Ahora que estamos vinculados III

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—¿Estas bien?— Messi alarmado tomo la esquina de la sabana beige y la puso en la cara de Ochoa. —¿Fiebre? ¿Neumonía?— se preguntó a si mismo, que alguien sangra de la nariz cuando no había estado expuesto al sol era raro.

—Excitado...— Ochoa se levantó, besar a alguien a quien le acaba de sangrar la nariz no es para nada sexi, por lo que fue al baño con todo y la delgada sábana. Estaba avergonzado.

—¿Excitado?— confundió Messi se quedó recostado con todo y su erección, el frío llegó rápidamente por que ahora no tenía el calor del cuerpo de Ochoa.  Contrario con el frío inesperado su cara estaba hirviendo de vergüenza ¿Tanto así lograba excitar a ese hombre?

Sacudiendo su cabeza se dio leve palmaditas en la cara, Está noche estaba decidido a complacer a Ochoa hasta el final, para evitar el dolor de la vez pasada preparo lubricante y condones, había logrado insertar dos de sus dedos mientras tomaba una ducha, aún así creía que no sería suficiente para recibir el enorme pilar de Ochoa. "Si tan solo pudiera meter tres" pensó, puso lubricante en su entrada y contuvo la respiración, lentamente los dedos se fueron insertando, eran dos pero lo hacían sentir lleno.
Ochoa en el baño se lavo la cara, la nariz le había dejado de sangrar.
—Mierda me vi como un viejo rano verde...—
Apretó el lavamanos con fuerza. Una vez tranquilo regreso a la habitación solo para encontrarse con la escena más erótica que hubiera visto en toda la vida.

—Uno más...— Messi mordía su antebrazo libre mientras lentamente intentaba insertar un tercer dedo. Lejos de ser placentero como la noche anterior en la caballa, para Messi era doloroso, quizá por que no era el toque de Ochoa.
Con la boca semi abierta Ochoa observaba desde la puerta del baño, la vista era mucho mejor que cualquier vídeo porno jamás creado, no quería quedarse fuera así que se apresuró a regresar a la cama, al escuchar la puerta cerrarse Messi retiro los dedos y fingió no haber estado haciendo nada, pero el sonrojo en sus mejillas lo delataba.

—¿Pudiste meter los tres hasta el fondo?—  messi que estaba recostado de lado en la cama fue acomodado de tal manera que quedó boca abajo, sin vergüenza alguna Ochoa jalo la cadera de Messi para levantarla, aquella zona buen escondida quedó expuesta totalmente.

—oye... Oye!!— Messi intento escapar, no estaba listo para hacer cosas tan vergonzosas.

—responde, ¿pusiste los tres dedos?— el dedo pulgar de Ochoa acarició la entrada previamente dilatada. —¿Lo aflojaste para mi?—

—Agh...— Messi jadeo, el dedo índice y medio de la mano derecha de Ochoa se insertaron fácilmente y comenzaron a raspar si interior. —ah... Ah... Espera...—

—Tus feromonas... ¿Tanto te excitan mis dedos?— Ochoa deslizó un tercer dedo con algo de dificultad, Messi contuvo la respiración ante la instrucción tan inesperada. Tal y como pensaba, era diferente cuando Ochoa lo tocaba. Las espesas feromonas de Messi estallaron y comenzaron a mezclarse con las de Ochoa. —Lo siento cariño, si no lo pongo podría morir...—

Los dedos que se movían de un lado a otro fueron retirados, Ochoa rocio un poco más de lubricante con aroma a fresas hasta que esté empapó por completo su caliente y punzante erección, la punta de esta entro fácilmente en la estrecha cavidad de Messi quien temblaba no solo por el miedo.

—Respira lento...— susurro Ochoa antes de comenzar a deslizarse dentro, aún con la preparación previa el interior de Messi seguía apretado. —Relajate... Cariño me la vas a romper...—

—¿Ya... Ya está todo?— messi comenzó a temblar, se sentía abrumado por la extraña sensación en todo su cuerpo, estaba lleno y eso lo asustaba.

—Agh... Lo siento...— Ochoa se disculpó antes de embestir con fuerza y terminar de insertar todo en enorme pilar.
Messi encogió y se quedó sin alimento. Su entrada fue llevada al límite y su interior comienzo a doler al mismo tiempo que comenzaba a picar y arder.
Ochoa se sentía en el cielo ¿Había probado tal placer alguna vez? El estrecho interior de Messi lo llevaba de una calidez indescriptible, pronto sintió la necesidad de comenzar a moverse y llenarlo por completo de todo el amor desbordante que sentía pero no podía comportarse como una bestia, no quiera lastimar y mucho menos asustar a su amado.
—¿Puedo moverme?—  preguntó Ochoa, llevo una des sus manos a la pelvis de Messi y rodeo con esta la erección que comenzaba a rogar por atención, dejo besos suaves en la espalda de Messi y luego hundió su nariz en la nuca de este, lo acarició y mimo hasta escuchar una afirmación de su parte.

