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Al frotar mi rostro contra la almohada percibí un aroma familiar que no era el mío. Extrañado, abrí los ojos y me encontré en una habitación que no conocía.

La luz me irritaba y me dolía la cabeza. Síntomas de resaca definitivamente. La única pregunta era cómo terminé en este estado y en donde estaba mi ropa.

Colocando mis brazos sobre mis ojos para bloquear la luz del día, hice un esfuerzo por recordar lo que había sucedido la noche anterior.

Recuerdo que después de haber cedido ante Ethan comí todo lo que había en el carrito de postres. Ethan desabotonó mis pantalones para permitirle a mi estómago expandirse con libertad. Una vez que todos los platos estaban vacíos, recuerdo haber visto una botella de vino salir de su escondite en la parte inferior del carrito. Lo demás es difuso.

Haciendo otro esfuerzo soy capaz de recordar beber y reclamarle a Ethan por muchas cosas. Luego, él me ayudó a salir del lugar, porque caminar estando ebrio y con la barriga tan llena me era imposible. Fuimos a mi auto, pero esta vez yo iba en el asiento del copiloto. No recuerdo más allá de eso.

De pronto sentí algo pesado sobre la parte inferior de mi cuerpo.


-Veo que ya despertaste -dijo Ethan recostado sobre la sábana que cubre mis piernas- Buenos días, Ren.

-Bu-Buenos días...

-El desayuno está listo, ¿quieres que te traiga el desayuno a la cama o vamos al comedor?

-El comedor, estas sabanas se ven costosas, no quisiera arruinarlas.

-Ha ha, me temo que ya es demasiado tarde para eso. Sin embargo, esperaba esa respuesta de ti así que puse la mesa con anticipación.


Salí de debajo de las cobijas y cubrí mi cuerpo con una bata que Ethan tenía preparada para mi. Al pararme sentí mi parte inferior adolorida, como si mis caderas estuvieran rotas. Deduje entonces a la perfección lo que había sucedido, pero opté por evitar el tema.


-Espera -Ethan me detuvo cuando estaba a punto de tomar asiento y colocó un cojín sobre la silla- Debes estar adolorido, así que esto será mejor para ti.


Acordé superar todo el asunto del jefe y el empleado, pero volver a nuestra relación pasada de la noche a la mañana me estaba volviendo loco. Verlo tan sonriente y rodeado por su encantadora aura brillante era lo peor.

Simplemente comencé a comer lo que tenía enfrente, no importaba lo que era o cuanto fuera, necesitaba comer urgentemente para controlar esos molestos sentimientos que empezaban a abrumarme.

Él tomó asiento en el otro extremo de la mesa. Conversaba conmigo mientras tomaba su desayuno tranquilamente. Hablaba únicamente de cosas triviales como el clima, lo cual me irritaba más.

De pronto guardó silencio, dio un sorbo a su taza de café y dejándola aun lado me miró fijamente.


-Sobre lo de ayer... espero que no lo hayas olvidado por completo.

-¿Hablas sobre mi dolor de caderas?

-Perdona, creo que me excedí un poco. Después de todo llevaba controlándome por mucho tiempo y cuando te vi tendido sobre mi cama, simplemente no pude resistir más.

-Me embriagaste a propósito. Sabes que cuando bebo tiendo a sacar un lado odioso de mi, luego pierdo el conocimiento y cuando despierto olvido lo sucedido. Como era de esperarse de ti, lo tenías todo planeado. Sin embargo, no estaré tan molesto si me cuentas a detalle lo que sucedió ayer.

Como desee, JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora