ALL MINE. //2YEON

021

La rodeó con sus brazos, abrazándola por la espalda, sentía su respiración en su cuello y cómo su lengua húmeda trazaba su piel. Jeongyeon coló sus manos por debajo de su mini falda, apretando sus muslos, frotando su erección contra su trasero, Nayeon se apartó de inmediato.

—No estoy de humor, lo siento..

La peligris suspiró, observándola alejarse, pasó una mano por su cabello frustrada.—¿Hasta cuando?

Nayeon se detuvo en el umbral de la puerta y se dio la vuelta.—¿Hasta cuando qué?

—¿Hasta cuando seguirás rechazandóme?

—Simplemente no estoy de humor. ¿No puedes entenderlo?

—¿Tienes a alguien más? Dímelo ahora mismo.—Gruñó impaciente, avanzando en su dirección hasta ubicarse frente a ella, amenazadoramente.

—¿Qué es lo que quieres que te diga realmente?—Contestó, rodando los ojos, fastidiada.

—Si esto va continuar así.. Estoy harta de esto, Nayeon. No puedo aguantarlo más.—Bajó su voz, denotando sinceridad en cada una de sus palabras.—No me quieres cerca, puedo sentirlo. Ya no me amas como antes. —Apartó la mirada, no quería mostrarse débil frente a ella, pero estaba tan abrumada con todo.

Creyó que las cosas se solucionarían tarde o temprano.

Pero todo iba en decadencia total.

No sabía que más hacer, había intentado de todo.

Así que lo dijo.

—Será mejor que nos divorciemos.

Nayeon no volteó a verla.

—No quiero seguir así.

La ignoró.

Jeongyeon exhaló hondo.

Estaba desesperada, no quería esto, no así.

Ni en lo que se habían transformado.

—Nayeon, yo..—La interrumpió.

—No actúes de esta manera.—La castaña se volvió en su dirección. Estaba comenzando a enojarse severamente. —Cómo sí fueses la víctima en todo esto.—Jeongyeon entorno sus ojos en su dirección. —No tienes derecho a pedirlo. Rendirte y fingir que tengo la culpa de todo. ¿Crees que no lo estoy intentado?—Estrelló su índice contra su pecho.—¿No vas a admitirlo?—Acercó su rostro al suyo, intimidante.—Dilo.

Frunció el ceño, perpleja.—¿D-de que estás hablando?

Le mostró una sonrisa amarga y seca.—Lo he sabido todo este tiempo. Pero creí que cambiarías, pero cada vez que veo tu puta cara sólo puedo recordar lo desleal que eres.—Escupió en su rostro.—Dijiste que no volverías a coger con Taeyeon, pero sólo fue un clavo, antes de enseñarme todo de lo que eras capaz.—La empujó. Jeongyeon la miraba con su boca entreabierta, sus ojos como platos y esa expresión en el rostro, de cuando sabes que la has cagado.—¿Y si quieres el divorcio? Sabes que no cederé tan fácil. ¿Dejarte ser feliz con alguien más? Sobre mi cadáver.

—Nayeon..—Las lágrimas rodaban por su rostro, se arrodilló frente a ella, abrazándose a sus piernas.—Puedo explicártelo, lo juro, no es lo que crees..

La ignoró, eran las siete, debía irse al trabajo.

—¡Nayeon!

Ya iba por la puerta cuando escuchó su último llamado, pero no volvió su mirada hacía atrás.

Estaba en un dilema.

Llamó a Seulgi cuánto antes.

Se sentía muy mal.