💭┊ೃ Cuando ves por primera vez a tu pareja destinada, tu omega o alfa lo sabe. Jay lo encuentra en un omega que no puede saber cuándo ha encontrado a su alfa destinado.
Jay hará lo imposible por demostrarle a Heeseung que es su alfa destinado.
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El alfa caminaba directamente hacia HeeSeung. El omega se encontraba sentado en el césped del campus mirando algo en su cuaderno con atención, ni siquiera se ha dado cuenta de su presencia, por lo que Jay se permite inhalar el dulce aroma que desprende el omega, lo bonito que se ve a la luz del sol y cómo este lo hace sentirse.
Desde que HeeSeung le permitió olerlo de cerca, su alfa se volvió loco y su mente ha estado nublada por esa razón. Está claro que está sintiendo cosas por el omega y ni siquiera le importa, se ha dado cuenta lo difícil que es para él mantenerse quieto, mantener todo el autocontrol que tiene en su cuerpo para no ceder ante las constantes súplicas de su alfa.
Aunque HeeSeung aún tenga esa inseguridad debido a las omegas y a lo que sucede con él, quiere darle el poder de decidir, de llevar todo a su ritmo.
Se acercó al omega sonriéndole para luego sentarse frente a él. HeeSeung se asusta un poco, pero se da cuenta de que es él al captar su olor y se mantiene calmado.
─Hey ─ le dice.
HeeSeung guarda su cuaderno en su mochila y todas las pertenencias que ha dejado afuera, lo mete todo a su mochila y luego presta atención al rubio.
─ Jay ¿Ya estás mejor? ─ HeeSeung se acerca colocando la palma de su mano en su frente.
Desde cerca puede sentir el dulce aroma a cerezas desprender de HeeSeung.
Con sólo su olor puede saber su estado de ánimo. Relajado y feliz. Concluye a partir de su aroma, eso relaja a su alfa y se mantiene con la guardia baja. Esa es una de las cosas que mantienen en constante alerta a su alfa, que HeeSeung se encuentre preocupado o enfadado. Su alfa solo quiere que el omega esté tranquilo, seguro y cómodo, si no lo está su alfa se mantiene inquieto y loco, y Jay buscaría la forma de resolver todos aquellos problemas que no dejan en paz al omega.
Esas son cosas con las que Jay tiene que luchar día a día, solo para no incomodar al omega. Es demasiado difícil luchar contra su naturaleza y de su propio alfa, sabe lo afortunado y bien educado que está, porque hay miles de alfas que se aprovechan de su posición y fuerza lastimando a los omegas débiles. Más hay algo de lo que Jay y su alfa siempre están de acuerdo, que lo primordial de todo esto es que HeeSeung se sienta seguro.
Regresa su atención al omega, su cabello se mueve debido al aire y sus ojos lucen brillante. Sin poder evitarlo se acerca un poco más a HeeSeung para apreciarlo mejor, pero manteniendo su distancia y sin perturbar el espacio personal del omega. Se centra en la pregunta, su celo fue el más difícil desde que encontró a su destinado, porque las constantes suplicas de su alfa por pasarlo con su omega lo hicieron más difícil, pero eso es algo que no le diría en voz alta.
─ Fue difícil, pero ahora estoy mejor. Solo necesitaba recuperar energía y fuerzas ─ Jay dice─. De todos modos, no podía perderme el examen, aunque quisiera.
El omega suelta un puchero. ─Ay Jay, deberías haberte quedado en casa te veías cansado.
Jay sonríe sin poder evitarlo al ver la preocupación del omega. Se inclina cepillando el cabello de HeeSeung, sus rizos suaves entre sus dedos y los ojos brillantes mirándolo. Esperaba que el omega rechazara su toque, pero en cambio, HeeSeung sonrió suavemente cerrando los ojos e inclinándose más. Jay lo complace y acaricia su cabello. Suave y castaño.
