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Desde aquella noche Ciel y Rin volvieron a hablar tanto como antes y más, de alguna forma el mayor conseguía tiempo para ella. No podía tenerla allí encerrada y sin nadie ni nada, sería muy egoísta de su parte...
Por su parte, Rin empezó a dedicarse al jardín, ya se había leído todos los libros del lugar y no tenía nada más que hacer. Aún así aún deseaba conocer el reino, acto el cual le seguía estando prohibido. La curiosidad ganó a la joven y está terminó estudiándose los mapas del lugar, Ciel la havia observado haciéndolo; pero no podía hacer nada al respecto,... O eso creía.
- Sebastián.- Llamó el joven la atención de su mayordomo, quién ya parecía estar atento a Ciel.- Quiero salir esta noche, con Rin. Iremos al prado.
- Joven, es bastante arriesgado, pondría en peligro su imagen...
- No te lo estoy preguntando Sebastián... Solo espero que pueda comunicarle a los encargados de la cocina que Rin y yo nos iremos de picnic, si pudieran llevar la comida al prado, habrá un mantel donde podrán dejar la comida.- Explicó sin busca de aprobación, Sebastián asintió a pesar de estar en totalmente desacuerdo.
Sebastián aviso a la joven de que se vistiera bien para aquella noche, aunque ella no comprendió el porqué, no dudó en acatar las órdenes. Para las nuevas ella ya se encontraba lista con un vestido blanco veraniego, ya que al ser finales de agosto aún hacia mucho calor. Una sirvienta llamó a la puerta de la joven y le avisó de que Ciel la esperaba en la entrada... Algo que sin duda le pareció de lo más extraño a la joven, pero no se atrevió a preguntar.
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Aunque había estudiado los mapas, la joven no sabía a dónde iban, y a pesar de las múltiples veces que Rin se lo había preguntado a Ciel este cambiaba de tema. El chico hablaba sin parar de las distintas constelaciones, sin duda aquello sorprendió a Rin, aún así amaba escucharle hablar...
Al llegar al prado la chica no pudo evitar sonreír y darle las gracias a Ciel, quién también sonrió, para después sentarse. Gran parte de la cena transcurrió entre risas y conversaciones de temas ajenos.
¿- Esto significa que puedo salir del palacio?- Preguntó la joven tímidamente mientras tomaban el postre, para sorpresa de la joven, Ciel soltó una leve risita, era más que obvio que su actitud había cambiado con ella, y ambos eran más felices así.
- No durante el día... Y por la noche es peligroso, aunque si tienes compañía podrás salir.- Susurró él mirándola a los ojos.- Me gustaría que está cena se pudiera considerar una cita...
¿- Quién dice que no se considere una?- Contestó con una sonrisa pícara, haciendo reír al joven.
- Rin...- Ella le observó y Ciel prosiguió- me gustas...
- Y tu a mi Ciel, pero Sebastián...
- No importa Sebastián, intentémoslo, sin que nadie se entere.- Propuso el chico seriamente, Rin sonrió y asintió.
- Está bien, pero si todo sale bien Sebastián será el último en saberlo.- Pidió tímidamente, Ciel asintió y soltó una leve risita. Le tendió la mano a la joven y tras un par de minutos ambos se dirigieron de nuevo al castillo.
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