Ahora que estamos vinculados II

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Las cortinas de las ventanas estaban cerradas para evitar que que alguien pudiera verlos desde los otros edificios, aunque suene paranoico los medios serían capaces de todo con tal de conseguir una foto de Messi y Ochoa.

Ambos estaban sentados en la sala sosteniéndose las manos, los representantes de ambos les pidieron que prepararán sus declaraciones pues luego del comunicado iban a tener una conferencia de prensa, debían aclarar todo el malentendido del supuesto triángulo amoroso.

—¿Señor Messi como fue que se enamoró del señor Guillermo Ochoa?— preguntó Ochoa, estaban practicando las preguntas que seguramente la prensa y medios les harían. Ochoa cortaba finas rodajas de tomate , ambos estaban cocinando la cena. La pregunta formulada por Ochoa era producto de su curiosidad, quería escuchar lo enamorado que Messi estaba de él por que le encantaba.

—¿Crees que pregunten esas cosas?— Messi cuestionó a Ochoa mientras rayaba queso. —jajaja ¿Deberíamos ser sinceros y decir que ambos pensábamos que el otro era Omega?—

—Mmm... Omitamos esa parte, mejor empecemos por el "fue amor a primera vista"— Ochoa parado frente al refrigerador saco una bandeja de frutillas, Messi al verlas se acercó y no dudo en llevarse varias a la boca. —Dire que lo supe desde el primer momento en que toque tu mano, como en el cuento de hadas, supe que éramos destinados...—

—Los destinados solo aparecen en los cuentos de princesas... ¿Eso te hace mi princesa?— Messi seguía comiendo la frutilla lo cual era raro por qué antes no había sentido la necesidad de probarlas.

—Lo soy, soy tu princesa— Ochoa freia cebolla en la sartén y luego agrego los tomates, había dicho eso con una mano en la cintura y la otra en el mango de la sartén. Messi estalló en carcajadas, que un alfa tan grande como Ochoa admitiera ser una princesa de forma tan despreocupada mientras era gracioso. —¿Que es tan gracioso?— Ochoa retiro el sartén y le quitó las frutillas, si las seguía comiendo estaría lleno y no probaría la cena.

—¿Que hay de Hans?— Messi se chupo el dedo que aún tenía sabor a frutilla y se sentó en el banco de la isla donde habían ingredientes regados por doquier. —Dios, me siento tan estúpido! ¿Crees que estará bien?—

—Seguramente estará molesto por tanta atención, es un tipo muy reservado y serio pero es buena persona. Si te preocupa que guarde rencor o algo tranquilo, el no es ese tipo de persona.—

—mmm... Cuando las cosas estén más tranquilas me disculparme de la forma correcta...— Messi comenzó a limpiar el regadero de ingredientes que Ochoa había dejado sobre la isla, Ochoa que estaba tranquilo bebiendo un poco de agua se atragantó cuando un pensamiento (que debía haber llegado mucho antes) cruzó su cabeza.

—¡¿Estas bien?!— Messi corrió para darle suaves palmaditas en su espalda —Dios... Debes tener más cuidado... ¿Que paso?—

—Tus...— Ochoa tosió un poco —¿Que hay de tus padres?—

—...

—¡TUS PADRES QUERRÁN MATARME!— Ochoa estaba pálido ¿Como demonios se había olvidado de los padres de Messi? ¿Como debía pedir su mano? —Ah mierda! ¡Deberíamos ir a verlos! ¡Es lo primero que debi haber echo... Ahora me verán como un desgraciado que solo se robo a su precioso hijo sin siquiera pedir permiso... Y ¡Agh!—

Ochoa recibió un golpe en la cabeza.

—¿Estas bromeando?— luego del golpe Messi beso la mejilla de Ochoa. —No te preocupes por esas cosas, incluso si no lo aceptarán por que somos alfas ¿Que pueden hacer?— la sonrisa en el rostro de Messi era sincera.

—Supongo que más vale pedir perdón a pedir permiso... ¿No?— Ochoa se apresuró a servir la cena. —Aun así quiero verlos, quiero expresar lo mucho que quiero a su hermoso hijo.—

COMO SI FUERA UN SUEÑO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora