Pierce Stein

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Aclaración Pierce i Rallis se llevan 2 años él (19) ella (17)

Millie divagaba por los pasillos del instituto, ella sabía que había ocurrido algo con una de las clases de último curso, dos policías habían estado investigando el caso y al ser del último curso también le habían preguntado alguna cosa

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Millie divagaba por los pasillos del instituto, ella sabía que había ocurrido algo con una de las clases de último curso, dos policías habían estado investigando el caso y al ser del último curso también le habían preguntado alguna cosa. Uno de los policías estaba en prácticas, Pierce, apenas debía tener un par de años más que aquellos estudiantes.

En cuando la joven entró en su clase pudo ver a dos de los agentes que llevaban el caso explicando algo en su clase, por supuesto Pierce estaba allí.

- Vuestros compañeros llevaron drogas, no sólo hicieron algo ilegal al tenerlo, sino también al incitar a otros a hacerlo en público. Sabemos quiénes fueron, y por ello habrá graves consecuencias...- Explicó el mayor a la vez que negaba al ver entrar a Millie

-Si alguno de vosotros tiene tales substancias, si nos las entrega ahora no tendrá repercusiones.- Añadió el más joven, haciendo que un par de estudiantes se levantaran y le entregasen a este, alguna que otra bolsa pequeña. Pierce no era alguien curioso respecto a las chicas, pero Millie había conseguido hacer que este por primera vez quisiera entablar una conversación con alguien del género opuesto y por supuesto iba a salirse con las suyas.

Cuando fue la hora de descanso para los alumnos de último curso, el joven aprendiz de policía decidió ir en busca de la pelinegra. Millie estaba sentada en una mesa a la vez que leía un libro, Pierce apareció en frente de la joven, aún así ella no se dió cuenta por lo que él hizo como si aclarara su voz.

¿- Es usted la señorita Brown?- Pregunto él, con la vista fija en ella, haciendo que está levantara su vista y asintiera.- Entonces... ¿Podría acompañarme?- La chica cerró el libro y a pesar de las dudas decidió seguir al chico, quién la llevó hasta el despacho que habían estado utilizando los policías estos días. Pierce se sentó y me ofreció asiento a la joven quién al final terminó por sentarse.

- Hemos estado hablando con los alumnos que estaban haciendo la fiesta en el aula B, es curioso porque todos colaboraron cuando se lo pedimos...- Explicó el mayor.

¿- Se puede saber que tengo que ver con esto?- Preguntó esta vez la joven con desprecio en su voz, haciendo que el de ojos azules sonriera amargamente.

- Todos dicen que la señora Brown es quien les pasa las substancias...

¿- Las drogas? ¿Y crees que soy yo? Mire inspector, no tiene porqué creerme pero no tengo nada que ver con la fiesta esa ni las substancias... Nunca me he metido en problemas legales y tampoco tengo la intención de hace-

-No eres tú, sinó tu madre.- Interrumpió Pierce a la joven, quién no escondió su asombro.

- Mi madre es periodista...- Susurró ella intentando negar lo que había sido afirmado por el policía. Pierce se levantó y se puso a mirar por la ventana a los alumnos que estaban en las afueras del edificio

- Sí, pero también tiene un negocio escondido. Se que es tu madre... ¿Pero podrías ayudarnos?- Propuso el mayor esta vez con una voz más grave que anteriormente.

- Pierce, te dije que no íbamos a hacer eso. No todos somos como tú.- Se quejó esta vez el otro oficial de policía que había estado en la clase de la menor junto al de cabellera oscura.

- Sí, lo haré.- Afirmó la chica viendo la espalda de Pierce, tales palabras hicieron que una de las cejas del mayor se levantará.

¿- Está segura señorita Brown?- Preguntó el de cabellos blancos, ganándose un asentimiento por parte de la joven. Pierce había conseguido lo que quería, poder pasar más tiempo con aquella joven y descubrir que no era tan débil como parecía de lejos. Ahora era cuando empezaba la montaña rusa que uniría a ambos jóvenes.

 Ahora era cuando empezaba la montaña rusa que uniría a ambos jóvenes

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