Una noche como cualquiera en The Servants, Yeonjun decide confesar su amor al famoso guitarrista de ZOMBIE POP, Sol, a quien ha admirado por dos meses. Sin embargo, Sol le rechaza fríamente, sin compasión alguna.
Lo que Yeonjun no imagina es que det...
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La respiración de Soobin es agitada de tanto correr y eso que no ha terminado de correr las treinta vueltas que el entrenador Kang les ha pedido al equipo de fútbol, porque sí, Soobin ahora estaba entrenando por tercera vez en su vida con el equipo de futbol y ahora estaba arrepentido de siquiera intentar poner de su parte. Sin embargo, ahí estaba, dando su esfuerzo máximo a la vez en que pensaba en que ese chico sonriente al final de meta, era el culpable de su sufrimiento.
Este semana que parecía ser tranquila, empezó así:
- ¿Qué haces aquí?
Antes de contestar, Yeonjun estornudó.
-Perdón. El entrenador Kang me pidió que te llevara al entrenamiento de hoy – dijo sonriente Yeonjun frente a la puerta de su hogar a las ocho de la mañana.
- ¿Por qué? – inquirió Soobin con el entrecejo fruncido.
-Dijo que no sueles venir y hoy empiezan los entrenamientos otra vez, así que pensó en que sería buena opción en que yo viniese por ti esta vez para saber que en verdad vendrías.
Soobin solo frunció más el ceño, de hecho, planeaba en solo decirle que Yeonjun se adelantara y luego él lo alcanzaría porque tenía algo importante que hacer en casa, sin embargo, su madre se adelantó y sonrió amablemente hacia un Yeonjun que hizo exactamente lo mismo.
-Hola, Yeonjun-ah. Escuché que vienes a llevarte a Soobin ¿Verdad?
-Así es, señora Choi.
- ¡Eso es genial! Bin, debes irte ahora y no hagas perder el tiempo que Yeonjun ha hecho para venir por ti. Vete ahora.
-Pero ¿Y Maple? Se supone que debía ir a pasearlo por al menos media hora – responde Soobin cuando recuerda que pasear a su husky en la mañana, le sería de pretexto para poder llegar tarde al entrenamiento.
-No te preocupes por él, yo lo sacaré a pasear. Así que vete tranquilo con Yeonjun-ah – fue lo penúltimo que dijo Ji Eun antes de darle su mochila, palmear su espalda y decirles a ambos que le echaran muchas ganas en la escuela. Sí, su madre sonreía en grande y el gran Maple le miraba con ojos tristes cundo supo que no lo llevaría él a pasear.
"No será por mucho tiempo, Maple"
Soobin termina de recordar mientras llega por fin a la meta con la respiración agitada y con el sudor perlando su frente, causando por ende que sus cabellos negros se peguen sobre él y que sus anteojos se empañen por el calor que está emitiendo. El primer día (lunes), el entrenador Kang le pidió que se los quitara porque tendría que correr, pero al ver el grosor de la lente y al ver la manera en cómo el chico había comprimido sus ojos frente a él, decidió que era mejor que los tuviese con él para así reducir accidentes.
-Listo, 30 vueltas, Choi. Te tardaste ahora casi cincuenta minutos, espero y mejores con el tiempo – dijo Kang antes de golpear con fuerza su espalda y hacer que casi cayera totalmente al suelo – ¡Todos, reúnanse ahora!