, eran situaciones de las que yo fui testigo...

Veía a papá rescatándome a mí y mis amigos del acantilado.

La vez que discutimos por mis poderes.

Cuando no quería practicar con él mis jugadas de Lacrosse.

La última vez que vio a Stiles, cuando nos llamaba, decía que regresaría y nunca lo hizo.

Los entrenamientos en lo que intentó despertar mis poderes y no pudo.

Cuando mi lobo se despertó por Scott, lo herido que estaba papá por eso.

Mi mirada cuando supo que debía sacrificarse para detener al Nogitsune.

Fue demasiada información... no podía procesarlo todo a la vez.

Con los ojos a medio abrir, arrastrando mis pies por la tierra me acerqué a uno de los árboles y me senté en sus raíces, refugiándome en su sombra. Buscando un poco de paz.

Llevaba horas caminando por todo el bosque, siguiendo el aroma de papá que se desvanecía cada vez que estaba por llegar a él, observé muchas de sus memorias, cada una más dolorosa que la anterior.

Conocí cosas sobre papá de las cuales ni en mis peores pesadillas imaginé, tantas muertes, torturas y lamentos, era similar a experimentar el momento más doloroso de tu vida, multiplicarlo por un valor infinito y guardar toda esa tortura en el corazón.

Lo peor es que de algún modo, ser espectador de los recuerdos de papá, casi me hacía participe en carne propia de su sufrimiento, muchas sensaciones me inundaron hasta ahogarme.

Mi contribución en su vida fue la de ser una horrible persona, la peor que existe en el mundo, lastimé a papá de muchas maneras en diversas ocasiones.

La vida era horrible, tanto sufrimiento como le pasó a papá, era la carga que nuestro apellido llevaba, una maldición de generación en generación.
Talvez él estaba mejor muerto, puede que incluso yo también...

Sudor recorría mi frente, respirar era una proeza. Quería llorar y al mismo tiempo estallar de furia, no lograba entender que pasaba por mi mente.

Inconscientemente desenfundé mis garras, brillantes como el metal por la luz de las lunas, despacio las dirigí a la altura del corazón.

Cerré los ojos.

Las hundí en mi pecho.

...

Sé que jamás estaría al tanto de la historia de mis predecesores, eran millones de aventuras que incluso ellos no recordarían como para narrármelo.

Pero, una cosa era no recordar y otra querer olvidar e incluso mentir a los que te rodeaban para ocultar tu pasado.

Papá siempre me ha dicho que la mansión Hale fue destruida debido a un error en el sistema eléctrico, una chispa saltó y la madera se consumió a una velocidad impresionante.

Promesa de un padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora