Capitulo 3

15 1 0
                                    


Belmont

Dejo el móvil de mi nueva compañera de piso sobre la encimera de la cocina.

Menuda parlanchina es esa amiga suya, pensé que no iba a callarse más. Compadezco a Vincent por tener que escucharla en persona debido al intercambio. No dudo que este termine por comprarse tapones de oídos o cree una de esas reglas suyas para que la chica cumpla con el espacio que a él tanto le gusta.

Busco a... ¿como es que se llama? rebusco un poco en mi cerebro hasta que su nombre recuerdo; Alexandra. La busco hasta que la encuentro dormida en el sofá.

No puedo negarlo, está buena, aunque tiene pinta de ser la típica niñata que saldrá a acusarte con sus papis en cuanto hagas algo que no le guste. He de admitir que, después del incidente en el baño, presiento que podré divertirme más de lo que pensé en este viaje, sobre todo con la chica que yace con la boca abierta y los ojos cerrados frente a mí.

Alex

Me despierto sobresaltada al escuchar un sonido escandaloso.

¿Pero que...?

Mis ojos se van acostumbrando a la luz que entra por la ventana a medida que voy abriéndolos más. Bostezando, me acerco a la puerta tras volver a escuchar el timbre. Debe de ser Matt.

Aun medio ida por la siesta, peino mi cabello con las manos y segundos más tarde, abro la puerta con una sonrisa.

Mi novio imita la acción de mis labios al verme, se acerca a mí y deja un beso sobre ellos antes de alejarse y caminar hacia la cocina para apoyar su mochila sobre la mesada.

— ¿Que tal ha ido tu día? — pregunta abriendo la heladera para tomar la jarra de agua y servírsela en un vaso.

Me acerco a él y envuelvo su cuerpo con mis brazos hasta quedar con la cara pegada a su espalda. — Bien. — digo depositando un beso en su mejilla. Inspiro con la nariz en su cuello y siento como el olor de su piel sudada entra por los orificios de mi nariz haciendo que haga una mueca, la cual por suerte el no ve.

— ¿Que tal el chico nuevo? — pregunta y algo se tensa en mí. Si le cuento lo sucedido en el baño, probablemente le de algo.

— No ha salido mucho de su habitación desde que llegó, así que no puedo decir mucho. — no miento, parte de lo que dije es verdad, solo que podría decir muchas cosas del individuo, y pocas agradables, empezando por la forma en la que me echó de la habitación apenas llegar. Podría haber sido un poco, solo un poco, más agradable.

Matt se gira y besando mi nariz susurra: — ¿es tan nerd como creíamos que sería?

Miro hacia cualquier punto de la habitación que no sea él.

Los dos últimos meses estuvimos imaginando cómo sería el chico que pasara a sustituir la presencia de Tamara en esta casa. Con Matthew reíamos al imaginar al típico prototipo de chico estudioso con gafas, encorvado y tímido, pero la verdad es que... Belmont está muy alejado a tener ese aspecto, y no sé como se lo tomará mi novio.

— En realidad... — comienzo, mas guardo silencio cuando escucho algo a mi derecha.

Cierro los ojos con fuerza en cuanto lo veo. Hablando del rey de Roma...

Belmont aparece en el living, está vez, por suerte, con camiseta, y un libro en sus manos. Esto último llama mi atención, haciendo que achine los ojos tratando de leer el título de este, pero no lo logro. Al menos parece que se está esforzando en ampliar su vocabulario, quizá con eso aprende a tratar con gente.

Cuando el recién llegado se percata de que no es el único en la habitación, nos mira con sorpresa, y algo así como incomodidad.

— Ehh... — escucho salir de la boca de mi novio al cabo de lo que sentí una eternidad.

Belmont Donde viven las historias. Descúbrelo ahora