Becky estaba extraña.
La presencia de Freen no se hacía notar por ningún lado, siendo que ésta era bastante puntual en varios sentidos y uno de ellos era su llegada al salón.
No es que le importase en gran grado lo que hiciera Freen o no, pero simplemente se le hacía extraño o ajeno a la normalidad de Freen.
Ella siempre se sentaba en frente suyo, le hablaba de la vida, de libros que leía, le decía tantos halagos hermosos que por más de no demostrarlo, se quedaba escuchando a Freen con toda la atención del mundo.
Y era tan raro no verla cerca.
Becky podía verse hasta desesperada por buscar a Freen con la mirada, pero nada, ésta no aparecía.
Igualmente le preocupaba, quizá Freen se sintió increíblemente mal y no quiso asistir a la escuela por sus palabras del día anterior.
"Maldita imbécil, ¿qué no ves lo que logras? Quizá no vino a la escuela por tu culpa". Se dijo a sí misma.
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Freen, moviendo sus dedos entre sí nerviosamente, se acercó al grupo de Im Jaidee. Éstas estaban fuera del salón esperando por el maestro, para que una vez que llegase pudieran entrar.
Se sentía un pollito frente a esas cuatro chicas. Estaba nerviosa.
— Ho-Hola... — saludó, tocando el hombro de una de ellas.
Así volteó Auke con una expresión divertida, al ver a Freen sonrió con una pizca de ternura porque todos en la clase sabían que Freen era la chica más cursi, con los poemas más lindos para decir, que había entre alumnos.
— Freen, hola. — saludó.
Luego de ello, las otras miradas de las restantes se posaron fuertemente en ella.
— ¿Cómo está tu día?
— Uhh, bien, gracias por preguntar. — rascó su nuca nerviosa.
— ¿Qué se te ofrece, Freen? — habló la siguiente, Kila, quien con esa profunda mirada hizo que Freen se intimidara.
— ¿Me pueden ayudar? — intrigó con un sonrojo.
— A ver si podemos. — agregó Minli.
— Q-Quiero convertirme en algo... — el grupo frunció el ceño. — D-Digo, yo soy una perdedora demasiado cursi para enamorar a mi crush, a ella le gustan las chicas como... como ustedes a fin de cuentas. Quiero ser como ustedes.
— ¿Somos especiales? — preguntó Auke.
— S-Son más geniales que yo.
— ¿Y tú quieres ser como... nosotras? — Jaidee apuntó a las demás.
Freen solía vestir con suéteres un poco más grandes que ella, chaquetas de mezclilla y camisas con botones blancos igual de grandes. Al criterio de algunos, Freen tenía un aura pacífica, tierna y demasiado inocente como para ser alguien a quien temer.
Pero según decía Becky, ella quería una chica alejada de ello, que fuese cero cursi y un poco más genial. Eso haría.
— Vestirme de manera más cool. Dejar de ser una cursi nerd y perdedora para que la chica que me gusta deje de tratarme como alguien insoportable.
— Pero tú no puedes cambiar eso. — Jaidee palmeó su cabeza suavemente. — Eres única tal y como te muestras, Freen. No puedes cambiar por una chica.
— E-Es que... — suspiró un poco inquieta. — Yo de verdad quiero dejar de agobiarla con mi cursilería, y siento que si soy un poco más genial podré hacerlo.
El grupo soltó una risa al compás, algo que hizo a Freen encogerse en su propio sitio nerviosa. Un poco intimidada por esas chicas tan geniales.
— ¿Te parece cambiar tu vestimenta? — sugirió Minli.
Freen miró su ropa.
Aquel suéter azul oscuro, que en sí era mucho más grande que ella, con unos pantalones negros y unas zapatillas converse negras, al criterio de Freen eran su estilo más personal. ¿En serio debía cambiarlo?
— Uhh... ¿qué tengo que cambiar?
— Quítate esto. — Auke ayudó a que Freen se quitase el suéter, de tal manera que quedase solo con una camisa blanca de mangas cortas. — Con ese suéter pareces una nerd y según dices, a tu crush no le gustan así, ¿verdad?
— Sí, supongo.
— Quítate esto. — Minli sacó los lentes de Freen, los cuales utilizaba cada que leía o entraba a clase. — Te veras mejor así.
— P-Pero los necesito...
— Puedes comprar lentes de contacto, luego te los colocas otra vez. — la de cabello naranja asintió sutilmente.
— Hazte una cola en el cabello, no demasiado apretada y que algunos mechones de tu cabello caigan por tu rostro, pero no demasiados. — Freen tomó la coleta negra que Kila le estiró.
Trató de hacer su mejor intento con amarrar su cabello como le dijeron y a pesar que le costó un poco, la mirada satisfecha de las otras le dio como un logro interno.
— ¿Qué hago con esto? — levantó su suéter.
— Amárralo en la cintura. — sugirió Auke.
Freen solo obedeció.
— ¿Y qué vas a hacer? Dejar de ser cursi. — por último, Jaidee entró en su cambio.
La chica que había atrapado a Becky y quien, de cierta manera, era su competencia.
— Puedes ser sexy, también indiferente y cortante. Muéstrate difícil de capturar tu atención, que no logren sacar tu lado lindo porque así cagas el plan. Simplemente sé... lo contrario a lo que siempre eres.
¿Lo contrario? De acuerdo, Freen podía hacerlo.
Nerviosa se alejó del grupo para entrar al salón, captó la atención de algunas con el cierto cambio que tuvo y trató de verse lo más seria posible.
Sin sus mejillas sonrojadas, una mirada profunda y un semblante neutral.
Ahí se sentó frente a Becky, dejándola boquiabierta.
— ¿Qué mierda te hiciste? — le preguntó.
— ¿Un cambio?
Becky tragó en seco.
— Hazme un hijo. — pidió la rubia.
Freen se sonrojó y lo vio muy exagerado, volviendo a verse adorable y linda frente a Becky.
— ¡Becky-yah!
— Por favor házmelo, Freen.