006

536 53 2
                                    

Nayeon la siguió, agarrándose de una pequeña orilla de su camisa, la había reemplazado por una simple de tela en el auto. El sistema automático de su departamento cerró la puerta trás ellas. Se removió un poco inquieta.

Estaba nerviosa.

¿Tendrían sexo?

¿Querría hacerlo?

¿Hacer las paces a lo Ariana Grande?

Jeongyeon se giró hacía ella.—Sigue literalmente igual que cuando tenía 24.

Fue entonces cuando Nayeon escaneó el lugar.

Tenía razón.

Sus cuadros, la decoración, el tapiz, todo seguía idéntico a aquel entonces.

Aquel lugar siempre le había transmitido una paz sin igual, tan hogareño y acogedor.

Con miles de lápices volando de un lado a otro, e incluso había todavía dibujos de ambas pegados a las paredes y regados por el suelo, parecía más bien su estudio de trabajo.

La siguió, viendo como de uno de los cajones de su escritorio sacaba una especie de portafolio dónde guardaba sus posesiones más preciadas.

Sus ojos se entornaron cuando le enseñó su contenido en ellos.

Su rostro trazado en el papel.

Su silueta.

Una gran ola de dibujos inconclusos.

Era la modelo de la mayoría de los bocetos de prendas que había sacado a la luz en las primeras de sus exposiciones.

Un nudo se formó en su garganta.

Jamás imaginó qué..

A medida que avanzaba, pasando las páginas, los dibujos se tornaban cada vez más detallistas.

—Probablemente este mal de la cabeza..

Nayeon rápidamente la interrumpió.—No. No creo que deba ser de esa manera..

—Soy tu tía.

—Estoy enamorada de ti, desde siempre, no creo haya nada de malo en eso.

Jeongyeon sonrió, acunando su rostro.—Creo que no entiendes la manera en que te deseo.—La curva en sus labios ocultaba una extraña sensación casi eléctrica que le helaba el cuerpo. —No creo que haya nada de inocente en eso.

Nayeon tragó en seco. Su corazón brincaba dentro de su pecho que sentía que podría abandonarla en cualquier segundo. Se posicionó sobre su escritorio a medida que Jeongyeon se acercaba más a ella, acechandóla como un depredador a su presa.

Abrió sus piernas.

Y ella no tardó en ubicarse entre ellas.

—No importa con cuántas mujeres este, no puedo estar satisfecha.—Susurró contra su oído. —Siempre he deseado follarte..

No podía entender como era que, todo su valor había abandonado su cuerpo pero eso era literalmente lo que había soñado toda su vida.

Quería grabar este momento, porque temía a que se fuera tan fugazmente.

Quería guardar todo bajo llave, porque ella era literalmente lo único que deseaba.

Pero probablemente Jeongyeon se haría ideas extrañas y lo que menos quería era espantarla.

Finalmente estaba tan expuesta frente a ella.

No quería desperdiciar ni un sólo minuto.

—Estoy tan mojada, y ni me has tocado.—Confesó avergonzada, con la vista agachada y mejillas coloreadas. Luego rió con nerviosismo.

ALL MINE. //2YEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora