padres de familia - zb1

12 : pastel de naranjas

Hanbin sacó absolutamente todo lo que había en su mochila, igual con su escritorio e incluso papeles que habían en sus estantes o armario y realmente no sabía cómo terminaron en esos lugares, Gyuvin hizo lo mismo y así ambos chicos juntaron todos sus apuntes y tareas.

Jiwoong venia con una pequeña bandeja de fruta para ellos y al notar la pila de papeles solo pudo suspirar.

Método extremo, así solían decirle los menores a aquella forma de estudio donde simplemente buscaban hasta la mínima información que hubieran apuntado sobre cada clase.

Y método extremo solo significaba una cosa.

Sus notas pendían de un hilo.

El pelinegro suspiro pasando también por la habitación de Ricky entregándole una taza de té y solo unos duraznos cortados en trazos, el mitad chino tenía todo realmente organizado, ya había colocado una pequeña pizarra de corcho dónde apuntó en orden todas las pruebas que debían presentar y ahora se encontraba pintando algo en su cama.

—¿Cómo se ve?— preguntó el menor tomando un sorbo de té, Jiwoong se sentó un momento junto a él y pido reconocer lo que el chico pintaba con una sonrisa.

Era un niño con impermeable verde chillón jugando en el agua.

—Realmente preciosos— Halagó el pelinegro dejando un pequeño beso en los cabellos de Ricky antes de volver a su propia habitación.

—¿Pasó algo?— preguntó Matthew entre risas cuando Jiwoong solo se dejó caer sin demasiado cuidado en la cama, el castaño dejó unos papeles y sus anteojos a un lado, aprovechando el momento y recostándose por completo sobre el cuerpo de Jiwoong que realmente no se quejó por ello.

—¿Cómo son las notas de Ricky?— el pelinegro tomó la mano de Matthew entrelazando sus dedos y dejando un pequeño beso en esta, recibiendo a cambio un dulce beso en la mejilla.

—Él va bien con todas sus clases, excepto matemáticas y física, esas dos siempre las lleva solo con la mínima nota.

Aquello sorprendió un poco al mayor, quizá tenía un poco demasiado idealizado al chico, también era solo un niño que seguramente le iba mal en algunas asignaturas.

—¿Tan mal están Hanbin y Gyuvin?— Matthew dejó otros pequeños besos en el rostro de Jiwoong, acomodándose esta vez junto al pelinegro para no aplastarlo —¿Debería ayudarlos a estudiar?

El clima seguía fresco y lluvioso y ese día Matthew no trabajaba, para Hanbin y Gyuvin era extraño ver al castaño con ropa de dormir y el cabello un poco alborotado mientras que Yujin iba de un lado a otro queriendo ayudarlo en la cocina.

Matthew iba a preparar un pastel de naranjas.

—¿Puedo estar en tus brazos?— Yujin tomó primero una naranja que Matthew había pelado para él, extendiendo sus bracitos para el mayor que lo levantó como si no pesara —Papá Ji ya no me levanta porque dice que peso mucho— acusó el niño comiendo su naranja y salpicando algunas gotas en la camisa de Matthew que no le dio importancia a ello.

—Eso es porque papá Ji ya está viejito, pero no le digas que yo te dije eso— murmuró el mayor haciendo una nueva promesa con el niño.

Hanbin y Gyuvin bajaron cuando el olor de naranjas llegó hasta la habitación de pelinegro y ambos chicos se quedaron en la cocina, Ricky salió al poco rato después, amaba los pasteles de naranja y solo tomó asiento en una de las sillas altas de la cocina, moviendo sus piernas que colgaban y llamando la atención de Gyuvin que se quedó embobado por un momento con el menor. Hanbin le dio una patada trayendo al castaño a la realidad y Matthew notó aquello.