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Julián sonrió al ver a su hermana jugar con sus primos quienes correteaban por todo el patio de su tia, gritando y riendo entre ellos sin ser conscientes de lo qué pasa a su alrededor, de los problemas que la vida te daba al ser un adulto.

Movió el vaso que tenía en sus manos con fernet, haciendo que los hielos que estaban dentro de aquella jarra de aluminio chocaran entre ellos para luego darle un sorbo y saboreando aquella bebida alcohólica tan famosa en su provincia, esta bien preparado su primo sabía hacerlo muy bien.

Revoleo sus ojos por todo el lugar, faltaban casi quince minutos para que fueran las doce, para que navidad comenzara. No podía evitar sentirse un extraño allí, con todos sus familiares disfrutando, poniéndose al día con sus padres que sólo tenían la oportunidad de verse una vez al año ya que el trabajo era bastante pesado.

No podía evitar sentirse un egoísta al no demostrar la misma felicidad que ellos, que su mal humor arruine algunos momentos ya que terminaba contestándole mal a sus padres o algún otro familiar sin ni siquiera darse cuenta, no la estaba pasando bien en cordoba, era obvio.

Su papá se canso de preguntarle qué era lo que estaba mal y por qué tenía aquella cara, su madre se harto un momento diciéndole que si iba a estar así se hubiera quedado en buenos aires, pero Julián solo quería escaparse de allí y aún haciéndolo se sentía exactamente igual.

Miserable.

Volvió a tomar otro trago, apretándo sus ojos al sentir el gusto amargo un poco dulzón bajar por su garganta, aún seguía mirando a sus papás quienes estaban abrazados hablando con sus tíos sobre qué sabe cosa, Julián sabía que no faltaba mucho para que comiencen a hacer Karaoke como lo hacían todos los años.

Él nunca lo hacía era muy tímido como para cantar delante de todos sus familiares, la vergüenza no lo dejaba aún sabiendo que era gente que lo conocía desde que nació, igualmente no podía.

Su papá besó la cabeza de su madre mientras sonría y Julián también lo hizo, él era uno de los testigos de su relación la cual había pasado por mucho pero aún seguían ahí, juntos y sobre todo amándose con la misma intensidad.

Siempre pensó y dijo que quería algo como lo de ellos por que eran su gran ejemplo a seguir, una relación fuerte que a pesar de las malas siempre encontraban la solución, planteando el problema y resolviéndolo juntos, siempre juntos. Su madre siempre estuvo ahí para su papá, cuando murieron sus abuelos y tuvo que hacerse cargo de algo que no tenía ni la menor idea, y luego llevar a su familia a la ciudad grande para comenzar una nueva vida, ahí estuvo ella siendo el pilar de su papá, aconsejándolo y apoyándolo en todo.

Y Julián los admiraba más de lo que decía en voz alta.

No podía evitar mirarlos y no pensar en lo suyo con Enzo.

En realidad, no podía dejar de pensar en Enzo.

Mentiría si dijera que no estaba preocupado por él, que no había estado pendiente de si había alguna noticia de su paradero y que no lo extrañaba.

Habían pasado dos días de aquella conversación que tuvo en aquel grupo con sus amigos, dos días en la que escribía un mensaje y no lo enviaba porque cada vez que lo estaba por hacer el recuerdo de cómo Enzo lo trato y que no negara aquello con Magali lo abrumaba, haciendo que el enojo volviera y su orgullo le impidiera enviar aquel mensaje.

Y le dolía, tanto. Jamás pensó que llegaría a eso o tal vez sí, y por eso había negado durante tanto tiempos sus sentimientos hacia Enzo, por que al final aquel miedo de salir lastimado estaba pasando, su corazón se rompía con el pasar de los días.

No te soporto / AU Julián x Enzo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora