1.Welcome to Japan

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| Prólogo.

Una mañana en Japón; En donde el sol calienta la piel pero la brisa te reconforta y te comes las esperanzas junto al arroz, los pájaros cantan y una nueva aventura comienza.

Eri Yandaki miraba por la ventana del auto y tomaba un café con leche sin mucho en que pensar. Japón parecía un sueño y las nubes simulaban ser sacadas de algún anime fantasioso, quedó sorprendida por la cantidad de personas habitando en la pequeña comunidad en donde vivía su abuela Miranda, tan sólo cinco mil personas, había aumentado su población desde la última vez que vino.

-¿Que te parece el lugar? -preguntó la anciana.

-Simplemente hermoso, abuela. - Miranda sonrió genuinamente.

-Te va a gustar más cuando veas el restaurante-Eri asintió con la cabeza.

Era un extranjera. Mexicana con ascendencia japonesa, su gran decisión fue irse a vivir a Japón al menos unos meses para disfrutar de la cultura y experimentar, había visitado Japón el año pasado enamorándose perdidamente del país, de su gente y de sus comidas.

-¿Estás segura que te quieres quedar en otro lado?

-Estaré bien abuela, tranquila.

-Aquí hay gente muy amable, deberías quedarte- insistió.

-Vendré a visitarte ¿de acuerdo?

-Trató - la señora sonrió haciendo relevante sus arrugas.

La señora asintió con la cabeza insegura de su decisión. Al cruzar algunas cuadras Eri pudo admirar el amor puro entre dos pajaritos, sintiendo la envidia que poco se pasaba por su corazón. Se sentía sola.

Por inercia sacó su cámara instantánea tomándoles una fotografía rápidamente.

-El muchacho Koko pregunto mucho por ti, tiene un almuerzo preparado antes de que te vayas.

-Yo también lo extrañe mucho, su pollo frito no se iguala al de cualquiera.

Koko, un amigo muy cercano a Eri quien le enseñó la ciudad y todo lo hermoso de Japón, fue la clave para que la muchacha volviese pero esta vez para explorar un camino propio no algo en que la guíen.

-El fue una de las razones por la que regrese.

-Que lindos.

Llegaron a la casa de la señora Miranda y el vehículo estaciono cerca del restaurante que quedaba justo al lado. Eri bajó estirando su espalda y respirando profundamente para así bajar sus bolsos y entrarlos a la casa.

Dejo sus zapatos y se revolvió el cabello siendo recibida por Koko quien tenía la cara llena de harina pero con una sonrisa genuina.

-¡Eri, querida mía!

-¡Koko! -Se abrazaron fuertemente rememorando esos momentos que vivieron juntos, Miranda los miraba con brillo en sus ojos, le recordaba a su adolescencia cuando era feliz con sus amigos de secundaria.

-Iré a terminar el almuerzo -avisó la de tercera edad para así adentrarse a la cocina.

- ¿Que tal todo en México? Te extrañe demasiado.

-Todo muy bien, fue hermoso - sonrió - Te traje un recuerdito-.Buscó en su bolso ese llavero que había comprado justamente para el, enredándoselo en sus dedos.

- Alebrije - observó con detalle al animal fosforescente, dejándole un beso en la mejilla a la más baja en muestra de agradecimiento -.Gracias, más tarde te llevas lo que te hice.

𝐌𝐲 𝐤𝐢𝐧𝐝 𝐨𝐟 𝐰𝐨𝐦𝐚𝐧 | 𝐒𝐮𝐳𝐮𝐤𝐚. 𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora