O2

1.1K 82 3
                                    

—Hey Cuti, calmate, tranquilo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Hey Cuti, calmate, tranquilo...—consolaba el Omega a su amigo, mientras el alfa se apoyaba y sollozaba en su cuello, respirando el aroma a lavanda y pino que desprendía el contrario

—Licha... ella se fué, m-me dejó a mi y a Valen

—Calmate, yo estoy con vos, ella se fué y no te va a volver a lastimar, te lo prometo, ni a vos ni a Valen

Oficialmente se cumplió un mes desde que Karen abandonó a su ex marido y a su hijo, Cristian no la estaba pasando bien, y Lisandro lo sabía.

En la noche, el alfa llegó repentinamente al hogar del Omega, a pesar de que estaba con su hijo en brazos, estaba borracho. Lisandro de inmediato lo ayudo a entrar, sosteniendo al pequeño en brazos, pasó un brazo del menor por su cuello y lo encaminó hasta la habitacion, recostandolo.

—Cristian, que carajo pensabas teniendo a tu hijo mientras estás borracho— le reclamó el defensor, iba a continuar hasta que sintió unos sollozos provenientes del alfa

—E-Eu Cuti ¿Qué te pasa?—Iba a seguir preguntando hasta que cayó en cuenta de lo que sucedía, se recriminó por ser tan boludo y no darse cuenta de que hoy era ese día, el día en el que a su amigo se le vino todo el mundo abajo.

Estaba apunto de dejar a Valentino en el otro lado de la cama, pero fue jalado por unos fuertes brazos, para luego tenerlos rodeando su cintura, quedando en el regazo del Alfa y con el nene en medio, el cual se estaba quedando dormido por la mezcla de aroma de ambos.

Y así volvemos al inicio, con un Cristian sollozando, susurrando y aspirando el aroma del Omega mientras este lo consolaba y acariciaba la melena rubia del menor, liberando feromonas que tranquilizaban a ambos.

—M-Me gusta tu olor Licha—Dijo, ya un poco mas tranquilo por el consuelo del otro, al parecer los efectos del alcohol cedian, comenzando a liberar el aroma del Alfa, un olor que volvia loco al omega, un aroma a mate y alfajor.

—Gracias Cuti, p-pero hay que dejar a Valen en la cama y de paso te preparo un café para que se te pase la borrachera un toque—Contestó nervioso y sonrojado, no le molestaba para nada la cercanía del Alfa, es alguien de mucha confianza y además él ya se acostumbró a estar rodeado de Alfas territoriales y protectores.

El hecho de estar acostumbrado a la presencia de muchos Alfas, el celo era un problema grave. Dos veces sufrió su celo en pleno entrenamiento cuando estaba en la sub 20, por suerte, los Betas y su DT, un Alfa con Omega, lograron manejar todo, resguardándolo y conteniendo a todos los Alfas afectados por las feromonas.

De igual forma, nunca olvidará la vez que quisieron sobrepasarse con él, intentando marcarlo en contra de su voluntad.

Pero eso era historia pasada.

Volviendo con Cristian, él se negó a alejarse del Omega y de su hijo, moviendo la cabeza en señal de negación ante lo dicho por el contrario.

Lisandro suspiró cansado, eran aproximadamente la 01:00 a.m, y por lo que veía, el cachorrito del Alfa estaba dormido, después de todo esas horas no eran aptas para que una criatura de dos añitos esté despierta.

—Che Cuti, ¿Vamos a dormir querés? Valentino está dormido y te aseguro de que yo tengo el mismo sueño que él— Susurró mientras le acariciaba la cabeza a su amigo, ni en pedo lo iba a dejar solo ahora, él necesitaba de alguien, aparte estaba seguro de que algo borracho seguía.

Romero escuchó claramente lo que el contrario dijo, y con una sonrisa rodó con cuidado sobre la cama, abrazando al Omega sonrojado y a su dormido hijo. Básicamente quedaron en una triple cucharita, con el Alfa aspirando el aroma del Omega y el pequeño en los brazos de Martínez.

El Omega defensor estaba completamente sonrojado, suspiró nuevamente y los tapó a los tres con las sabanas de su destendida cama luego de levantarse para abrir la puerta de su reciente visita.

El Alfa estaba feliz, sentía el aroma del Omega, de su Omega, mientras este abrazaba a su cachorro. Ambos liberaban feromonas tranquilizando el ambiente, y cayendo profundamente dormidos.

Exactamente eso necesitaban Valentino y Cristian, una persona mas, un sostén más, una calidez más.

Spoiler: Se despertaron a las tres de la tarde al otro día, por suerte era domingo

Spoiler: Se despertaron a las tres de la tarde al otro día, por suerte era domingo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Reencuentro en la Albiceleste •Adaptación CutiLicha•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora