Los labios de otro hombre (Arion&Dorian)

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Esta historia es canon de tal manera que, aunque no salga en el libro, está basada en un comentario de una beta (laum_writes) y es algo que perfectamente puede haber ocurrido.

Los personajes de este relato pertenecen a «Los caprichos de Eros» y puedes conocerlo más en su segunda parte, «En el bosque de las caléndulas». Te recomendamos que le eches un ojo a esta saga y así puedas disfrutar con plenitud de tu lectura.

TW: boyslove, contenido erótico, guerra.

El hedor a sangre se mezclaba con el sudor de los soldados

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El hedor a sangre se mezclaba con el sudor de los soldados. Las llamas lamían los edificios de aquella ciudad que antes había sido tan próspera y ahora no era más que una ruina desierta. En el centro de esa horrible escena, dos hombres respiraban con dificultad, con las corazas ensangrentadas y las armas en el suelo. Uno de ellos se retiró el yelmo, soltando así su melena dorada, húmeda y pegada a su piel.

—Ya está. Ya hemos acabado.

El otro soltó un resoplido jovial.

—Esto está lejos de terminar, Arion.

La dura mirada que le lanzó el aludido le provocó una risa. Habían hecho cosas atroces en aquel lugar. Cosas que ahogaría con vino para poder dormir por la noche. Pero mañana saldría el sol por el horizonte y tendrían que volver a lanzarse al campo de batalla. La pesadilla diurna volvería a empezar.

Por eso no le quedaba más remedio que reírse de la desgracia que les esperaba.

—Vayamos a bañarnos al río —propuso con una sonrisa—. Nos limpiaremos el sudor y la sangre, no me gusta cuando parecemos unos vulgares bárbaros.

De nuevo, la fiera mirada de Arion acuchilló a su compañero.

—Dorian, eres un idiota.

—Seré un idiota, pero te caigo bien.

Golpeó la espalda del rubio con la palma de la mano, el cual le respondió con un gruñido propio de un animal salvaje. A veces, todavía le recordaba un poco a eso: a una fiera enjaulada.

—No sabría qué decirte.

Desvió los orbes claros y el moreno esbozó la más amplía de las sonrisas, sabiéndose ganador.

—Bueno, soy el único que te soporta. ¿Mejor?

—Vámonos antes de que te pegue un puñetazo.

Dio los primeros pasos de vuelta al campamento y Dorian le siguió con una risa en los labios. Las espadas, melladas y destrozadas por el uso, se quedarían en esa tierra de nadie como recuerdo de lo que una vez fue esa polis y ya nunca más sería.

La noche cayó sobre ellos antes de que se dieran cuenta, pero los hombres marcharon hacía el río como habían dicho en un principio. A cualquiera le echaría hacia atrás la oscuridad que traía consigo el astro lunar, pero ellos la agradecían. Alejados del resto de sus compañeros y los baños comunes, pues no necesitaban que nadie los molestase.

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⏰ Última actualización: Jun 07, 2023 ⏰

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