𝐌𝐲 𝐤𝐢𝐧𝐝 𝐨𝐟 𝐰𝐨𝐦𝐚𝐧 | 𝐒𝐮𝐳𝐮𝐤𝐚. 𝐊

4.Heartbeat

| Capitulo tres.

[Celos, latidos y tiempo juntas]

Suzuka miraba con deseo la fresa entre sus manos para después llevárselo a la boca saboreando el dulce jugo de la fruta. Movía sus piernas en un vaivén muy risueño mientras escuchaba hablar a Rio.

- Así que...Eri ¿no? - Se movía por la habitación sentada en la silla giratoria. - ¿Es la chica de la habitación de al lado?

- Si, así que haz silencio.

- ¡Ohh Eri! - Suzuka se levantó rápidamente para taparle la boca con una expresión molesta. - Suzuka mmhj está enamommhjp.

- Maldita loca cállate, las chicas si se enteran me van a matar. - Susurro en su oído. - Que asco.

Rio soltó una carcajada mientras aplaudía, había dejado las palmas de la pelinegra cubiertas con su saliva.

- Un amor secreto, me gusta.

Suzuka se limpió las manos en su pantalón con desagrado mientras volvía a su lugar en la cama mirando a la más alta volteando los ojos.

- No va a pasar nada entre nosotras, ella es una viajera y yo apenas...soy una estudiante.

- ¿Y? Hay miles de posibilidades que tu también le atraigas. - Dio una vuelta en la silla con una sonrisa cubierta de esperanza. - Viene a visitarte Suzuka, solo a ti.

- Solo viene porque el lugar le llena de inspiración.

- ¿Y si la inspiración sea una muchacha pelinegra de ojos bonitos? Ya leíste el poema, es obvio que se inspiró en ti.

Suzuka se sentó en la orilla de la cama mirando a Rio de manera incrédula al escuchar sus anhelos. Su mente divagó por unos momentos antes de responder.

- ¿Tú crees? - Insistió una vez más tratando de creer sus palabras.

- Es más que obvio.

Ambas se miraron fijamente antes de reír infantilmente hasta que alguien las interrumpiera con unos golpeteos en la puerta insistentes. Suzuka miro a Rio con una sonrisa adornando sus labios y un brillo en sus ojos demostrando esperanza. Rio saltó por un momento riendo en silencio mientras golpeaba a Suzuka de manera juguetona diciéndole que su amor ya tocaba a su puerta (literalmente)

La pelinegra se levantó y aclaró su garganta para girar la perilla encontrándose con esa mirada que la perseguía en las noches y ansiaba ver.

- Eri...Hola. - Saludó la menor recostándose en la orilla de esa madera lisa pintada de un rojo vino. Puso su mano tras de su espalda ocultando sus nervios pero no pudo detener que su pierna izquierda (que estaba detrás de la puerta) se moviera con insistencia y Rio se reía de eso.

- Hola Su. - Eri se vio atrapada entre sus labios por un momento, se maldijo mentalmente por un momento y luego habló con un tono coqueto disimulado. - Quería preguntarte si deseabas acompañarme a comprar algunas cosas. - Observó a la muchacha de fondo algunos momentos para así hablar nuevamente. - Pero veo que estás acompañada, perdón por molestarte.

- ¿Que? Ah no no, Rio ya se iba ¿verdad? - Miro a su amiga por unos momentos guiñándole el ojo tal cual como si fuera un tic.

- Si si, mi mamá me dijo que tenía que hacer alguna cosas en casa. - Recogió sus cosas con rapidez.

Eri se apartó de la puerta para darle permiso.- ¿De verdad?

- Si no se preocupen. - Le dio una sonrisa amigable a la mayor para después agarrar a Suzuka por la muñeca y arrastrarla hacia la puerta principal. - Me cuentas to-do y me la debes ¿oíste?