EXTRA III: Junhan y O.de

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EXTRA II: Primeras veces

Han Hyeong Jun

La muerte de Jisung me pegó directo al pecho. Quería volver a ensimismarme en mi mismo pero me obligué a ser fuerte.

Por mi y por Jisung.

Levantarme era un reto y pasar por enfrente de su habitación era aún peor. Las noches se convirtieron en llantos constantes e intentos de recaer en mis autolesiones.

"Debes seguir erguido", me decía a mí mismo. Decidí prevenir cualquier cosa y arrojé a la basura todo aquello con lo que podía hacerme daño.

Mi intención no era recaer.

Las semanas pasaban y mi única interacción era con mi grupo cercano. No sabía nada sobre Minho o los amigos de mi hermano.

No noté las señales en Jisung y tuve que haberlo hecho, pues pasé por lo mismo. Simplemente quise convencerme de que él se encontraba bien y que no era como yo.

Gracias a esta terrible experiencia comprendí una lección.

La vida es muy corta como para desperdiciarla.

Seungmin se encontraba a mi lado revisando su celular mientras me encontraba de espaldas fingiendo dormir.

No entiendo cómo aguanta mi poca interacción física con él. Desde que estamos de novios, nunca nos hemos besado, pues el tan solo recuerdo del abuso me afectaba.

Seungmin— murmuré y me voltee. Dejó su celular a un lado y me observó.

—Dime, cariño.

"Cariño", Jisung le decía de esa forma a Minho.

Me incorporé y coloqué a horcajadas sobre el regazo de Seungmin. Pareció sorprendido y dudó en colocar sus manos en mi cintura.

+18!

—¿Puedo besarte?— pregunté.

Sonrió— ¿Sabes cuánto espere por esa pregunta?— llevó sus manos a mi rostro y me estremecí un poco— Solo bésame si estás seguro, no quiero obligarte.

Enredé mis manos en su cabello y pegué mis labios a los suyos. Hundió sus dedos en mi cintura y me atrajo más hacia él. Sus labios expertos se movían con más fluidez que los míos, aunque poco a poco seguí su ritmo.

Me gustas demasiado— le dije y sonrió más ampliamente.

—¿Puedo...?— preguntó metiendo poco a poco sus manos en mi camiseta.

—Por favor, si— murmuré y volví a besarlo.

Hace un tiempo creía que estar con alguien me traería viejos recuerdos. Me equivocaba rotundamente pues con lo que no contaba es que si la persona era la correcta, no tendría porque pasar eso.

Mi persona correcta es Seungmin.

Sus labios descendieron por mi mandíbula y cuello. Apoyé mi cabeza en su hombro dejándome llevar por las sensaciones que me provocaba ese simple contacto.

Definitivamente no me recordaba a mis traumas. Seungmin realizaba cada acto con cariño y amor. Sin intenciones de lastimarme.

Susurré algo en su oído y se movió aún sujetándome, así quedando sobre mi. Besó mi nariz, mis mejillas y luego mis labios.

—Amo poder besarte— murmuró contra mis labios— Y te amo a ti.

—Yo también te amo.

Sus manos descendieron por mi camiseta hasta el dobladillo. Una pregunta silenciosa apareció en sus ojos. Asentí.

Deslizó mi camiseta por encima de mi cabeza y luego quitó la suya propia—¿Estás seguro?— preguntó.

—Completamente.

El resto de ropa desapareció en un instante.

Seungmin apoyó sus codos a cada la dónde mi cabeza.

—Si quieres que pare, solo dímelo.

Acerqué mi mano tras su nuca y lo empujé hacia mi para besarlo. Su mano vagó por mi cuerpo hasta llegar a mi entrada. Se detuvo en ese instante.

—Quiero que tú lo hagas— dijo— Tócate, quiero verte.

Sostuvo mi muñeca con cuidado y la dirigió a ese mismo lugar. Introduje dos dedos dentro de mi y arqueé la espalda. Besó mis labios con profundidad indagando cada rincón de mi boca a medida que me tocaba a mi mismo.

—Seung...

—¿Listo?— asentí ante su pregunta— Si quieres que pare, solo grítame.

Nuestros labios se unieron nuevamente mientras sentía como me penetraba lentamente. Apreté sus brazos con mis manos y solté un jadeó ante la sensación.

Por un momento el flashback de aquella vez apareció, dicipandose casi al instante al ver el rostro sonriendo de Seungmin.

—Muévete— ordené y realizó esto mismo. Comenzó a moverse lentamente en mi a la par que me besaba.

Simplemente éramos dos personas rotas que querían recomponerse y seguir adelante juntas.

**

En cuanto terminó se recostó a mi lado abrazando mi cuerpo. Inconscientemente comencé a llorar.

—¿Qué sucede, cariño?— cuestionó preocupado— ¿Hice algo mal?

—Para nada, Seung. Tu haces que mi vida sea mejor.

—Entonces, ¿Que te aflige?

—Todo— respondí con simpleza— Menos esto, claro está— dejó un pequeño beso en mi hombro mientras las lágrimas se arremolinaban en mis ojos— Las cosas malas le suceden a las personas buenas. Es decir, ni Jisung ni yo somos santos, pero, ¿En verdad merecíamos toda la mierda que nos tocó pasar?

—Cariño, escucha— su tono de severidad me asustó— Nadie merece nada de lo que les sucede. Sufrir es lo que nos hace humanos, y eso no significa que esté bien, aunque de vez en cuando pasan situaciones injustas que no pueden ser resueltas...La vida es así. Lastimosamente.

—Debí haberlo sabido— murmuré con un nudo en mi gargante— Quizás pude haber echo algo...

—Los intentos por resolver las cosas muchas veces terminan fracasando. Mírame a mi, la cagué contigo y te alejé de mi...

—Aún así te perdoné.

—Si bueno, no siempre sucede eso. Normalmente se puede agravar todo, lo mejor es acudir a especialistas en el tema.

—Jisung lo intentó...

—¿Estás seguro?— su pregunta me descolocó— Según lo que tengo entendido, él no hablaba demasiado en sus terapias en el psiquiátrico y ahora no asistía a sus consultas psicológicas...— no quería aceptar lo que estaba a punto de decir— Creo que Jisung se rindió hace mucho tiempo...

—Siempre sonreía y me hacía reír.

—Quería salvarte, para que no siguieras sus pasos. Te amaba.

Escondí mi rostro entre mis manos sintiendo mi pecho cerrarse por el dolor.

Está bien llorar y desahogarse, lo único erróneo es que un trauma te defina como persona.

Somos más que una situación traumática y aún más que un diagnóstico.

Somos humanos.

Our struggle♥¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora