EXTRA II: Seungmin y Christopher

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(Los siguientes extras se desarrollan en la cronología original de la historia principal)

EXTRA II: Amor prohibido entre rejas.

Kim Seungmin

Las voces en mi cabeza no cesaban y las sombras se arremolinaban frente a mis ojos.

¡Déjenme en paz!— exclamé con rabia. Eran las cuatro de la mañana y mi mente no paraba de trabajar. Mi hermano Woojin era la principal atracción.

Sombras, mi hermano mayor, golpes, gritos y llantos.

Mi condición empeoraba.

Golpeé mi cabeza con mis manos y volví a gritar para callarlos. Jungsu irrumpió en la habitación y me extendió un vaso con agua seguido de una pastilla—Debes tomarla— dijo con comprensión.

—No— respondí— Gracias a las voces me siento acompañado.

Su mano estrechó la mía— No puedes vivir mucho más así...— Asentí y mi hermano salió de la habitación.

Introduje el medicamento en mi boca y lo tragué haciendo uso del agua. Cerré mis ojos y poco a poco la sensación de peligro se detuvo.

Las voces y ruidos ya no estaban. Las sombras desaparecieron. Y Woojin se alejó de mi vista.

Esa noche dormí tan plácidamente que no lo creí posible.

**

En la mañana me decidí por fin y me encaminé hacia la cárcel. Llegué a mi destino e ingresé en el lugar. Un guardia me detuvo— ¿Familiar?— cuestionó y asentí dudoso.

—¿A quién buscas?

A Christopher Bang.

Su rostro cambió por un momento— Sígueme.

A medida que avanzábamos podía ver las inumerables habitaciones para reuniones privadas, entre ellas las de familia y parejas. Seguimos caminando.

—¿Por qué nos alejamos tanto?— cuestioné. Me observó sobre su hombre y me ignoró para posteriormente realizar una seña a un colega.

La reja frente a nosotros se abrió de par en par e ingresamos dentro. Una pequeña habitación se alzó frente a mi. Christopher se encontraba sentado en una mesa, me sonrió de lado e invitó a sentar junto a él.

El guardia salió del lugar dejándonos solos.

—Minnie, que sorpresa...

—¿Qué sucede?— comencé a preguntar— ¿Por qué el guardia...?

—Mi madre tiene a todo el mundo comprado.

—Pero sigues aquí.

La duda me carcomía por completo.

—Ella tiene una mala concepción de mi. Para mi madre, soy una decepción pues fallé. No completé mi plan.

Solté una risa— Hablas como si esto fuera una maldita película. Quiero informarte algo: Es la puta vida real, Chris ¡Somos seres humanos carajo! ¡Lastimaste personas! 

—Me importas, Seungmin.

—No me vengas con esas idioteces. Lo único que te importa es salvar tu estúpido trasero.

Quiso acercarse, me alejé varios pasos. Giré sobre mis talones para decretar que la conversación había concluido.

—¡Seungmin!

—No escucho asesinos.

Salí a paso rápido de la cárcel sintiendo el aire fresco de las calles.

Un peso abandonó mi pecho. Sonreí.

Las cosas mejorarían. Lástima que Jisung y Felix no estaría para verlo. El recuerdo de mis amigos dolía como los mil demonios, pero hay que aprender a soltar.

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