Secretos de Luna llena

7

Por la mañana desperté con más energía de la habitual pero lo ignore y comencé a prepararme para la escuela.

Unos minutos después salí de mi habitación escuchando a mamá levantando a Jacob y sonreí sabiendo que fácilmente podría ser yo si no fuera por el exceso de energía que sentía.

- ¿Ansiosa? - dijo mi papá sobresaltandome.

- Bastante, no he podido dormir bien.

- Bella, yo... Quería hablar contigo de lo que pasó ayer...

- Lo sé papá - lo interrumpí - tú no tienes la culpa de lo que ese hombre dijo.

- Lo sé hija, pero quería que sepas que no estoy de acuerdo con lo que te ha dicho, siempre tendrás mi apoyo decidas lo que decidas y si en un futuro Jacob cambia seguiré apoyando tu posición como alfa.

Me acerque a abrazarlo porque no tenía palabras para agradecerle su apoyo incondicional.

- Ven, vamos a desayunar, tu mamá preparo un poco de todo para ti.

Sonreí con la imagen de mi madre cocinando para un batallón aunque solo éramos cuatro.

- ¿Cómo te fue en la reunión de anoche? - dijo como quien no quiere la cosa.

- Bien, solo querían saber en qué condiciones quedaba el tratado y asegurar que no tenían ningún problema con nuestra incorporación a la escuela.

- Solo ten cuidado con ellos, sabes que no son criaturas de fiar - dijo con desconfianza.

- Lo tendré en cuenta padre, seré cautelosa a su alrededor.

Guarde silencio al escuchar a Jake refunfuñando en las escaleras, sonreí y me dispuse a comer con una última advertencia de mi padre.

- Apúrate Jacob o se nos hará tarde para pasar por Leah. - dije en tono mandón.

- ¡Claro! Olvidaba que no podíamos llegar tarde por tu novia - dijo burlón y lo fulmine con la mirada hasta que vi la mirada que nos dirigía mamá.

- No quiero otra de sus peleas en la mesa - dijo viéndonos enojada.

- Si mamá - dijimos al unísono

Apenas diez minutos después estábamos dentro de mi camioneta rumbo a casa de Leah.

- Espero que al menos encontremos lo que sea que busque papá y nos deje volver a la escuela de la reserva, esto de levantarse temprano no va conmigo - dijo bostezando, cosa que me hizo reír un poco.

- No es tan malo Jake, ya verás que te acostumbras - dije insegura pero sin lugar a réplicas porque habíamos llegado a casa de Leah, me apresure a bajar de la camioneta y toque tres veces como cuando éramos niñas y venía a buscarla para jugar. Sonreí por el recuerdo.

- Espero que esa sonrisa sea para mí - dijo Leah abriendo la puerta.

- Por supuesto - dije acercándome a besar su mejilla pero algo dentro de mi decía que no era correcto.

Lo ignore y conduje a Leah al interior de la camioneta bajo la atenta mirada de Jacob, conduje mientras Leah y Jacob hablaban sobre las expectativas que tenían de la escuela y sus posibles nuevas amistades, quería unirme a la conversación pero simplemente no pude, mis sentidos estaban totalmente alerta por algo que aún no puedo comprender.

Casi sin darme cuenta ya habíamos llegado, al entrar por el estacionamiento todos se giraron a mirar pero había un par en particular que sentía más que todas las demás, al fondo los hermanos Cullen me observaban fijamente, sonreí en dirección a Emmett y Edward, guiñandole un ojo al último.

Ignore su gruñido y me apresure a estacionar mi camioneta lejos de los Cullen, me baje a ayudar a Leah con su mochila aún con una sonrisa en mi rostro mientras ella tomaba mi mano en señal de nerviosismo pero aún así camino demostrando seguridad al pasar a lado de los Cullen logré captar un gruñido con un tono más suave que el de Edward pero al girarme no pude ver a nadie extraño. Solo Emmett haciéndome señas con el pulgar arriba y una sonrisa cómplice que correspondi.

Podía escuchar varios murmullos sobre nosotros y nuestra aparente amistad con los Cullen lo que me hizo poner los ojos en blanco, sono la campana anunciando el inicio de las clases así que nos despedimos para dirigirnos a nuestros respectivos salones.

El día paso relativamente rápido pero mi lobo seguía muy inquieto y todo el tiempo alerta como si esperara que algo pasará.

- ¡Bells! - grito Jacob logrando asustarme cuando me dirigía a la cafetería y me regañe mentalmente por descuidarme. - se que me has extrañado - dijo con una sonrisa traviesa.

- Ya quisieras pequeño Jakey - le dije mientras le revolvía el pelo con mi mano haciéndolo enojar por tratarlo como niño pequeño.

- Basta Bella, me despeinas - dijo arreglándose el cabello mientras me veía como la peor persona del mundo.

Entramos en la cafetería mientras me burlaba de su actitud infantil cuando de pronto mi corazón dio un salto y mi lobo gritaba que reclamará lo que es suyo.

- ¿Bella? - el tono juguetón de Jacob se había esfumado y su expresión reflejaba seriedad absoluta pero mi mente estaba más allá de su cara de preocupación, mis ojos puestos en aquella rubia sentada junto a Emmett Cullen, no entendía lo que pasaba pero sabía que pasará lo que pasará iba a protegerla de todo y de todos.

Me miró y tuvimos un raro intercambio de miradas, el reconocimiento en sus ojos y la confusión en los míos solo fue un momento breve hasta que Leah apareció en mi campo de visión, escuché un pequeño gruñido cuando toco mi cara y mi lobo en automático se enojo conmigo por no alejarme de su toque.

- Bella, ¿Qué ocurre? ¿Estás bien? - dijo recorriendo mi cuerpo con la mirada en busca de algo que le indicara lo que me pasa.

- Estoy bien Leah, no te preocupes. - dije tomando su mano para alejarla de mi rostro.

Me miró extrañada pero no hizo preguntas simplemente asintió y solo con ese moviendo supe que nos esperaba una charla cuando dejáramos a Jake.

Gire a mirar a la chica rubia pero ninguno de los Cullen estaba ahi...

- ¿Tienen algún problema si volvemos a la reserva antes de terminar las clases? - ambos me miraron extrañados pero asintieron sin hacer preguntas.

Hasta aquí el capítulo de esta semana, espero que les guste tanto como a mi escribirlo.

Estaré leyendo todos sus comentarios y no olviden dejar su voto, es gratis 😉.