Papá Lixie _ChanLix_

06

Ví a Changbin bajar por las escaleras, arrastrando sus pies mientras se quejaba.

-¡¡TIO CHANNN, VAMOS A VER A FELIX!! -Gritaba Changbin, yo sólo rodeé los ojos y seguí intentanto cambiarle el pañal a Jeongin.

¿Cómo alguien que comía puré de verduras podía desechar todo eso?

-Ándale, tío chaaaaaannnn -Siguió insistiendo Changbin, haciéndome un berrinche.

¿Estaba bien darle todo lo que quiere?

¿O debía poner un límite?

Necesitaba de alguien que me ayudará porque simplemente no podía solo.

-No, Changbin -Decidí negarme, por un día que no le cumpla un capricho no pasará nada.

Eso o hasta que Changbin se cansará de insistirme.

Ah, pero Bang Changbin no se rendiría tan fácil.

-PERO FELIX ME DIJO QUE COMPRARIA HELADO PARA MI Y PARA JEONGIN -Mintió Changbin, aún que sabe que Félix si llegaría a comprarselo si se lo pedía.

Yo alcé una ceja al escucharlo decir éso —¿Por qué le pides cosas? Eso está mal, Chang -Regañe enojado en cierta forma.

Me mordí el labio enseguida, temía haber sido duro.

Sin embargo, observé como el chaparro se quedaba pensando.

Se veía tan adorablemente concentrado.

¿Qué estará tramando?

14°14

No puedo creer que me haya convencido, pensaba mientras ponía a Jeongin en la sillita de bebés que el carrito tenía.

¿Cómo un niño de seis años puede ser más inteligente para mandar a uno de veinticuatro?

¿Y cómo lo había hecho?

Muy simple, le pediría el número telefónico del chico.

Por qué por alguna EXTRAÑA razón quería seguir en contacto con Félix.

Había algo que me hacía querer estar cerca de él.

Tal vez sólo quería ser su amigo.

Pero hay algo que me hace pensar que, o si empezamos con el pie izquierdo o simplemente había mucha química entre nosotros.

Recorrí los pasillos del supermercado.

Vigilando a Changbin y mirando las muecas graciosas de Jeongin.

Por suerte, hoy no tenía que asistir al banquete de abogados.

Aquello me aliviaba bastante por que tenía más tiempo para Jeongin y Changbin.

Me recargue en el carrito mientras seguiamos avanzando.

Extrañado fruncí el ceño al ver a Changbin empezar a sorber su nariz congestionada.

¿Pero que?

Caminé a Changbin y me agaché a su altura.

—¿Qué pasó? ¿Porqué lloras, Chang? –Pregunté mirándolo apenado.

—Fe-Fefi no está, ¿o por qué no aparece? –Preguntó aún triste.

—Tranquilo, seguro está en el baño o por ahí. –Consolé, sin saber si lo estaba haciendo bien.

Changbin me abrazó por la cintura.

—P-pero Fefito me dijo que estaría esperando por nosotros cuando me abrazó –Respondió Chang, llorando y un poco enberrinchado.

—Bueno, seguramente ahora está ocupado. ¿Qué tal si primero vamos por esos carritos que te debo? –Sugerí y él asintió no tan contento como lo imaginaba.

Okey, ésto era preocupante.

Nos paseamos por los pasillos hasta la sección de carritos.

—¡Éste! –Dijó tomando un carrito de policías.

Le sonreí feliz y lo echamos al carrito dónde Jeongin se apoderaba de ellos al tomarlos y no soltarlos.

—¡¡Tíoooo Chan, ven a ver éste!! –Exclamó Changbin, llamándome desde el otro extremo del pasillo.

Curioso caminé hacie él.

—¡MIRÁ!, ¡¡¡ES DEL RAYO MAQUEEN!!! –Alzó la voz contento, olvidando por un instante que no había visto a su mejor amigo Félix.

Porque JiSung sería su futuro noviecito, claro estaba que no podía ser su mejor amigo.

—WOW, ¿DÓNDE ESTABA? ¡¡NUNCA LO HABIA VISTO!! –Dijé para animarlo, aún que debía admitir que me hubiese gustado tener uno de esos en mi tiempo.

—Estaba allí, ¡casi escondido! –Respondió aún más eufórico.

—Hola, bebé Jeongin

Escuché la risotada de Jeongin, rápidamente voltee a ver quién se había acercado.

Mis mejillas se coloraron inmediatamente cuando ví a Felix cargando al bebé que se recargaba a él feliz.

Félix se acercó a nosotros con el bebé aún en brazos, quién parecía no quererse soltar.

Changbin corrió a abrazarlo, con rastros de sus anteriores lágrimas.

Miré la bonita escena frente a mí, Felix caminando hacia donde estaba con Jeongin en brazos y un Changbin por la cintura.

¿Por qué nos comportamos cómo si lo conociéramos desde ya hace años?

—¿Por qué llorabas, Chang? –Preguntó Félix, mirándome de reojo.

Hice un puchero sin darme cuenta.

¡Yo no le había provocado ése llanto!

¡Es más!

YO NUNCA LO HABIA HECHO LLORAR.

—Es q-que no estabas, ¡TE BUSQUÉ POR TODO COREA Y NO TE ENCONTRABA! –Exageró un llorón Changbin mientras Felix hacía una pequeña mueca limpiando sus lágrimas.

Rodeé los ojos al ver tal escena.

¡Por dios, apenas y lo buscó por el baño y los pasillos!

Negué divertido, quién lo mandaba a hacer tan mentiroso.

Buscaría primero a Minho, que por cierto le caí mal, antes que a mí si llegase a perderme.

Pero, ¡oh!

Ya una vez me había perdido y sí me buscó.

Me burlé internamente de Minho en mi mente.

Já...., ¡Oh!

Tal vez era igual de rarito que ellos y por eso eran mis mejores amigos.

Sí, seguramente era eso.

Salí de mis extraños pensamientos cuando Changbin me presumía en mi cara un pequeño papel.

—¡LO CONSEGUÍ, LO CONSEGUÍ, TIO CHAN! –Gritó Changbin en mi oído.

Me quejé y lo tomé por los hombros para intentar tranquilizarlo.

—¡¡LO CONSEGUÍ TIO CHAN!, ¡¡EL NÚMERO DE FEFI QUE ME PEDISTE!! –Gritó Changbin meneando la hojita de papel, mis mejillas se colorearon al instante.

Miré de reojo cómo Félix se sorprendía.