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Había cancelado todas las reuniones después de las cuatro de la tarde. Hoy saldría con Irene.

Nayeon le había marcado, hoy no llegaría a dormir, se quedaría en la oficina, algunos trámites se habían extendido y debía hacerse cargo de un asunto de máxima relevancia en la empresa.

Condujo hasta el restaurante en que la azabache la había citado.

En la entrada las recibieron una ola de paparazzis. Por si no era ya suficiente, mañana sus fotos estarían en primera plana, su apellido y el suyo andaría en boca y boca de periodistas, en vez de verlo como una grosera intervención de los medios, habían aprendido a asociarlo con algo bueno.

Sostuvo su mano, invitandóla a tomar asiento.

Había hecho la reservación días antes, pidieron el plato principal del día.

-¿Y bien, que quieres saber?

La azabache posó su índice en el borde de su copa, dandóle un giro, pensativa.-He leído varios artículos sobre ti estos días, antes de venir a verte, te mentiría sino te dijera que me muero de ganas por saber, que ocurrió exactamente con tu ex prometida.-Sostuvo la copa, deteniendo su camino a por la mitad antes de llegar a su boca.-Quisiera empezar por ahí.

Jeongyeon la observó con curiosidad, entrecerrando sus ojos. Esperaba todo menos eso.-¿Qué ocurrió exactamente?

Asintió con suavidad, después dejó salir una sonora carcajada que fue tan grata a sus oídos.-Sé que suena a una locura pero, amo este tipo de misterios.-No era la primera vez que alguien se lo preguntaba.

Su ex prometida y la famosa causa del rompimiento de su compromiso había sido su inesperada desaparición.

Así es, de un día para otro, nunca más volvió a verla.

Había miles de teorías conspirativas en Internet.
Era un idol. Los internautas salieron a hablar pestes de la industria. La empresa de entretenimiento a la que pertenecía nunca salió a la luz a dar declaraciones. Una inmensa incógnita.

Unos decían que había escapado y otros hasta daban por hecho que su compromiso había sido todo un montaje para aumentar las reproducciones de Spotify del nuevo álbum de Taeyeon.

Intercambiaron un juego de miradas y luego Jeongyeon terminó por sonreír un poco confundida.-Suena como sí me estuvieras acusando.

-Discúlpame, definitivamente esa no era mi intención, ni mucho menos llegarte a incomodar.-Se excusó en seguida la mayor, con un genuino gesto de preocupación.

-Descuida.-Jeongyeon bebió un corto sorbo de su copa y se aclaró la garganta.-Es tal y cómo dicen los medios, ya sabes, un ovni afuera de nuestro patio, luego fue ascendida y desapareció sin darme la cara para romper conmigo.

-Significa que, sí me relaciono contigo, ¿también seré raptada por ovnis?-La peligris asintió.

-Haré que te lleven en primera clase, por cierto.

-Sería muy amable de tu parte.-Soltó una risita.-Dime ya, de dónde viene tu inspiración, leí un artículo del New York Times que decía que tus primeros diseños fueron creados a los quince, quiero conocer la veracidad de aquel dato.

Se acomodó en su asiento. -Normalmente los periodistas suelen alterar un poco la verdad de los hechos, esta vez mintieron terriblemente. -Le acercó uno de sus más preciados diarios de diseño. Era todo suyo. Dejaría que la leyera como un libro abierto, no era mucho para impresionar.-El primero fue a los once, entré en el escenario textil en mis quince, conseguí mi primera maquina de cocer.-Tarareó pensativa. -Pero estoy segura que diseñé uno que otro vestido de los que uso barbie en la casa de juguete que me regalaron mis padres adoptivos a los siete.

ALL MINE. //2YEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora