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Nahuel giró los ojos al abrir la puerta encontrarse con Enzo y su sonrisa torcida.
No era sorpresa que el morocho llevara a sus conquistas a la casa de sus amigos (los que vivían solos). Ya que según él cojer en la casa de sus padres sabiendo que ellos andaban por algún lugar de la vivienda era un horror.
Por eso había implementado aquello de ir a lo de Nahuel, Cristian y si encontraba de buen humor a Lautaro también. Aunque sus amigos ya le venían insistiendo que era hora de irse a vivir solo así podía llevar a quien quiera. Nahuel no se quejaba mucho ya que Enzo siempre dejaba todo en orden y limpio, hasta le compraba cosas para la casa como Alimentos o productos de limpieza.
Pero ahora estaba allí, por suerte solo, Nahuel supuso que la chica vendría en cualquier momento así que se dio la vuelta para buscar sus cosas ya que tenía que ir a cursar, por que si, Enzo sabía sus horarios. Sabía cuando podía y cuando no ir a ocupar su casa.
"Sos un pajero, flaco. A ver si te conseguís una pieza que se yo." Habló, comenzando a guardar sus cuadernillos y las fotocopias que usaría ese día.
"Sí, amigo ya se. Ya encontré uno ahí cerca del laburo." Enzo contestó, tirandose en el sillón y sacando su teléfono del bolsillo.
"Bueno, menos mal. Justo estaba en llamada con Rodrigo y me interrumpiste."
Enzo intentó ocultar la mueca de asco que apareció en sus labios pero no pudo, no era fanático de que sus amigos le contaran sobre con quien estaban o no.
"¿Te interrumpí la paja?." soltó con burla.
Nahuel soltó un bufido.
También estaba acostumbrado a los comentarios fuera de lugar de Enzo, su amigo le costaba un poco bastante aceptar sus gustos. Sabía que aquello era causa de su crianza pero a estas alturas ya era bastante cansador, recordaba perfectamente cuando tenían quince y Paulo se le declaró a Enzo en una de sus tantas juntadas.
El azabache no se lo tomó muy bien, en realidad, reaccionó de la peor manera. Diciéndole de todo menos alguna cosa linda A Paulo. Hasta le había pegado, estuvieron varios días peleados con Fernández por aquello, por su reacción.
Hasta que Enzo le pidió disculpas a Paulo y a los demás por actuar de aquella manera, excusándose con que él no aprobaba aquello pero que haría una excepción con sus amigos. Desde ese día las cosas habían cambiado, Enzo trataba y trata de actuar normalmente cada vez que sus amigos hablan de que están saliendo con un chico o que estuvieron con uno.
Pero bueno, Nahuel y los demás se cansaron de intentar cambiar aquellos pensamientos retrogradas.
Esperaban que Enzo pudiera cambiar aquello, por que después, era un pibe maravilloso, gran amigo, compañero y leal.
"No, a diferencia de vos yo no pienso nomas en coger ¿Sabes?." Enzo giro los ojos al escucharlo. "Deja las ventanas abiertas cuando termines, salame."
Nahuel tomó sus llaves y se giró nuevamente hacia Enzo antes de salir.
"Cuídate sucio, no quiero que vengas con tu domingo siete." Sonrió con sorna.
"Sin globito no hay fiesta, ademas, ya sabes que antes de ser papá me rajo un tiro."
Nahuel soltó una risa, y luego, antes de salir le sacó el dedo corazón a Enzo.
