Capitulo VIII: ¡Que noche!

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LUCE:
Creer que entre Adam y yo se estaban arreglando las cosas era decir mentiras, después de aquel día de la pelea evitó, otra vez, dirigirme la palabra, tanto era no querer ni si quiera verme que llegaba tarde al dormitorio en las noches, cuando todos ya dormíamos. Ni Dan, ni Josh me habían querido contar nada sobre la relación tan tirante entre Adam y Kyle, y después de días tratando de sacarles información, terminé por darme por vencida.

Era viernes, y además de ser el comienzo del maravilloso fin de semana, había fiesta en casa de algún amigo del amigo de un amigo de Dan, o eso era lo que él decía, a la cual fui invitada y obviamente acepté ir.
Me estaba preparando y no tenía idea de que era adecuado ponerme, después de meditarlo un buen rato opté por ponerme un vestido sencillo color azul marino y zapatillas con poco tacón, deje mi cabello suelto y me maquillé ligero.
Una vez lista salí del baño, en el dormitorio los chicos me esperaban sentados en sus respectivas camas, platicando sobre Lacrosse. Hombres, siembre hablando de deportes.
- Estoy lista - dije, haciendo que girarán sus rostros hacia el sitio donde me encontraba parada.
Por las expresiones en sus caras supongo que me veía bien, porque los ojos parecían salírseles de las órbitas, y no nada mas a Josh y Dan, si no también a Adam, lo cual me hizo sentirme estupenda, hasta que volvió con sus actitud de nada de ti me importa un cacahuate. Idiota. Me frustra.
Evitando que esa actitud echara a perder mi noche, pase por enfrente de los tres llegando a la puerta.
- ¿Qué, no vienen? - dije sonriéndoles. Me miraron una vez más con cara de bobalicones y por fin nos pusimos en marcha.
***
Entramos a una casa, mas bien mansión, llena de gente, música realmente alta y olor a alcohol. Típico.
Seguía avanzando entre la gente, algunos bailaban, otros sin embargo estaban casi tragándose ( que asco, no se pueden ir algún sitio privado a besuquearse de ese modo) y otros más completamente borrachos.

Todo iba bien, hasta que me voltee para preguntarle a los chicos que haríamos.
No estaban por ningún sitio, ¿tanto tiempo me había distraído que los perdí en la multitud?.
Estaba completamente sola, los había perdido en el mar de adolescentes borrachos y a mi parecer algunos bastante drogados ya que parecían demasiado extasiados.
Seguí caminando hasta que encontré un lugar menos lleno de gente, claro, era el patio trasero de la casa, que bueno que era una noche calurosa si no me moriría congelada eso si tenía suerte y no amanecía muerta en algún sitio remoto y salía en primera página del periódico "chica asesinada por quien sabe quien" ¡bah! Seré una exagerada, pero esos chicos me las pagaran por dejarme sola. No conocía a nadie.
Ya estaba cansada, parecía imbécil parada sin hacer nada, vine a divertirme, así que eso haré, no me importa que me abandonaran o que yo los perdiera de vista, como sea.
No sé cuantos vasos de licor me tomé, pero ya estaba bastante mareada y muy feliz. Decidida a bailar sola me dirigí a lo que parecía una pista donde había bastante gente moviéndose, empecé bailando sola no se cuanto tiempo cuando un chico, bastante guapo, se acercó a mi tomándome de la cintura, empecé a mover mi cuerpo muy cerca de ese chico rubio, supongo que no tenía nada de malo y para ser sincera no estaba para nada en mis cinco sentidos, así que no pensaba en las consecuencias de mis actos.

****
ADAM:
Estaba con un par de chicas bastante sexis, cuando la ví, moviéndose sensual, sola en la pista. Mis ojos no se podían despegar de ella, estaban atrapados sin remedio alguno. Ella era realmente hermosa. Seguí mirándola sin ponerle atención alguna a las rubias a mi lado.
Fue cuando vi a ese tipo acercársele y ella empezar a mover su espectacular cuerpo muy cerca de él, el tipo la sostenía por la cintura, el muy desgraciado.
Aparté mi mirada, ya no quería verla coqueteando con aquel imbécil.
-Suéltame idiota- se escuchó bastante alto a pesar de la música. Acto seguido mis ojos siguieron el sonido de esa voz dulce y autoritaria, cuando la ví, Luce hacia lo posible por soltarse del idiota rubio, que como era de esperarse estaba tratando de besarla a la fuerza.
Sentí una furia tremenda recorrerme el cuerpo y segado por ella me dirigí hacia donde se hallaba Lu.

