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Julián terminó por ayudar a su padre a cerrar y luego de despedirse con un abrazo caminó hasta la parada del colectivo, la noche estaba hermosa el cielo despejado, las estrellas resaltando y la luz de la luna alumbrando su camino.

Era una típica noche de verano, hacia un poco de calor aún siendo Noviembre, era una especie de chiste mal contado ya que la noche anterior el cielo estaba por caerse con la tormenta que lo acecho y ahora estaba pagando los tantos.

Su nariz estaba congestionada, su garganta ardía y ni hablar del dolor de cabeza que comenzaba a aparecer, su madre le había dado unas pastillas que tenía que tomar cada ocho horas pero hasta ahora no veía algún efecto.

Esperaba levantarse mejor para el día siguiente porque no había una cosa que mas odie que estar enfermo en épocas de finales, donde necesitaba estar al cien por cien y no con ganas de acurrucarse en su cama.

Al llegar a la parada sacó su celular un momento para avisarle a Lisandro que ya se encontraba en camino, iría máximo una hora luego pediría un auto que lo llevara a su casa, solo iba por que quería ver a su amigo y... tal vez muy en el fondo tenía la esperanza de ver a Enzo.

Aquel chico que estuvo rondando en su cabeza desde la noche anterior, no supo cuántas veces entró al chat para releer una y otra vez los pocos mensajes de aquella charla, sentía una emoción abrumarlo y le asustaba demasiado.

Sabía que significaba aquello.

Lo sabía, tanto.

Estaba seguro que terminó por perder la cabeza cuando vio el tweet con aquella famosa canción, no pudo evitar ponerla y sintió vergüenza de sí mismo al hacerlo, tanto que su rostro ardió y tuvo que sacarla al instante.

Un ridiculo según él.

El colectivo apareció, por fin, dejó subir primero a una madre con su hija que parecía la misma edad de Isabella, no pudo evitar sonreír.

Hoy su hermana no estuvo con él por obvias razones, no quería contagiarla y sus padres estaban de acuerdo, de igual manera se estuvieron mandando audios y obviamente su hermana no se había olvidado de su amigo le pidió por favor que si Enzo iba le explicara por qué no estaba ahí, para la suerte de Julián, no hubo rastro del morocho.

Se sentó en unos de los asientos vacíos del fondo y no dudo en apoyar su frente caliente en la ventanilla helada, cerró los ojos unos minutos y cuando los abrió gracias al cielo estaba a una parada de la suya.

Bajo y caminó la media cuadra hasta la casa de su amigo, cuando se estaba acercando pudo oír música y sabía que venía de allí, al llegar vio que estaban sentados afuera con el parlante, estaba Nahuel, Rodrigo y Cristian.

Al final Lautaro dijo que no podía ir ya que tenía que trabajar en las canchas hasta tarde.

Aplaudió en forma de llamado aunque sus amigos lo estaban viendo, no dudo en soltar una risa, Cristian le grito que estaba abierto y no dudo en abrir la reja de color celeste.

Caminó hasta los chicos y saludó a todos con un choque de manos ya que no quería que luego lo culparan por pegarle la peste, se metió adentro de la casa en busca de Lisandro y lo encontró en la cocina intentado abrir un vino.

"Hola, mugriento." Saludo, Licha sonrió en su dirección y soltó lo que tenía en sus manos para saludarlo como lo hizo con los demás.

"¿Qué onda? ¿Cómo estás?." Julián apoyó su cadera en la mesada, su mochila aún colgando de su hombro. "Bien... bueno, maso menos pero que se le va hacer."

No te soporto / AU Julián x Enzo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora