Kimberly me mostró todo el campus de la universidad, la cafetería, las facultades, la biblioteca, los jardines, las zonas deportivas he incluso la residencia de los chicos que estaba cercana a la nuestra, también me mostró un camino que daba a un bosque cercano en el que celebraban las fiestas ya que estaban prohibidas en la universidad.
Después de recibir un tour por toda la universidad me llevó a conocer la ciudad que era hermosa y de paso comprarse ropa para la fiesta que siempre se organizaba la noche antes del comienzo de las clases la cual según ella empezaba a las 10:15, y una de las normas de la universidad era respetar el toque de queda y el toque de queda era a las 09:00
Rompiendo las normas, me gusta esta chica
Pues a mi no, al menos no el hecho de que tengamos que salir después del toque de queda
Venga, sabes que te encanta la idea de probar nuevas experiencias, además lo que pasa en el campus se queda en el campus
{. . .}
Kim se había puesto un vestido corto negro y unos tacones del mismo color, tenía los labios pintados con carmín, los ojos pintados de negro, se había puesto más pestañas, estaba hermosa, y su larga melena rubia caía en rizos por su espalda. Yo solo me puse un pantalón corto negro, una franela blanca que me llegaba en la mitad de los muslos que puse dentro de mi pantalón en forma de bocadillo pero solo por delante, unas medias blancas y mis botas negras. De maquillaje solo me puse brillo labial.
Cuando estuvimos listas, bajamos muy despacio sin hacer ruido pero de un descuido dejé a la puerta cerrarse sola causando un gran estruendo, corrimos juntas y nos escondimos detrás de la residencia en un intento de no ser descubiertas por la señora Lambert, que era la que se encargaba de la recepción, de asegurarse de que las habitaciones estuvieran limpias y que todas estuvieran en ellas a la hora. Cuando ella pasó de largo sin notar nuestra presencia y entró otra vez a la residencia nos reímos por lo bajo y con ganas
Al Menos admite que esto es emocionante
Eso no puedo negarlo
Caminamos hasta llegar al camino que por cierto estaba cerca de la biblioteca, ella siguió caminando y yo me detuve a mirar la biblioteca, por la ventana había visto un poco de luz y me pareció extraño, se suponía que a las 09:00 se cerraba todo
No creo que sea buena idea, podría ser un guardia
Tarde
Mi curiosidad y yo ya estábamos andando en dirección a la biblioteca. Cuando llegué encendí las luces ya que tenía nictofobia (miedo a la oscuridad) desde que era pequeña. Comencé a andar por la biblioteca sin hacer ruido, con pasos suaves y de vez en cuando ojeando los libros que me llamaban la atención, entonces oí un pequeño ruido a lo lejos
Un día tu curiosidad será tu fin
No lo digas que se hará realidad
Vagué por la biblioteca un rato más hasta que entre dos estanterías encontré a un chico sentado en el suelo con un libro en la mano leyendo. Me quedé mirándole por unos segundos, su cabello era marrón tirando al rojo, con muchos pendientes y piercings, llevaba un pañuelo enrollado al cuello, una camisa negra, un pantalón roto negro y unas botas negras igualitas a las mías.
Después de pasar unos segundos mirándoleSi...segundos,
El dirigió toda su atención del libro hacia mi, y cuando nuestros ojos coincidieron sentí las famosas cosquillas en el pecho y la locomotora que tenía por corazón calentarse, en ese momento sentí que podía confiar en él, contarle cualquier cosa y no me juzgaría. Él al verme abrió sus ojos de forma exagerada y se levantó dejando a un lado su libro, cuando llegó a mi lado me tomó de la mano suavemente y la acarició con su pulgar, parecía acordarse o confundirme con alguien. De repente se oyó a lo lejos la voz de un hombre
_¡¿hay alguien allí?!...
Él me tapó la boca con una mano y llevó la otra a su boca indicándome que hiciera silencio, después me dió la vuelta e hizo que mi espalda chocara con su pecho y retrocedimos hasta escondernos detrás de la estantería. Pasamos unos segundos en silencio, segundos en los que nos mantuvimos en la misma posición sin movernos hasta que se apagaron las luces.
Él me soltó, pero yo estaba entrando en pánico así que le agarré fuertemente de la mano, él me miró y debió ver mi cara de pánico porque correspondió mi agarre, dejó el libro en su sitio, cogió su mochila del suelo y me guió a la salida aguantándome la mano en todo momento.
Cuando salimos de la biblioteca, de la cual el tenía una llave él me miró a los ojos, me soltó la mano y se fue sin decir ni una palabra.

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Link : Perdido
De TodoSus ojos me inspiraban confianza, seguridad y una profunda conexión desde la primera vez que cruzamos miradas. Estaba convencida que a su lado no sentiría dolor, no lloraría, siempre me reiría y estaría feliz, pero yo no sabía que él estaba perdido...