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Este era el primer año de Sarah en la universidad de Tagus; no obstante empezaría en el segundo curso, era un año más pequeña que los que estaban en esas clases, pero ella era superdotada y aunque sus compañeros de clase no tenían ni idea, ya que ella no creía que eso fuera necesario los maestros sabían.
- Bien chicos, debo elegir quien va a representar a la universidad en el concurso de lectura. Necesito un chico y una chica - Explicó la mujer tranquilamente.- He traído un libro que no hemos leído, no en clase... Saldréis uno a uno a leer, y luego decidiré quién irá.- Termino de contar, tomó el libro y lo dejo, a continuación la mujer le indicó al chico que estaba sentado en la primera fila que leyera y así sucesivamente. En cuando salió un chico llamado Adrik, la mayoría de las chicas lo observaban encantadas como si fuera lo mejor, pero a Sarah le daba igual quien fuera, a penas prestaba atención. Ella también leyó, ganándose alguna que otra mala mirada por parte de las otras jóvenes, Sarah se pasaba los días leyendo, como para no hacerlo bien.
- Bien, ya se quienes representarán la Universidad el viernes de la próxima semana. Adrik - en cuando dijo aquél nombre muchos aplaudieron.- Y Sarah.- Aunque algunos también aplaudieron está solo se ganó más enemigos. La profesora juraba haber visto como a su mejor alumno que no parecía tener sentimientos, se le levantó un poco el labio, es decir haciéndole sonreír un poco.
Los siguientes días ambos jóvenes se saltaron varias clases ya que la maestra de literatura les sacaba para que leyeran el libro entero en voz alta. Ambos no tardaron en intercambiar palabras.
- Ganaremos.- Le dijo el de la cabellera negra a la rubia, quién le sonrió y asintió.
¿- A caso lo dudabas Cash?- Cuestionó la más joven fingiendo tener la más alta de las autoestimas , haciendo que Adrik soltara un par de carcajadas con su voz más grave que anteriormente. Aquello sorprendió a la maestra, quién decidió no intervenir. Los tres hermanos Cash tenían una lista para conquistar a chicas y aunque Sarah no estaba en ninguna, parecía haber llamado la atención del mediano.
- Tengo que salir un momento, ahora vuelvo. Podéis descansar hasta que vuelva.- Se excusó la mujer, quién necesitaba hablar una cosa con el director y aunque podía esperar quiso dejarles tiempo a solas a los estudiantes.
- Prefiero que me llames Adrik...- Le explicó el chico al recordar cómo le había llamado anteriormente, y aunque le gustaba su apellido, la mayoría pensaban en una persona como Aegan, y Driki era completamente lo opuesto.
- Oh, lo siento.- Se disculpó la chica.
- No hace falta que te disculpes, es para que lo sepas.- Le contó en un tono apenas audible, pero al ser los únicos en la sala, Sarah pudo escuchar lo dicho por el joven.
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¡- Suerte!- Le deseó Sarah a Adrik, quién había conseguido que la chica le cogiera cariño en apenas dos semanas.
- No la necesito, y tú tampoco. Ganaremos...- Respondió este viéndola a los ojos, por alguna razón mantener contacto visual hizo que Sarah sintiera algo extraño en su estómago ¿mariposas? Ella no dijo nada más, asintió y salió al escenario junto a otra chica pelinegra, habían llegado a la final. En cuando terminaron de leer los capítulos que les fueron asignados, ambas bajaron y llegó el turno de los dos chicos. Sarah pudo ver el rostro tranquilo de Adrik, aunque siempre estaba serio empezaba a poder notar algunos cambios en su rostro, casi se habían pasado dos semanas enteras juntos, como no hacerlo...
- Que suban al escenario: Martina, Sarah, Zack y Adrik.- Pidió el presentador, haciendo que los cuatro finalistas fuéramos al escenario.
- Hay dos ganadores, en este sobre tengo escrito los nombres.- Tras una breve pausa para abrir el objeto continuó- la ganadora es Sarah Leister y el ganador es Adrik Cash.
El público aplaudió a los jóvenes, Zack y Martina les dieron la enhorabuena. Al bajar del escenario ambos jóvenes se felicitaron mutuamente y le dieron las gracias a su profesora por darles tal oportunidad. Adrik no se dió cuenta cuando puso su brazo rodeando la espalda de Sarah, y aunque ella se había percatado no le molestaba.
- Te llevo a la residencia.- Afirmó Adrik mientras iban hacía la salida.
- No hace falta, puedo ir por mi cuenta.- Explicó la joven quién estaba sonrojada.
- Sarah, no era una pregunta, era una afirmación.- Le respondió el chico aún con su semblante serio pero a la vez calmada. La chica asintió y se dirigieron al coche del mayor. El viaje fue tranquilo, Adrik puso su playlist y resultó ser que ambos tenían unos gustos parecidos, a momentos el chico juraba poder escuchar a Sarah cantar ciertas partes de algunas de las canciones.
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