Los besos en la espalda, su enorme mano acariciando su parte delantera y el enorme pilar que llenaba su interior eran tantas emociones que no lograba procesar correctamente. Gotas de sudor comenzaron a deslizarse desde su frente, Messi no sabe exactamente qué hacer así que simplemente mordió la almohada y asintió apenas dando el permiso para que Ochoa comenzará a moverse, su fuerza de voluntad era fuerte justo por eso era uno de los jugadores mejor pagados y más elogiados a nivel mundial, había decidió complacer a su alfa y justo eso es lo que iba a hacer, Messi no iba a renunciar hasta lograrlo sin importar lo aterrador y doloroso que pudiera llegar a ser.

La nuca roja de Messi era adorable, sus orejas también estaban rojas y eso lo hacía extremadamente lindo. Ochoa comenzó a moverse lentamente, para que Messi se acostumbrara a la sensación, su pene salia suavemente y luego volvía a deslizarse dentro hasta llevar al fondo, el calor en la punta de Ochoa comenzaba a ser insoportable.

—Ugh...— cada vez que el pene de Ochoa entraba por completo Messi gemía por que esa abrumadora sensación recorría su cuerpo.  —ah... Ah, espera... Así no...— Messi suplió, Ochoa se detuvo para escuchar atentamente. —Quiero verte... Quiero verte y abrazarte...—

—Si... También quiero eso.—  Ochoa se alejo y acomodo las almohadas para que Messi pudiera recostarse cómodamente.
Messi boca arriba abrió sus piernas dejando que Ochoa viera su dilatada entrada, sus ojos estaban llorosos y su pecho se movía bruscamente debido a su respiración irregular. Ochoa se acomodó entre las piernas de Messi, acarició los costados de su cadera para relajar sus tensos muslos.
El pene de Ochoa entro fácilmente hasta la base, las manos de Messi buscaron a tientas los hombros de Ochoa y se aferraron con fuerza a estos.
Jadeando con fuerza Ochoa soporto la presión que la entrada de Messi ejercía sobre el.

—Cariño mirame...— Ochoa susurro —Mira a tu alfa... Mira al único hombre con el que puedes hacer esto...— Messi levantó la mirada, se topó con los ojos brillantes del hombre al que más amaba. —Te amo... Solo a mi puedes amarme...—

—Agh!!— Ochoa embistió con fuerza. —Ah... Ah.. mgh!!— los gemidos de Messi fueron silenciados con un beso.

El dolor se convirtió en placer, ambos cuerpos se acoplaron el uno para el otro. Ochoa lamía, chupaba y besaba desesperadamente el cuello de Messi que se estremecía con cada embestida.
El sonido de los cuerpos chocantes invadió todo el lugar, "más profundo, más profundo" las suaves y húmedas Paredes de Messi chupaban el pene de Ochoa cuando entraba.

—Más... Más... Ahg!!— Messi apretó con fuerza su interior, el constante golpeteo en esa zona hizo que su cuerpo colapsara, con una exhalo pesadamente y abrazo a Ochoa con mucha fuerza mientras el semen comenzaba brotar sin control. El placer del clímax invadió el cuerpo de Messi quien no podía creer lo satisfactorio que era correrse de esa forma.
Era la primera vez que experimentaba eso, hacerlo con un Omega era algo totalmente diferente.

—Vas a romperme...— se quejó Ochoa, Messi se sonrojo y regreso a la realidad "Ochoa no se ha corrido" —¿Tanto te gustó?— Ochoa le mordió dulcemente el labio inferior. —¿Podrás aguantar un poco más?—

—Ah... Yo... ¡Mgh!! Ahg!!— nisiquiera pudo responder, Ochoa se movía violentamente Messi respiraba con dificultad por que aún estaba sensible.
Todo el calor acumulado en los testículos de Ochoa comenzó a desbordarse en el pequeño orificio que convulsionaba como si fuera a desgarrarse, el grueso pene expandido hasta la raíz se clavó en lo más profundo hasta vaciar todo su cálido líquido.
Messi tembló al sentir aquel extraño calor dentro de el, las feromonas de Ochoa fueron más espesas en ese precioso momento, eran tan fuertes que lo estaban asfixiando. Messi se corrió por segunda vez mientras temblaba, y en ese precioso momento perdio el conocimiento.

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Preguntas interactivas

Selecciona la cara de Ochoa al ver a Messi en esa situación tan comprometedora...

A) 😍
B) 😨
B) 😈
C) 😳

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