Pijama azul claro

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En la terraza del extenso patio Messi y Ochoa observaban las estrellas nocturnas.
No podían salir a pasear fuera debido al temor de ser reconocidos.
Dos tazas de chocolate yacían juntas en la pequeña mesa frente a sus pies, ambos acurrucados le hacían frente a la fría brisa nocturna que helado sus narices.

Ochoa contaba viejas anécdotas de su infancia, hizo énfasis en sus viajes a los campos de campasuchil junto a su difunta madre.

Su padre fue un desgraciado que los abandono pero Ochoa no le guardaba rencor alguno. Su difunta madre le había proporcionado todo el amor del mundo, así que daba igual si no lo conocía.

—¿La Extrañas?— Messi que estaba aferrado al brazo de Ochoa preguntó, estaba muy curioso por entender los sentimientos de Ochoa.

—En ocasiones.— respondió el alfa —Estoy seguro que me está viendo. Debe estar feliz por que su quisquilloso hijo encontró a su alma gemela.—

—¿Lo dices por las orillas del pan?— Messi entrecerró los ojos.

—Puede ser...— bromeó, a cambio Messi le dio un ligero golpe. —Me gustaría llevarte a verla, claro solo si estás disponible...—

—Me gustaría ir a verla— Messi tomo la mano de Ochoa y entrelazó sus dedos. Estaban fríos así que trato de calentarlos con sus pequeñas manos.

Una risa suave se escapó de la boca de Ochoa, era lindo ver como ese pequeño alfa trataba de darle calor con sus pequeñas manos (a comparación de las suyas) Ochoa tomo las manos de Messi y dejó varios besos en la palma de esta, Messi estaba avergonzado.

—Eres lindo— susurro Ochoa —Puede sonar exagerado pero eres la persona más linda del mundo.—

—Basta de decir que soy lindo, como tú también soy alfa y no es muy... Agradable, más bien es un poco raro...—

—¿Deberia llamarte mi hombre entonces?— Ochoa comenzó a molestarlo. —Asumo que te sentirías más cómodo con un Omega, lamento no ser uno... Pero puedes tratarme como uno... Mi hombre—

—¡Estas loco!— la cara de Messi estaba tan roja —No digas esas cosas vergonzosas!—

—¿Por que?— Ochoa volvió a besar las manos de Messi —Es verdad, Eres mi hombre.—

—no...—

—¿No quieres ser mi hombre?— cuestionó Ochoa dolido —¿Prefieres ser el hombre de alguien más?—

—eh, no!— Messi se quejó

—Entonces ¿admites que si eres mi hombre?—  continuó burlándose, ante el silenció de Messi quien estaba apunto de derretirse de lo avergonzado que estaba Ochoa comenzó a reír —jajaja tomaré ese silencio como un si, eres mi hombre y te amo.—

Messi desvío la mirada, lo cierto es que estaba por tener un paro cardíaco ya que las palabras sin vergüenza de Ochoa hicieron latir su corazón se forma inconsistente.

Pronto se cuestionó si el hombre frente a el tenía algo del llamado "orgullo alfa" la risa despreocupada de Ochoa le hacía creer que no.

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Entradas las doce de la noche ambos sintieron que el frío era más fuerte, decidieron irse a dormir para despertar temprano y pasar todo el día juntos, quizá intentarían ir a un restaurante privado o algún lugar donde no pudieran reconocerlos tan fácilmente.

Messi esperaba que Ochoa quisiera dormir en la misma cama que él, anticipándose arregló la cama de tal forma que ambos podrían dormir cómodamente.

COMO SI FUERA UN SUEÑO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora