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26 agosto 2009

Luana llevaba encerrada en su habitación 1 mes y 15 días contados, y hoy sería uno más. Bill siempre le llevaba la comida a su cuarto y la cuidaba. Él mismo fue el que le consiguió un contrato para que no tuviera que trabajar por dos meses. Él era su mayor apoyo del momento incluso pagó a un psicólogo para que fuera a ver a Luana todos los jueves de cada dos semanas.

Luana lo adoraba, era el hermano que nunca tuvo.

-Hola...-dijo Gustav asomándose por la puerta de la habitación de la chica.

Él y Georg también eran un gran apoyo, ya que ellos dos cuidaban a su hermanita pequeña y le explicaron a la niña mejor todo lo que había pasado.

-Hola Gustav... Que tal estás?-le preguntó ella sonriéndole.

Luana siempre era así, se preocupaba más por los demás que por ella, aunque en ese mismo instante sentía que se moría.

-Eso te lo tendría que preguntar yo, pero estoy bien-dijo sentándose en la cama con ella-Tú que tal? Hoy vendrás al cumpleaños de Victoria?

-Bueno, estoy mejor creo...-mintió la chica para que le dejaran ir al cumpleaños de su hermanita.

Los chicos no la querían dejar ir por que también iría Tom y sabían que si veían a su hermana abrazarlo con el cariño que le tenía, se le partiría el alma.

Porque Tom y Victoria seguían hablando y llevándose bien. La pequeña lo que hizo al enterarse fue regalarle durante semanas, pero como sabía que también le dolió al chico ver como besaban a Luana, pues no dejó de hablar con él.

-Muy bien, por que sabes que? Te tenemos una sorpresa!-dijo el chico chillando mientras se abría la puerta.

De repente Luana se levantó y corrió hacia a esta emocionada.

-Fatima, que haces aquí!?-dijo abrazándola muy fuerte.

-Vengo por el cumpleaños de mi chiquitaja Vicky y a ver a mi mejor amiga depresiva que no me responde las llamadas desde hace dos días-dijo su mejor amiga hablando en español para que solo se entendieran ellas dos.

-Lo siento por eso...-dijo Luana acordándose de que no contestaba al móvil por que cada vez se sentía peor y no se lo quería decir a nadie para no preocuparlos.

-Si te pasa algo, me lo puedes decir amor, ya lo sabes-volvió a decir Fatima mirándola preocupada.

-Estoy bien, pero gracias.

Luana se lo terminaría contando, pero después de la fiesta para no arruinarla con sus estupidos sentimientos.

-Tiaaaa!-chilló la niña pequeña al ver a Fatima abrazada a su hermana mayor.

-Tía?-le preguntó susurrando a Luana.

-Dice que tú y los chicos sois los tíos que nunca ha tenido-le explicó Luana a su mejor amiga mirándolas con ternura.

-SOY TÍA!!!-chilló al instante emocionada la rubia mientras abrazaba a la pequeña.

Todos bajaron abajo dejando en la habitación a Luana y a Gustav.

-Le has dicho ya que sigues pillado de ella? Que nunca has salido con nadie por esperarla a ella? Por que creo que va siendo hora...-le dijo Luana al chico sonriéndole comprensiva.

Este dejó de mirar donde antes estaba Fatima para negar con la cabeza algo triste.

-Ven anda-dijo Luana atrayéndolo para darle un abrazo-el amor es una mierda amigo mío...



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