Cristian Romero es uno de los mejores jugadores jovenes de la Argentina y uno de los Alfas más codiciados y deseados tras su reciente divorcio.
Lisandro Martínez, un bello Omega deseado por todo Alfa y Beta joven, una belleza y un astro en el campo...
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⚠️Continuacion del cap 15⚠️
—Dalee, Decí que sí boludo—Susurraba el Papu entre dientes al ver la tierna escena de los dos jóvenes.
—Uy este más lerdo es, la puta madre—Decía Rodri también en voz baja, hasta que la mamá los calló.
—Shhh, cállense forros—Messi con tres palabras había controlado la situación.
Son como niños, muy rebeldes la verdad.
—Lio, Cristian es re lento hace algoo— Aimar sacudía a Scaloni mientras este solo veía atentamente la escena y se cagaba de risa.
—Qué querés que haga Payasito, son grandes los pibes ya
Todos volvieron a observar que hacían los dos defensores de la Scaloneta.
—Me ofende la pregunta ¿Sabías?— Martínez depositó un casto beso en los labios de su Alfa— Porque es obvio que sí Cuti
Ambos se abrazaron cariñosamente, pero se sobresaltaron por ciertas personitas escondidas en la cocina.
Todos los chusmas que habían estado espiando la escena saltaron rápidamente y gritaron, habían hecho un quilombo importante porque tiraron todo.
—¡Por fin la puta madre!—Decía Nahuel, obviamente él era el fan número uno del “CutiLicha”
—¿No podían tardar más?—Otamendi también se había sumado a la campaña de cagarlos a pedos.
—Manga de boludos, tres años tardaste Cuti—Ante la frase de Messi todos gritaron y cantaron al unísono algo cómo “¡Vamos la parejita!” mientras el Omega se enrojecía rápidamente y recibían abrazos de todos.
En cierta parte a Paredes no le dolía, porque había comprendido que no le correspondía el lugar de conquistar a Lisandro, así que festejó con ellos también.
Se podría decir que se llevaban bastante bien con Rodrigo, le llamaba la atencion como al Omega le gustaba su compañia, y eso la mayoría lo notaba, no iba a arruinarlo.
—Bueno ya está pendejos, calmense— Dijieron en un tono autoritario Aimar y Messi, sin contar que habían dejado la cocina un desastre de la emoción, así que todo el mundo se sentó, mientras ponían una mueca de molestia
—Ma— Valentino se acercó a los brazos de Lisandro, al parecer también había disfrutado de todo el show, según él se veían todos muy graciosos.
Lisandro le besó la frente y lo alzó en sus brazos, nunca iba a cansarse de ese pequeño, demostraba todo el cariño que tenía para darle, y viceversa.
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