Eran las cuatro de la tarde, me aproximaba al acantilado de Beacon Hills.
Mis extremidades rasgaban la tierra, corría en mi forma beta, con mis ojos brillando cual sol de medio día y mis colmillos fuera, listos para el ataque por si algún obstáculo se acercaba.
Serpenteaba a gran velocidad entre los árboles, pasando por troncos y ramas bajas.
Por esquivar algunas piedras las ramas más grandes me golpeaban en el rostro derribándome en repetidas ocasiones, aunque gracias a mi autocuración no me quedaba ninguna marca en la piel, solo un poco de sangre seca.
Desenfundé mis garras y las incrusté en el tronco más cercano, consiguiendo el impulso necesario para alcanzar las piedras más grandes del acantilado, casi a media subida.
Escalé con gran rapidez, dando brincos de varias piedras de distancia hasta llegar al borde del barranco, pensé que por fin había ganado, que mi esfuerzo dio resultado y conseguí derrotar al alfa, pero me equivoqué. Papá estaba en la cima, con su típica pose de brazos cruzados cerca de uno de los árboles de pino.
- ¿Enserio? - me costaba hablar, estaba agitado por el esfuerzo - ¿Cómo llegaste tan rápido? Salí antes que tú -
- Admites que hiciste trampa - arqueó su ceja.
- Aaaaa - achiné los ojos - ¿No...? - resopló con gracia - O vamos, no fue trampa, solo fue... un pequeño apoyo para... superar mis límites. Además, no puedes culparme por hacerlo, cada vez que tenemos una carrera siempre ganas - enumeré con los dedos - tomé varias rutas, salté entre los árboles, una vez corrí solo con ropa interior para aligerar mi peso, pero nada, ¿Cómo lo haces? ¿Eres más veloz por tus poderes de alfa sensei o cual es el secreto? ¿Dejarme la barba? El problema es que aún no me sale, soy lampiño -
Ahora que papá ya no tiene miedo de mostrar cuál es su verdadera forma, nuestra unión como manada ha mejorado en estos días.
Pasé la noche de luna llena (el día anterior) con él y Stiles acampando en el bosque, su primera luna llena desde que revivió, mi primera luna llena desde que recuperé la parte de mí que tanta falta me hacía.
Fue como volver a ser un niño, sin preocupaciones solo disfrutando del momento, fue increíble, lo que le sigue de increíble.
Corrimos por todo el valle bajo el manto de las estrellas. El viento golpeaba nuestros rostros, nos hacía sentir libres, nuestros lobos estaban felices y se sentían poderosos a cada paso.
Lo única cosa mala, que ni siquiera era algo malo como tal, es que mis habilidades sobrenaturales aún estaban en una fase bastante preliminar. Desbloqueé todos los poderes que se supone debo tener, solo que ha comparación de los de papá estaba muy limitado, pero eso no parecía importarle, ahora mismo tenía una mirada de orgullo en su rostro.
- Tienes buena técnica, son saltos muy buenos, un poco más de práctica y lo dominarás por completo -
- Eso ya me dijiste, incluso Stiles me lo dijo en el desayuno... Eso significa que ya superé mi récord - sacó su celular y revisó el cronometro.
- Seis minutos con diez segundos -
- ¡Qué! eso es apenas tres segundos menos que la última vez. A este paso me jubilaré antes de llegar a cuatro minutos y para entonces seré muy viejo para verme bien corriendo sin camiseta por los árboles -
Me senté en el borde del abismo, colgando los pies al aire. Arranqué una pequeña parte del pasto y me puse a quitarle las espigas, dejando fluir mis ideas.
El paisaje desde este lugar nunca dejaba de sorprenderme, las casas, los edificios y autos eran solo juguetes, las personas parecían hormigas... cada una de ellas tenía su historia, como yo o como fui descubriendo que papá y Stiles tenían.
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Promesa de un padre
Teen FictionEli y su padre, Derek Hale, son una familia de licántropos con una vida simple y complicada a la vez en Beacon Hills. Dónde un día gracias al regreso de Stiles y a su iniciativa, el status de todos cambiará dando paso a una nueva etapa. Para bien o...