Levi Ackerman y Hinata Hyuga estaban sentados en el sofá de su casa, mirando su antiguo álbum de fotos. Era un día lluvioso y no tenían nada que hacer, así que decidieron recordar los viejos tiempos. Cada página les traía un recuerdo de su amor desde la juventud.
- ¿Te acuerdas de esta foto? - preguntó Levi, señalando una donde estaban abrazados en el parque. - Fue el día que te confesé mis sentimientos.
- Claro que me acuerdo - respondió Hinata, sonriendo. - Estaba tan nerviosa que no sabía qué decir. Pero me alegré mucho de que me quisieras.
- Y yo me alegré de que me correspondieras - dijo Levi, besándola en la mejilla. - Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
- Tú también eres lo mejor para mí - dijo Hinata, devolviéndole el beso. - Te amo, Levi.
- Te amo, Hinata - dijo Levi, abrazándola con fuerza.
- ¿Y esta otra foto? - preguntó Hinata, pasando la página. - Es de cuando fuimos a la playa con nuestros amigos.
- Ah, sí - recordó Levi. - Fue muy divertido. Aunque tú te quemaste un poco con el sol.
- Sí, es verdad - admitió Hinata. - Pero tú fuiste muy atento y me pusiste crema.
- Es que no quería que te doliera - dijo Levi. - Además, así pude tocarte un poco.
- ¡Levi! - exclamó Hinata, sonrojándose. - Eres un pervertido.
- Lo soy solo contigo - dijo Levi, guiñándole un ojo. - Porque te deseo mucho.
Los dos siguieron mirando el álbum, recordando cada momento de su historia de amor. Se reían, se emocionaban y se besaban con cada foto. Su amor era tan fuerte como el primer día.
