La mañana siguiente me levante antes que los chicos. No me sentía muy bien que digamos, tenía dolor de cabeza.
Me decidí primero que nada tomar un baño con la esperanza de que mi cuerpo se relajara para después ir a la enfermería por unas aspirinas.
El agua caliente recorriendo mi cuerpo se sentía tan bien, me quede ahí sin hacer nada durante por lo menos media hora.
Me envolví en una toalla y salí silenciosa del baño, ya que gracias a mi despite se me había olvidado toda mi ropa afuera. Que tonta.
Los chicos seguían durmiendo, me asesoré de ello antes de salir del baño, así que confiada llegué a mi parte del armario y me dediqué a tomar unos vaqueros, una blusa y mi ropa interior.
Cuando dí la vuelta dispuesta a regresar a la seguridad del baño me quedé como tronco, a unos pasos más allá un par de ojos adormilados me observaban. A lo mejor siendo bastante rápida y con algo de suerte Adam todavía no estaba en sus cinco sentidos, así podría escapar a toda velocidad.
Me moví un centímetro, solamente un maldito centimetro.
-¿Te vas tan rápido?. No me importaría si decides vestirte aquí- dijo él con una sonrisa ladeada y su voz todavía ronca por el sueño.
Demonios, es demasiado sensual.( cállate conciencia hormonal)
Ahora estoy convencida que obviamente no tengo suerte, aunque eso ya lo había confirmado desde que me enviaron a este instituto.
Tomé todo el aire posible, no caería en sus provocaciones. Por lo menos no le daría el gusto y claro, recordando lo sucedido hace horas, tenía que jugar al mismo juego. No había alternativa. Esto era una partida de ajedrez.
- Ya que eso es lo que quieres, esta claro, que no lo haré - diciendo esto me dirigí al baño y cerré con seguro.
Después de estar completamente vestida y tomándome mi tiempo, me encontré de nuevo en la habitación.
Josh y Dan seguían roncando, literal babeaban.
De lo que no me había dado cuenta hasta reparar en la cama de Adam, donde él claramente no se encontraba, era que estaba acostado en la mía.
Sus ojos estaban cerrados, así que me acerqué, para confirmar si se había quedado dormido.
Una vez cerca, se me ocurrió una gran idea, tomé un rotulador azul, ya se que es algo demasiado infantil, pero el muy idiota estaba en mi cama, quien le había dado permiso a tal acto. En fin, estaba a punto de pintarle unos lindos bigotes, cuando en un abrir y cerrar de ojos me encontraba encima de Adam abrazada por la cintura por esos bien marcados brazos y sobre su pecho desnudo. Mi rotulador cayó al suelo, quedando en el olvido la travesura.
Sus ojos seguían cerrados pero estaba claro que se encontraba más que despierto, todo había sido una estrategia para capturarme. Era astuto.
- Suéltame - dije en un intento de zafarme de su agarre. Sin éxito.
- ¡Vamos! ¡Que te he dicho que me sueltes!- esto lo dije en un gritito frustrado; como era posible que los otros dos neandertales no escuchasen eso, pensé por un breve segundo, llegando a la conclusión que la noche de fiesta debió de dejarlos aniquilados.
En ese momento Adam abrió sus ojos fijando esa mirada profunda en los míos.
-Si de verdad quisieras que te soltara lucharías un poco más ¿no crees?- me susurró en el oído.
Este chico me desespera.
- Eso quisieras, pero lamento decepcionarte. No me satisface en lo más mínimo estar así contigo en mi cama.- dije ocultando, para mi sorpresa, bastante bien mi nerviosismo. Su sonrisa maliciosa apareció.
- Tal vez así no, pero que tal así- dijo él. Sin darme ni un segundo para asimilar lo que acababa de decir, giró en la cama conmigo, haciendo así que él quedara encima y yo abajo.
- ¡¿Qué...qué estas haciendo!?- dije empujándolo. Sin lograr que se moviera.
Me tenía inmovilizada, la punta de su nariz rozaba la mía.
Iba a besarme o eso me pareció.
Cerré automáticamente mis ojos, fue un acto reflejo, no pude evitarlo. Al cabo de unos segundos escuche su risa, para mi gusto, bastante petulante. Abrí mis ojos y me encontré con los suyos.
-Cariño, de verdad pensaste que te besaría- afirmó él, con una sonrisa picara en la cara.
En ese momento la sangre empezó a hervirme en las venas. Maldito, quien era para burlarse de mi.
Soy una tonta, por desear aunque sea por instante probar sus labios.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué tanto ruido? - esa voz provenía de Josh. Sacándonos a ambos del asunto que se cocía entre nosotros.
Adam volteó inclinando su cuerpo ligeramente hacia donde la voz provenía y yo tomé esa oportunidad para empujarlo, haciendo que cayese al suelo y liberándome de su agarre.
- No es nada relevante Josh, solamente es Adam teniendo complejo de macho egocéntrico y pervertido.- observé como Adam se levantaba del suelo y en mi cara se dibujó una sonrisa burlona.
Por otro lado Josh se desperezaba, asintiendo con la cabeza. Al parecer la cruda que se traía no lo dejaba pensar muy bien. Levantándose sacudió a Dan por el brazo. Lo cierto era que ya eran pasada las 12:00 de la tarde, aprovechando de repente el intercambio de palabras entre Adam y Josh, me puse en marcha fuera de la habitación, obviamente dedicándole una última mirada asesina a Adam que me observó divertido.
Al cabo de una hora, después de que pasé por la enfermería por el tan dichoso analgésico y desayuné una dona de una máquina expendedora, ya que el paraíso de la comida, que es como llamo al comedor, para mi desgracia estaba cerrado, ya que tiene horarios específicos para las tres comidas reglamentarias del día.
Estaba segura que la siguiente no me la perdería por nada.
Caminar un sábado por los jardines del instituto era solitario, la verdad es que agradecía no encontrarme con nadie, a excepción claro de algunos empleados aseando cosas o podando algo.
Caminé hasta encontrar el lugar perfecto donde meditar y planear mi venganza, o mejor dicho mi próxima jugada; ya le había tocado a Adam, ahora era mi turno y planeaba sacarlo de quicio.
Mis maquinaciones sobre posibles venganzas hacia Adam fueron disipándose sentada bajo aquel árbol con la agradable brisa que golpeaba mi rostro y los tenues rayos del sol que lograban filtrarse a través de las coposas ramas.
Mis ojos empezaron a cerrarse y perdí todo conocimiento del tiempo transcurrido en los suaves y muy deseados brazos de Morfeo.
Desperté gracias a que note un insistente zarandeo por parte de un hombre que si mis cálculos no era erróneos rondaba los 40, el cual no tenía idea de quien fuera y no reparé en averiguarlo. Dándole las gracias por despertarme, me despedí de este.
El resto de la tarde lo ocupe en emparejarme con los deberes escolares, nada divertido pero era necesario.
No vi a los chicos, hasta el siguiente día.
*_° ^3^
Hola, millones de GRACIAS por leer mi novela y dejarme sus gratos comentarios, de verdad me motivan a seguir publicando. Espero de corazón que lo sigan haciendo.
Disfruten de un muy buen día o una espléndida noche, según sea el caso.
BYE BYE
~°3º~
ESTÁS LEYENDO
¿Internado para señoritos?
Teen Fiction- Estas de broma - le dije a mi madre con las cejas levantadas. - No. Estoy hablando muy en serio - su cara expresaba total seriedad y enojo. No lo iba a aceptar, mi madre se había vuelto completamente loca. - No ire a ese internado, soy una chica...