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Odio admitirlo, pero Ethan realmente hace mi vida mejor.

No solo pagó la deuda de mi hermano, también le ayudó a conseguir un trabajo mejor que el de la tienda de conveniencia. Además, me aseguró que si mi hermano no logra restablecer su economía, él se encargará de cubrir los gastos de la educación de los niños.

Solo hace falta que les compre un Ferrari y una casa con los millones que guardó en su alcancía de cochinito esta semana.

Mientras que mi hermano y yo nos visualizamos pagando la deuda el resto de nuestras vidas, él lo soluciono en unas cuantas horas. Por supuesto que le estoy agradecido por ello, pero saber que hay gente en este mundo con tanto dinero que pueden gastarlo a placer me irrita un poco.

Aunque estoy seguro que si le pido un aumento, aumentará mi sueldo hasta diez veces más. (Pensándolo bien, ni siquiera sé qué haría con tanto dinero.)

Ahora, sobre la otra parte del trato.

Ethan es un bestia.

Dije que hacía mi vida mejor, pero eso no quiere decir que hizo desaparecer todos mis problemas.

De hecho me creó nuevos.

Para comenzar, el sexo.

No es que no me guste, pero algunas veces lo hacemos dos o tres veces al día. No tiene autocontrol, no importa en donde estemos. En su apartamento, en la oficina, en el auto o donde sea, siempre busca una oportunidad para rodearme con sus brazos y ponerse cariñoso.

Eso nos lleva al segundo problema.

Múltiples veces hemos estado apunto de ser atrapados en el acto.

Todo el tiempo tengo los nervios de punta. Cada vez que él está cerca me preocupa que quiera hacerlo y que alguien nos vea. Lo peor es que si alguien nos ve, lo más probable es que esa persona sea despedida. Ethan haría eso para tranquilizarme, pero saber que alguien puede ser despedido injustamente, solo causa más estrés en mi.

En tan solo un mes viviendo con él, ya he tenido que cambiar dos veces mis pantalones por ser demasiado ajustados. Ethan se ha asegurado de que siempre haya comida alrededor mío, para que pueda comer cuando sienta que lo necesite.

A decir verdad no me molesta estar pasado de peso, pero en días como hoy sin duda es terrible.

Hace dos días Ethan se fue a un viaje de negocios, por lo que yo quedé a cargo de todo hasta que él regresara.

Esta mañana en la oficina, recibí dos llamadas importantes.

Una de Ethan diciendo me que regresaría mañana y otra de una vieja compañera de negocios del padre de Ethan, la Sra. Johnson, diciendo que tenía unos documentos importantes para él.

Así, he salido de la oficina y me he encaminado a su compañía que está al otro extremo de la ciudad. Sin embargo, mi auto se descompuso a medio camino y he tenido que hacer el resto del recorrido a pie.

Hacía mucho que no caminaba largas distancias y mucho menos con mi nuevo peso. En tan solo 10 minutos siento como si ya hubiera cruzado medio país caminando.

No es su culpa exactamente, pero haré que Ethan pague por esto. Lo haré llevarme a cenar cuando regrese de su viaje.

Al llegar al lugar del encuentro, esperé unos minutos antes de entrar. Recuperé el aliento y arreglé mi traje.

Me presenté a la señorita tras el mostrador, quien de inmediato me hizo pasar.

Todo salió según lo previsto. Salude cortésmente a la Sra. Johnson, conversamos sobre cosas triviales por unos minutos y también sobre Ethan. Disfrutamos de una amena charla hasta que alguien más llamó a su oficina con un asunto urgente y le hizo pasar.

Como desee, JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora