15 : manchas de pintura

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Hao revisó una vez más su hoja de respuestas, observando como Ricky aún tenía un espacio en blanco en su examen y lanzándole rápidamente un papelito con la fórmula que debía utilizar, rogando que la profesora solo siguiese corrigiendo exámenes sin prestarles atención y suspirando cuando vio que el mitad chino empezaba a resolver el ejercicio.

Entregaron los exámenes recibiendo un simple, ya pueden salir, de la profesora y dirigiéndose automáticamente escaleras arriba rumbo a los salones de ultimo año.

—De verdad me salvaste la vida— Ricky se detuvo frente a una maquina expendedora, revisando la cantidad de dinero en sus bolsillos, comprando una leche chocolatada y una coca cola para Hanbin hyung.

Ellos seguramente seguían en examen así que solo fueron hasta su salón, decidiendo observarlos por la ventana, Ricky casi colgado de ella y de puntillas mientras que Hao veía perfectamente desde su altura.

Los exámenes eran difíciles, las asignaturas eran difíciles, los mismos profesores solo daban clases difíciles, las guías que Matthew había conseguidos para ellos eran medianamente entendibles, pero aún así difíciles. Ricky no iba a mentir, si pasó matemáticas aunque quizá solo con lo mínimo, Hao tenía buenas notas en realidad y con ayuda de las guías seguro obtendría resultados perfectos, Hanbin... Él estaba en las mismas de Ricky, pero con demasiadas clases y Gyuvin apenas tenía un poco más de conocimientos que el moreno.

—Hyung, ten— ofreció Ricky apenas Hanbin salió con su mochila, se veía derrotado pero aún así sonreía como siempre. Hao lo observó un poco sonriendo también.

Gyuvin se notaba apenas un poco más animado, pero cambio por completo cuando Ricky le ofreció un pequeño envase de leche chocolatada, haciendo que el castaño rápidamente cambiara su mueca por una de sus habituales sonrisas amable, el desacomodó el cabello de Ricky en un gesto cariñoso y el mitad chino no pudo evitar sonrojarse por ello, empezando a caminar primero incluso si no sabía a dónde irían.

Era viernes y realmente ninguno tenía planes para ese día, Gyuvin les dijo que pasaría el día en su propia casa y Hao nuevamente debía ir con su madre que empezaba a querer visitar a demasiados familiares, normalmente Hanbin lo acompañaría a su academia de arte, pero como ese día Matthew no tenía trabajo Ricky iría a la academia en el auto de papá.

Pero por algún motivo el viaje era incómodo y silencioso, incluso cuando casi siempre los viajes eran silenciosos este era un silencio diferente, como si hubiera algo que decir pero no la forma de decirlo.

¿Y es que cómo Matthew iba a decirle que debían reunirse con su madre?

El castaño despertó casi a medio día luego de no haber dormido casi nada los últimos días, completamente aturdido y un poco descolocado, ya era viernes, la cita con Yiren había sido reasignada para el sábado y aún no encontraba la manera de decírselo a Ricky ¿Qué demonios debía decirle? No quería mentirle a su hijo, no podía sólo llevarlo con alguna otra excusa y que apenas en el lugar se enterase de quién era la persona que verían.

—Vendré a recogerte cuando termine tu clase amor— fue lo único que pudo decir el castaño mientras su hijo se despedía con una sonrisa. Él no podía quitarle esa sonrisa a su bebé.

—¿Ya hablaste con él?— le preguntó Jiwoong cuando Matthew se sentó junto a él en el sofá, el pelinegro trabajaba desde su laptop con unos anteojos puestos mientras Yujin iba por ahí con un camión de bomberos en las manos y un dinosaurio.

—Aún no, se lo diré cuando regrese de sus clases de arte.

Se lo diré después de la cena, cuando regrese de la escuela, cuando estemos en el auto, después de la merienda.

padres de familia - zb1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora