¡Código Equivocado! [Charlos]

Epílogo

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Charles se levantó cuando los primeros rayos del sol atravesaron su cortina y bostezó un poco para después voltearse y ver a Carlos durmiendo plácidamente. Pasó su dedo índice por la barbilla del moreno, y acarició su mejilla donde muchas veces se formaban lindos hoyuelos, se sonrojó cuando vio todos los chupetones en el cuello del más grande. Recordando todo lo que hicieron anoche, no pudo evitar formar una sonrisa, apenado por todas las veces que le pidió a Carlos follarlo, las posiciones que habían hecho y lo exhaustos que habían quedado luego de unir sus cuerpos en uno solo, quedando completamente dormidos. Aún así, no pudo evitar preocuparse por sus padres, se salió de casa sin avisar a nadie, bueno, tampoco es como que le importara mucho. Arthur se fue a dormir a la casa de Ollie, y Jules se fue a hacer sus tonterías con quién sabe quién, y sus padres llegarían a más tardar a las doce.

Miró el despertador, aún quedando quince para las ocho, lentamente se soltó del agarre que Carlos ejercía en su cintura. Tomó su celular, y se tensó cuando vió dieciseis llamadas perdidas de su mamá, once de su papá, treinta mensajes de parte de Arthur, y al final, un mensaje de Jules. Cierto, olvidaba que a Jules no le importaban mucho esas cosas. Nuevamente le llegó otro mensaje, pero este era de su madre.

Mami<3

Vas a valer pura verga, Charles.

¿Sería buena idea escaparse del país?

Fue rápido al baño, donde se dió una ducha rápida. Ya vestido y sin olor a sexo al rededor de su cuerpo, se le dificultaba un poco caminar, recordar que Carlos lo folló como un animal, le dejó un severo dolor en las caderas. Poniéndose su suéter, se acercó a la mesita de noche de donde sacó un lápiz y una pluma, empezando a escribir una pequeña nota dejando su número de celular, nota la cual dejó ahí mismo para que el moreno pudiera encontrarla con facilidad. Charles formó una sonrisa inconsciente al ver a aquel guapo español dormir plácidamente, y no pudo evitar acariciar se mejilla gentilmente. Una vez más, aquel hombre le provocaba mariposas en el estómago de tan solo verlo.

Salió de la casa de su vecino para dirigirse a la suya. Cuando entró, vió a su madre con ambas manos en la cadera, su cabello rubio algo despeinado y aún con su pijama puesta, a su lado se encontraba su padre, viéndolo seriamente, pero lejos, queriendo evitar la furia de su esposa. Arthur y Jules estaban desayunando tranquilamente.

-¿Dónde habías estado, niño?- Charles sintió un escalofrío recorrer toda su espina dorsal cuando su madre le hizo esa pregunta, furiosa. Pascale no iba a tener compasión con el.

-Estaba con Checo- Mintió, jugando con la manga de su cardigan.

Pascale ladeó la cabeza, haciendo un gesto.

-¿Tú crees que yo nací ayer, Charles Leclerc?- oh mierda.- Ayer marqué a la casa de los Pérez, y Checo me dijo que no estabas con él. Marqué a la casa de Cam y me dijo lo mismo que Checo.- Su madre se cruzó de brazos.-Dime la verdad, ¿Con quién estabas?-

El chico de ojos verdes soltó un suspiro.

-Con Carlos.-

Su hermano se ahogó con su jugo de naranja, y Arthur quedó perplejo. Hervé se acercó.

-¿Qué hacías en su casa, Charles?- Preguntó su papá un poco molesto.

-Fui a jugar videojuegos con él.- Farfulló, jugando un poco con la suela de su zapato.- Jules se había ido, mis amigos andaban en lo suyo, estaba aburrido y se me ocurrió la brillante idea de ir a su casa a jugar un videojuego que recién salió- Nuevamente mintió. Obviamente no les diría que había ido a la casa de Carlos a disculparse por haber hackeado accidentalmente su sistema de seguridad y que al final habían terminado en la cama.