***
LUCE:
- Que te he dicho que me sueltes, imbécil- ya llevaba diciéndoselo desde que empezó a tratar de obligarme para que lo besara. Quería golpearlo pero me tenía atrapada en sus brazos muy cerca de su cuerpo, y como había bebido demasiado me sentía fatal, y no tenía la fuerza necesaria para aplastarlo como a un maldito y asqueroso insecto.
Forcejeé una ultima vez, ya estaba presa del pánico, que iba a hacer, nadie me ayudaba.
De repente alguien lo aparto de mi bruscamente, haciendo que al cabo de segundos lo viera tirado en el piso agarrándose la cara y goteando sangre de la nariz.
Delante de mi, de espaldas se encontraba un chico. Mi salvador.
Cuando "mi salvador" giró y vi a Adam mirándome con la cara roja y a mi parecer con un deje de ira, no esperé a que pronunciará palabra alguna, si es que lo iba a hacer, así que salí de ahí sin un rumbo específico.
Una vez que me metí en uno de los pasillos de la gran casa, alguien me detuvo sosteniendo mi brazo haciendo que me girara.
- Por lo menos dame las gracias- dijo un Adam enojado.
- No tengo por qué- le dije irritada girando y siguiendo el camino a no se donde.
Otra vez esa mano cerrada en mi brazo, haciendo que girara una vez más quedando esta vez más cerca de él.
- ¡¿sabes por qué?! ¡Porque acabo de salvarte de ese pervertido con el que bailabas!- me lo dijo gritando, lo que me puso por alguna extraña razón más furiosa de lo que me encontraba.
-En primer lugar ¿ a ti quien demonios te pidió ayuda? ¿Eh? - mi voz salió en un grito de frustración. Sabia que debería darle las gracias pero no quería hacerlo, así que seguí con lo que tenía que decirle.
- Tú- dije señalándolo con un dedo y casi en un grito- y tus amigos, que también son los míos desaparecieron, se suponía qu... que veníamos juntos, me distraje unos segundos y ya no estaban, ni siquiera me avisaron. Me dejaron sola- esto último fue apenas un susurro, pero él alcanzó a escucharlo.
- Yo...- empezó Adam pero no deje que terminara, sentí rabia de nuevo, y no solo era por dejarme sola en esa fiesta y ni siquiera tomarse la molestia de buscarme y decirme donde estaría, era por todo lo demás, por primero estar bien conmigo y después ya no, puede que exagere y lo hago, sé muy bien que Adam y yo no somos ni siquiera amigos.
No se como fue ni tampoco lo pude controlar, mi puño ya se había estrellado contra su pómulo, haciendo que me doliera increíblemente la mano.
-¡Demonios! Que dura tienes la maldita cara- dije lloriqueando por el dolor que se extendía.
- No debiste hacer eso- dijo con un gruñido y ojos encendidos en furia agarrándome por los hombros y estrellándome contra la pared, a lo que solté un pequeño gemido de dolor.
Me miraba con intensidad, pensé lo peor, se veía muy enojado, pero yo también lo estaba, tanto que la borrachera se me había bajado.
- ¿ QUÉ....- empecé a decir decidida a darle otro puñetazo de ser necesario, cuando de pronto sentí sus labios presionando los míos. Me quedé muy quieta, mi cerebro no reaccionaba, mi cuerpo entero no reaccionaba, había entrado en shock, buscaba una explicación a tal acto.
Él sonrió encima de mis labios o eso me pareció a mi, acto seguido sus labios se abrieron y los míos despertaron, todo en mi despertó, cada célula, cada fibra, cada sentido de mi cuerpo, obedeciendo las órdenes de aquellos suaves y carnosos labios, haciendo que entráramos en un batalla, haciendo prisioneros mis labios de los suyos.
Mi manos se enroscaban detrás de su cuello mientras sus manos permanecían en mis caderas acortando definitivamente el espacio vacío entre ambos. Todo mi cuerpo temblaba, si no fuera por que estaba apoyada contra la pared y él me sostenía me hubiera derretido ahí mismo.
Me faltaba el aire pero no quería que acabara, no ahora, no nunca.
Pero ya que como todo tiene un comienzo también tiene un fin, el beso se extinguió, haciendo que tocara de nuevo la tierra.
Le solté una sonora y fuerte cachetada, segunda vez que lo golpeaba hoy, acto seguido me fui de ahí corriendo, sin ver la expresión de su hermoso rostro, ni escuchar lo que pudiera decirme me alejé, con una sonrisa tonta que abarcaba toda mi cara.

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Hola, pues aquí está el capítulo, ¡se esta poniendo bueno! Hehe!, espero que les haya gustado.
Comenten!! Me encantaría saber que opinan de la historia.
Arrivederci...Xo

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