𝐌𝐲 𝐤𝐢𝐧𝐝 𝐨𝐟 𝐰𝐨𝐦𝐚𝐧 | 𝐒𝐮𝐳𝐮𝐤𝐚. 𝐊

10. My Kind Of Woman

| Capitulo diez, mi tipo de mujer.

24 𝑑𝑒 𝐷𝑖𝑐𝑖𝑒𝑚𝑏𝑟𝑒 𝑑𝑒1989

Ha pasado un buen tiempo desde que Eri se fue, llenando consigo un gran vacío dentro de las chicas de Shibuya aunque la más afectado notoriamente fue la menor de ellas, Suzuka.

Después de todo, ya no la volvería a ver pero estaba feliz de pasar tiempo con sus casi hermanas. Navidad era su época favorita del año desde que tiene memoria por lo tanto no se quería dejar llevar por las emociones negativas. Esa vieja casa en dónde vivían fue dejada atrás ya que cada una juntando sus ahorros lograron comprar una más grande, y sobretodo más bonita.

¿Fue doloroso? Si, pero aun así conservaron los cuadros y fotos en donde vivían. Aún estaban decorando y organizando su nuevo hogar, de esto se encargaban Rin y Mizyu mientras que Kanon y Suzuka se centraban en terminar la cena.

El teléfono de la casa sonó un rato y Rin levantó la voz.

—¡Yo contesto! — musitó la rizada corriendo hasta el primer piso. Agarro el teléfono y se sentó en la escalera, sus ojos se abrieron como platos y sonrió por unos momentos.

Empezó a murmurar cosas inaudibles que la pelinegra no pudo escuchar. Rin dejo el teléfono ahí para avisarle a Suzuka que alguien quería hablar con ella.

Suzuka asintió y dejo a Kanon sola.

Se sento en el mismo lugar que Rin anteriormente y puso el teléfono en su oreja.

—¿Hola?

—Suzuka...—Al solo escuchar eso una ola de escalofríos recorrió todo el cuerpo de Suzuka quien quedó sin aliento.

—Eri... —sonrio —¿Como estas? Que bueno escucharte.

La muchacha se levantó para caminar por la casa, sentándose en el pasillo apoyando sus pies en la pared.

—Estoy bien, gracias ¿Y tú?

—Me encuentro mejor, gracias a Dios.

—Me alegro escuchar eso. ¿Que tal las clases?

—Todo bien, aprobé casi todo — sonrió para si misma, estaba orgullosa.

—Estoy muy feliz por ti — escucho a Eri suspirar —. Oye, lamento mucho lo que paso entre tu y yo, se que no fue muy maduro de mi parte. ¿Te llegó la carta?

—Ah si... Aún no la he leído — enredo sus dedos en el cable—. Te extraño, Eri. No ha sido lo mismo desde que te fuiste.

—Suzuka...Suzuka, Suzuka, Suzuka —mencionaba su nombre repetidas veces, la misma sensación que ella le causaba renació —. Lo recuerdo todo... Como si hubiera sido ayer, no se si será una maldición o un castigo pero nunca podré olvidarte.

El corazón de Suzuka latia rápido por sus palabras, respiraba agitada y sus manos sudaban. Agarro el cable del teléfono con fuerza, la respiración agitada de Eri le generaba cosquillas.

—¿Por qué no llamaste antes? ¿No me extrañabas acaso?

—Han pasado cosas que ni yo he podido procesar aún. Solo quería decirte que te extraño, y que te deseo una feliz navidad ya que... No volveremos a hablar.