—¿Rojo, blanco o negro?—Le enseñó el conjunto de lencería.
Jennie tarareó pensativa.—El rojo ya está muy desgastado, el blanco es inocente y negro... creo que te vendría bien.—Opinó, levantando otra prenda en su dirección. Era sexy. —¿Qué tal este encaje?
Abrieron paso hasta la caja con varias prendas encima. —No sabía que a tu tía le gustara este tipo de juegos previos.
—Oh, fue idea mía.—La morena levantó una ceja en su dirección, esperando escuchar una detallada explicación de su mejor amiga que justificara el juego de esposas y otros objetos cuestionables en su carrito de compras.—Es un regalo.—Guiñó un ojo y ambas soltaron una carcajada cómplice.
Jennie había venido de visita por unos días. Había salido del trabajo directo a una cita de compras con la pelinegra, fueron a la sex shop más exclusiva en el área. Jeongyeon la esperaba en casa, así que no quería llegar con las manos vacías esta vez.
Una relación se conformaba de dos, no quería descuidar a Jeongyeon. El amor es como una casa que necesita de constante mantenimiento y atenciones. Le daría toda su atención esta noche, podría hacer que se drogaran incluso para hacerlo por más de dos rondas seguidas.
Es sólo que el trabajo en los últimos días estaba absorbiendo toda su agenda a su paso. Era bastante para lidiar con todo, pero no quería dejar pasar nada por alto.
Se despidió de su amiga y condujo a casa.
Cuando atravesó el umbral de la puerta la recibió un exquisito aroma.
Avanzó, dejando sus tacones por la alfombra, ya los recogería Jeongyeon más tarde y caminó en dirección a la cocina.
Encontró a la peligris situada frente a la estufa, rebanando verduras sin apartar la mirada de un libro de recetas, tenía un pantalón grisáceo de tela y una camisa blanca recogida a la altura de los codos.
Intercambiaron miradas.
—Huele delicioso. —Se situó detrás de la más alta, abrazándola por la espalda.
—Hice lasaña.—Murmuró sin retirar su atención de los ingredientes sobre la tabla de picar. Se estremeció al sentir los labios de la castaña detrás de su oreja.—Ve a bañarte, la cena estará lista en unos minutos.
—De acuerdo.—Sujetó su rostro, dejando un beso plantado en sus labios antes de retirarse a su alcoba.
Jeongyeon se encargó de servir la mesa y arreglar todo. Le debía una cena, no lo había olvidado.
Se sintió satisfecha cuando contempló todo organizado y la lasaña humeante decorando sus platos, sirvió un dulce y muy costoso vino blanco para combinar, Nayeon no demoró en acompañarla.
Charlaron acerca de su trabajo, poniéndose al día de lo ocurrido en las últimas semanas. Le enseñó a Nayeon algunos de los nuevos bocetos del proyecto que estaba desarrollando como siempre acostumbraba, le gustaba su opinión y su punto de vista a la hora de los ajustes.
Su mujer era tan inteligente y era algo que le fascinaba, una genio no sólo en los negocios. Desde pequeña había visto su ambición y astucia, esa clase de potencial, no se había equivocado con ella.
Fácilmente podía reemplazar a cualquiera de su equipo, tenía suficiente conocimiento, una capacidad muy inculcada de cómo lucir bien, saber combinar atuendos, colores, texturas, así mismo lo reflejaba en su vestir; como una mujer segura y seductora, su armario debía ser una reliquia en el mundo de la moda.
Había heredado el buen gusto de su hermana, no cabe duda, sobre todo con la joyería y el calzado.
Lavaron los trastes juntas, al acabar la levantó por la cintura y la condujo a su alcoba sin rodeos. A lo que iba.
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ALL MINE. //2YEON
Fanfiction❝Nayeon tiene todo lo que cualquiera podría desear, excepto una cosa, cuando llevas enamorada toda la vida de tu tía, las cosas pueden tornarse algo extrañas. Jeongyeon se casará pronto y eso definitivamente no estaba entre sus planes.❞ ༄ contenido...