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El cielo se había desprendido en una terrible tormenta antes de que se dieran cuenta, la marea había cambiado, ahora estaban frente al mar enfurecido, su día en la playa se había ido al carajo.

Jeongyeon corrió tras de Nayeon luego de cerrar el coche. En medio de risas entrecortadas, estaban empapadas, probablemente obtendrían una gripe al día siguiente.

—Tomaré una ducha caliente. ¿Vas primero?—Indagó al poner un pie en la mansión.

—Ve tú, voy a desenredar mi cabello..—Compartían tocador.

Vió su espalda desnuda luego de quitarse la camiseta antes de que cerrará tras de ella la puerta.

Jeongyeon demoró en ingresar a la tina ya que el sistema tardaba un poco en ajustarse a la temperatura deseada.

Se quitó sus boxers antes de hundirse en el agua tibia, suspirando hondo.

Nada como un baño caliente.

Estaba hundida en sus pensamientos, razón por la cuál probablemente no escuchó el ruido de la manija de la puerta abriendo.

—Hace mucho frío afuera.. ¿Crees que podrías dejar que me una a ti?—Su dulce y suave voz haciendo eco contra las paredes. No pudo contestar cuando observó que sus manos se dirigieron hacia su bikini, comenzando a deshacerse de él frente a ella.

—N-Nayeon...

Tomó lugar entre sus piernas, sentándose gustosa casi sobre su regazo. Las pupilas de sus ojos se oscurecían bajo cada uno de sus movimientos.

Luchando por controlarse.

Esa inmensa hambre.

Jeongyeon estaba inhalando hondo, su ceño se frunció y su voz salió más ronca de lo habitual.—Creo que debería regañarte, últimamente te has estado portando muy extraña. —Nayeon giró su rostro hacia ella, devorandóla con la mirada, quería casi abalanzarse sobre ella, podía sentir como algo comenzaba a pinchar contra su espalda baja y su centro empezaba a palpitar y humedecerse.

Sabía perfectamente lo que quería esa noche de cena.

Y no se conformaría otra vez con Spaghetti, en una receta italiana.

Respiró hondo, acortando la distancia entre ambas bocas cuando el tono de llamada de su teléfono hizo acto de presencia, arruinando su momento, Nayeon mordió su labio inferior con frustración mientras la veía tomar la llamada, se volvió al frente nuevamente para recostar su espalda contra su pecho.

Ella no se había negado.

Habían estado apunto de besarse.

Su respiración estaba acelerada.

—¿Bueno, Taeyeon?

El ambiente estaba bien antes de que lo arruinara esa estúpida llamada.

Sintió su sangre hervir.

Taeyeon

—Deberías poner tu maldito teléfono en silencio cuando estemos tu y yo a solas.—Bufó en voz alta, con toda la intención de que se escuchará a través de la otra línea.

Jeongyeon frunció el ceño, endureciendo su expresión. Sin embargo, no colgó la llamada, vió como Nayeon se levantó de su lugar abandonando la habitación.

¿Quién era esa?—Inquirió irritada Taeyeon.

—Nay, solamente está de mal humor, interrumpiste algo importante.

Tarareó en respuesta, entrando en calma, creyó que estaba con otra.

—Te extraño, podría tomar un vuelo para irte a buscar si me dejas.. También quiero conocer a tu sobrina, pero sobre todo verte a ti... ¿Que opinas? ¿Jeong? ¿Sigues ahí? ¿Jeong?

ALL MINE. //2YEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora