RECUERDOS

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Levi no podía olvidar a Hinata. A pesar de los años que habían pasado desde que se separaron, él seguía recordando su sonrisa, su voz, su mirada. Cada vez que veía una flor de cerezo, sentía un nudo en el pecho y una nostalgia insoportable. Hinata había sido su primer amor, su única ilusión, su razón de vivir. Pero el destino los había separado de forma cruel y abrupta.

Un día, mientras caminaba por las calles de Tokio, Levi vio una figura familiar en una tienda de libros. Era Hinata. Estaba más hermosa que nunca, con el cabello largo y suelto, y un vestido blanco que resaltaba su piel pálida. Levi sintió que el corazón le latía con fuerza y se acercó a ella sin pensarlo. Hinata lo reconoció al instante y se quedó paralizada. Sus ojos se llenaron de lágrimas y sus labios temblaron.

- Levi... - susurró ella.

- Hinata... - dijo él.

Se abrazaron con fuerza, como si quisieran recuperar el tiempo perdido. Se miraron a los ojos y se besaron con pasión. Fue como si el mundo se detuviera y solo existieran ellos dos. Se tomaron de la mano y salieron de la tienda. Decidieron ir a un parque cercano, donde se sentaron bajo un árbol de cerezos en flor. Allí, se contaron todo lo que habían vivido desde que se separaron. Se rieron, se lloraron, se pidieron perdón. Se dieron cuenta de que aún se amaban con la misma intensidad que antes.

- Te extrañé tanto, Levi - dijo Hinata.

- Yo también te extrañé, Hinata - dijo Levi.

- ¿Qué vamos a hacer ahora? - preguntó Hinata.

- No lo sé... pero no quiero perderte otra vez - respondió Levi.

Se besaron de nuevo y se acurrucaron el uno al otro. Se quedaron así hasta que el sol se puso y las estrellas iluminaron el cielo. Se prometieron que nunca más se separarían y que harían todo lo posible por ser felices juntos. Habían recuperado su amor y sus recuerdos.

LEVIHINA MONTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora