37 | Te ví

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Aún no era el cumpleaños de Charly, pero Fabi parecía estar mucho más ansiosa en que el par hable que los mismos Fito y Charly.

Así que una tarde calurosa, junto a Fito nada más, se dirigieron a casa de Zoca que quedaba al sur de la ciudad.

Pipo y Paula salieron por su cuenta a la playa, y Serena se quedó sola en el hotel esperando a que vuelvan.

Aprovechó para disfrutar en su propia compañía todas las actividades que podía hacer en el hotel, como ir a comer algo rico, ir al gimnasio y nadar en la piscina.

.

Tocaron el timbre de la casa, y Fito se removió nervioso en su lugar, terminando el cigarro que se estaba fumando.

– Relajá. – lo alentó su amiga, y el asintió con la cabeza.

En segundos, Zoca se apareció detras de la puerta sonriente.

– ¡Fabi, Fito! Que alegría verlos aca... –  dijo Zoca sonriente con un marcado acento portugués.

Saludó a cada uno con un amistoso abrazo, y luego los invito a ingresar a su gran y lindo hogar.

Fito miraba todo curioso mientras las chicas hablaban de sus vidas, y se adentraron hasta la sala.
Después de unos minutos, apareció Charly ahí.

Al verlos al principio los recibió serio, pero después cuando saludó a Fabi con un abrazo su seriedad se borró con el paso de una gran sonrisa sincera en el rostro.

Al acercarse a Fito, lo saludo con un apretón de manos asintiendo con su cabeza en señal de "hola".

Zoca invitó a todos al jardín de su bonita casa, y Charly preparó el mate.

Después de un buen rato de charlar entre todos, Zoca se levantó.

– Fabi, vení. Quería mostrarte algo en lo que estuve trabajando estos días. ¿Me acompañas?

– Si obvio. – Fabi se levantó, y la siguió entrando en la casa.

Estaban solo ellos dos, después de tanto tiempo. Charly encendió un cigarro, mirando al horizonte del jardín de zoca poblado de plantas y flores de muchos colores.

Allí había una paz que en pleno Buenos Aires no ibas a encontrar jamás.

– ¿Cómo estás, Charly? – Fito rompió el silencio, y lo miró.

– Bien. – dijo después de unos segundos de silencio, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

No iba a discutir con Fito. Ya no tenía ánimos de discutir. La había pasado muy mal, y ahora ya estaba bastante resignado a la situación.

Tenía que hacer las pases con él para perdonar y olvidar, tal como le había dicho Fabi.

– Estoy mucho mejor. – continuó. – Los días acá fueron de mucha ayuda. Zoca siempre está ahí para mí cuando la necesito, a veces siento que no la merezco.

– No digas eso... – murmuró. – Sos una gran persona Charly. Vos le brindaste todo en su momento, y ella debe estar retribuyendo todo ese amor que le diste.

– Ese es mi problema, ¿Te das cuenta Fito? Que yo siempre doy todo, todo. Y nunca se me dá.

Fito hizo una mueca. En aquello Charly tenía razón, a lo largo de sus 34 años cada mujer con la que había estado se había acabado de la peor manera, o ellas no se enamoraban de él.

Aunque no parezca, Charly era un romántico empedernido. En el fondo, el deseo de ser amado nunca se iba. Y sabiendo que eso podría hacerlo ver débil ante los demás, creaba una falsa coraza haciéndose ver cómo un desinteresado mujeriego.

Fue amor | Fito Paez ficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora